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La planta de Bridgestone de Burgos parará su producción del 22 al 31 de diciembre. Sindicatos y empresa han cerrado este miércoles el acuerdo del ERTE, que había presentado la multinacional por motivos productivos. El objetivo no es otro que acomodarse a la bajada de ... las ventas y vaciar los almacenes para arrancar el 2023 con «normalidad».
El expediente de regulación temporal de empleo se aplicará en las tres plantas de Bridgestone, que pararán durante Navidad. Así, mientras en Burgos el parón será entre el 22 y el 31 de diciembre, en Puente de San Miguel (Cantabria) será del 21 al 31. Los que menos pararán son los trabajadores de Basauri y Usánsolo, pues el ERTE se aplicará del 26 al 31 de diciembre.
El acuerdo de ERTE se ha cerrado con una «amplia mayoría» del comité intercentros. En concreto, con el apoyo de UGT, CCOO y BUB, los tres sindicatos que tienen representación en todas las plantas, que dentro de que la situación «no es agradable» se muestran satisfechos pues han conseguido minimizar el impacto de la medida, tanto en número de afectados como en términos económicos.
Las condiciones económicas «se acercan a las pretensiones de la parte social», admiten fuentes sindicales. Ello se traduce en que los trabajadores «prácticamente no tienen pérdida económica», explican. Los tres primeros días laborables no habrá pérdidas, pues se cobrará el 100% de la parte fija y de los pluses. El resto de días, un máximo de 4, se perderán solo los pluses.
Los cálculos de los sindicatos estiman las pérdidas entre 50 y 150 euros y recuerdan, además, que el ERTE no afectará a toda la plantilla. Habrá «pequeñas exclusiones», empezando por el personal de almacenes, que seguirá trabajando para sacar la mercancía. Quedan excluidos también los prejubilados, algunos empleados de oficinas o el personal de mantenimiento.
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Igualmente, los trabajadores que iban a estar de vacaciones los días de Navidad, recuerdan los sindicatos, entre el 30% y el 40% de la plantilla. En la negociación, la parte social ha intentado «minimizar» el impacto del ERTE, para conseguir que sea el menor número posible de trabajadores afectados y con las mínimas pérdidas. «Es a lo máximo que podemos llegar».
Los sindicatos esperan que con este ERTE se salve el bache. Se presenta por causas productivas, no económicas; hay una caída de las ventas y los almacenes están llenos, recuerdan. Y las previsiones que maneja la empresa es de poder volver a la normalidad en 2023. Al principio se producirá algo por debajo de lo habitual pero, para el segundo trimestre, se confía en poder subir la producción.
«Las previsiones de la compañía es que, a partir de enero, las ventas estén dentro de lo razonable, con un incremento en el segundo trimestre», apuntan fuentes sindicales. De ahí que confíen en que no habrá nuevas medidas de estas características, si bien son conscientes de que se depende de la evolución de la economía internacional.
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