«Agradecimiento infinito» a los médicos de Málaga que viajaron a Burgos para salvar la vida de Pablo

La familia ha visitado a UCI de Pediatría del centro hospitalario andaluz para agradecer en persona a este grupo de profesionales que se desplazaron hasta la capital burgalesa para hacer posible el traslado del pequeño hasta el Hospital 12 de Octubre, según ha informado este jueves en un comunicado.

«Reencontrarnos con ellos después de aquel día es una sensación inexplicable: alegría, agradecimiento y admiración. Pablo está aquí porque son personas extraordinarias además de grandísimos profesionales, y nuestro agradecimiento es infinito, son parte de nuestra familia. Para nosotros son los mejores y estaremos siempre en deuda con ellos», ha reconocido la madre del pequeño, Cristina Dúcar.

Ese fatídico día de octubre del pasado año, el pequeño burgalés de 2 años necesitaba asistencia urgente por distrés respiratorio agudo, una afección que requería su desplazamiento al centro hospitalario madrileño de manera imprescindible.

Pero se trataba de un complicado desplazamiento debido a la inestabilidad de Pablo y la complejidad de la terapia que se debía utilizar en el viaje, la tecnología ECMO -oxigenación por membrana extracorpórea-, que se utiliza en casos de fracaso cardiaco y/o insuficiencia respiratoria severa para sustituir la función del corazón y los pulmones mediante un sistema que hace circular la sangre del paciente.

La gravedad de la situación agilizó la movilización entre los diferentes hospitales se pusieron en contacto para completar un traslado que hasta la fecha sólo lo realizaban profesionales de los hospitales 12 de Octubre, Materno Infantil de Málaga y Vall d'Hebron.

La imposibilidad de auxiliar al pequeño de los equipos de los otros centros más cercanos provocó el ofrecimiento de los profesionales malagueños, que no dudaron en emprender el viaje y coordinarse con los hospitales de Burgos y Madrid.

De este modo, un intensivista pediátrico, un cirujano cardiovascular, dos enfermeras y una enfermera perfusionista, coordinados por la Dirección del Hospital Regional de Málaga, viajaron de urgencia en avión comercial hasta el aeropuerto de Barajas, donde les esperaba una ambulancia enviada desde Burgos, previo paso por el Hospital 12 de Octubre, para recoger todo el material para la ECMO.

El intensivista pediátrico del Hospital Materno Infantil que acudió hasta Burgos, Antonio Morales, relata que el traslado de Pablo fue diferente a otros previos dada la peculiaridad de las circunstancias.

«Viajamos sin nuestro material, no conocíamos el hospital. Nos trasladó una ambulancia de Castilla y León con material de Madrid, todo utilizado por un equipo malagueño. La logística era más compleja, pero a pesar de eso, la implicación de profesionales de los tres centros estaba por encima de las dificultades», señala el intensivista.

«Cada profesional se coordinó con sus homólogos de Burgos y del 12 de Octubre. Todos trabajamos en equipo porque el traslado para ECMO era el último recurso. La recepción de los compañeros de Burgos y de la familia es lo más satisfactorio de este esfuerzo, además de haber estabilizado dentro de la gravedad al paciente», añade.

En menos de cuatro horas desde su llegada a la capital burgalesa, Pablo estuvo canulado, conectado a ECMO y estabilizado para emprender el traslado junto al equipo malagueño, que estuvo con él en la ambulancia hasta su llegada al 12 de Octubre.

El responsable de la Unidad de Urgencias Pediátricas y Cuidados Críticos del Hospital Materno Infantil, José Camacho, cuenta que «en sólo una hora los tres centros sanitarios se coordinaron para el traslado del menor».

«La ECMO era la única alternativa para este niño, que había entrado en una situación crítica. No dudamos en coordinar a un equipo de profesionales para el traslado y a altas horas de la noche, se solicitó a enfermeros, perfusionistas, cirujanos cardiovasculares e intensivistas pediátricos voluntarios para realizar este trabajo», comenta sobre cómo vivió aquellos instantes.

«La respuesta fue impresionante, con muchos profesionales dispuestos a realizarlo. Es emocionante saber que disponemos de un equipo humano tan implicado y con tanto sentimiento de pertenencia», concluye Camacho.