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El desprendimiento de parte del talud de la calle Murallas ha supuesto un pequeño quebradero de cabeza para los vecinos del entorno y el Ayuntamiento, que se ha visto obligado a cortar la calle mientras retira la tierra y consolida el talud. Sin embargo, ... el suceso, producido el pasado viernes, también ha abierto una ventana de oportunidad para buscar nueva información sobre el pasado de la ciudad medieval.
Y es que, entre las toneladas de tierra desprendidas han aparecido varios restos óseos, lo que ha motivado la puesta en marcha de una intervención arqueológica «de urgencia» para datar y catalogar dichos restos y comprobar qué hay en ese punto.
Así, los operarios municipales se están centrando desde este lunes en retirar de la calzada los sedimentos desprendidos, los cuales están siendo trasladados al cerro adyacente para su revisión por parte del equipo arqueológico municipal. Su responsable, Fabiola Monzón, ratifica que a simple vista han sido localizados numerosos restos óseos, pero «de momento todos ellos son restos animales». En este sentido, explica, en toda esa zona se sabe que estaba asentada la judería, y podría tratarse de restos alimenticios, acompañados de cerámicas y otros vestigios que han de ser analizados.
Sea como fuere, Monzón no descarta la aparición de otro tipo de restos en los próximos días. «Se ha empezado a trabajar en la zona este lunes y estamos todos pendientes de cómo se va desarrollando» la intervención, aunque de momento no se ha previsto la realización de catas en el entorno.
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«Se trata de una actuación de urgencia. Se tienen que retirar todos los sedimentos y consolidar el talud para evitar nuevos desprendimientos, recogiendo todo lo que podamos y vigilando que no haya estructuras arqueológicas que puedan verse afectadas por el trabajo de las máquinas». De momento, a este respecto, «no hemos encontrado ninguna estructura, que desde el punto de vista arqueológico es lo que más nos podría preocupar», explica Monzón.
Para facilitar el trabajo, una máquina ha aplanado los sedimentos desprendidos que se habían acumulado en la parte superior del cerro. Esto ayuda a las arqueólogas a seguir buscando vestigios entre los sedimentos para, posteriormente, ser analizados.
Mientras tanto, el objetivo del Consistorio pasa por asegurar la zona y abrir de nuevo la calle cuanto antes. En principio, el concejal de Vías Públicas, Miguel Balbás, confía en que la actuación de los operarios municipales se prolongue un puñado de días, pero habrá que ir viendo la evolución de los trabajos.
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