Las murallas, a la espera de un Plan Director que las ponga en valor

En este sentido, el Ayuntamiento ya cuenta desde hace meses con un diagnóstico más o menos claro de la situación actual de las murallas. El documento, elaborado como paso previo a cualquier actuación futura, certifica que los lienzos aún en pie (algo menos de la mitad de los originales) se encuentran en un estado razonable y solo algunas partes muy concretas tienen algún problema evidente. «No necesitan ninguna intervención de urgencia, pero sí actuaciones para mejorar su estado y consolidar su puesta en valor», subraya el concejal de Fomento, Daniel Garabito.

Destacan, a este respecto, los trabajos planteados para el lienzo interior de la zona de Los Cubos. Ese entorno fue consolidado y rehabilitado en los años 80', pero la presencia de vegetación ha facilitado la proliferación de líquenes y el diagnóstico elaborado meses atrás ya determinó la necesidad de limpiar la zona.

También necesita una limpieza parte del lienzo que sube desde el Arco de San Esteban hasta el Castillo, así como el lienzo ubicado en la zona más oriental de la calle Las Corazas, adosado a un aparcamiento en superficie. Y es que, la cercanía del trafíco sigue siendo uno de los grandes quebraderos de cabeza para la conservación del patrimonio, debido a las vibraciones y los humos. Ese, de hecho, es el principal problema al que se enfrenta también el Arco de San Martín, castigado por el constante paso de vehículos.

También necesita atención el lienzo ubicado en la zona de la Plaza Alonso Martínez, donde un vecino instaló años atrás un cenador -ahora en proceso de retirada- o la zona más cercana al Castillo. Allí, se plantea la necesidad de acometer actuaciones arqueológicas para rescatar del olvido las partes de la muralla escondidas bajo el terreno.

Mejor estado presentan otros tramos, como la zona exterior de Los Cubos o el pequeño lienzo ubicado en San Lesmes, cuya conservación supone un referente de cómo hacer las cosas en un Bien de Interés Cultural (BIC).

Paralelamente, el Plan Director también pretende corregir algunas deficiencias legales, vinculadas en muchos aspectos a la titularidad de las propias murallas. Básicamente, en algunos puntos existen dudas sobre quién es el propietario de la muralla, si el Ayuntamiento o los propietarios de las viviendas colindantes.

En todo caso, ese diagnóstico, encargado el año pasado por el Consistorio, no es sino un punto de partida. Ahora, el objetivo pasa por tomar sus conclusiones como referencia para abordar un Plan Director tan «necesario» como ambicioso. «Las murallas de Burgos son las grandes olvidadas. A menudo no nos percatamos de su presencia, pero son una joya que debemos poner en valor», subraya Garabito.

Así, el objetivo final de ese Plan Director debe ser triple. Por un lado garantizar la correcta conservación de los lienzos existentes, que presentan «problemáticas diferentes»; por el otro conocer más sobre una estructura fundamental de la historia de la ciudad; y finalmente, ponerlos en valor para el gran público. «Hay varias zonas que deberían estar abiertas al público» dado su potencial patrimonial, zanja el concejal.

En todo caso, la idea es poner en marcha el Plan Director a lo largo de esta legislatura para dejar establecido ya el guión a seguir durante las próximas décadas. «Estamos hablando de un trabajo a largo plazo» que debería comenzar a sustanciarse cuanto antes, ya que «ya hay trabajo hecho», concluye Garabito.