La patronal burgalesa muestra su «preocupación» por el frenazo económico

Sin embargo, los resultados finales del ejercicio no cumplirán las expectativas con las que comenzó el 2022, debido a la confluencia de varios factores, como la invasión rusa de Ucrania, la inflación, la crisis de componentes y materias primas y los precios de la energía. Unos factores que, a juicio de la patronal burgalesa ya están estancando el crecimiento económico provincial.

Así lo ha asegurado hoy el presidente de FAE, Miguel Ángel Benavente, quien durante el habitual desayuno informativo de cierre de año ha mostrado su «preocupación» por la evolución económica de este último trimestre del año. Una evolución que a su juicio se extenderá durante el próximo ejercicio.

Sí, «en 2022 ha seguido creciendo la economía, disminuyendo el paro, creando empleo indefinido y aumentando el consumo» en Burgos, pero numerosos indicadores apuntan ya a un estancamiento del crecimiento económico.

En este sentido, Benavente ha puesto el acento, no solo en los factores internacionales, sino también en la «voracidad» de la administración, la «expansión del gasto público», el incremento de la «presión fiscal» y las subidas de las cotizaciones a la Seguridad Social planteadas por el ministro Escrivá.

Según el portavoz de los empresarios burgaleses, la confluencia de todos esos factores, unida a la «inestabilidad política», suponen un lastre para las empresas españolas, que perderán «competitividad».

Aún así, la fotografía de situación en Burgos mantiene evidentes diferencias con respecto a la economía del conjunto del territorio nacional. A este respecto, Benavente ha insistido en que «el comportamiento industrial Burgos es un factor positivo diferencial», sobre todo teniendo en cuenta su «diversificación».

Así de hecho lo muestran los datos, ya que es el propio sector industrial, unido al de la construcción, el que más está tirando ahora mismo de la economía burgalesa, a pesar de la crisis que están atravesando varios subsectores, como el de la automoción.

Básicamente, Burgos cuenta con una posición de salida más cómoda que otros territorios para afrontar los vaivenes económicos al ser la segunda provincia de España con mayor peso industrial dentro de su PIB (32,15%). Esa circunstancia permite, entre otras cosas, mantener un enorme músculo exportador (2.685 millones de euros hasta septiembre, la mejor cifra de los últimos años) o un gran poder adquisitivo en la comparativa con el resto de España (la sexta provincia).

En todo caso, el objetivo de la patronal de cara a 2023 se mantiene inalterable: pelear por mantener el impulso empresarial en la provincia a pesar de las marejadas internacionales y normativas. Para ello, FAE ha diseñado una hoja de ruta mediante la que se pretende fortalecer el mercado laboral burgalés sus contactos con las organizaciones empresariales de otros territorios, fomentar el emprendimiento a través de diferentes actividades, reforzar el asociacionismo y trabajar en la atracción y retención del talento.