Borrar
Las diez noticias imprescindibles de Burgos este martes 21 de enero
Las representantes de las asociaciones feministas de Burgos. BC

La ausencia de políticas efectivas de igualdad y la relajación social refuerzan la violencia de género

Las asociaciones La Rueda e Hypatia critican que falta una revisión de la efectividad de la Ley Integral y los recursos públicos. Denuncian una normalización de la violencia sexual, sobre todo entre los jóvenes, y el avance de las ideologías machistas

Miércoles, 8 de marzo 2023, 07:04

Durante el pasado año, 49 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas en España. Diciembre fue un mes nefasto, que encadenó una muerte tras otra, una deriva que se extendió a 2023. Cumplidos los dos primeros meses del año son ya 10 las mujeres asesinadas ... , un 20,4% del acumulado en 2022. Y la lacra no cesa. Día tras día hay detenciones por agresiones, amenazas o violaciones, y la corriente negacionista, que gana adeptos entre los más jóvenes, no ayuda.

«Hay una vuelta atrás brutal», afirma Ángeles Ruiz, la voz de Hypatia Burgos. Parece que lo moderno ahora, lo transgresor, es ser retrógrado, apunta su compañera Irene Ortega. Así que a ninguna de las dos les extraña que estén repuntado los asesinatos machistas. Ruiz considera que está fallando la prevención, «la gran olvidada» en muchos ámbitos institucionales; también la evaluación sobre la efectividad de la Ley Integral de Violencia de Género y demás medidas y recursos públicos.

Es imprescindible para detectar errores y desviaciones, a fin de enmendarlos. Una reflexión que comparte Laura Pérez, de la asociación La Rueda. «No tenemos que bajar la guardia» y es lo que, a su juiciom está pasando. Que nos hemos «relajado», sin darnos cuenta de que las herramientas de protección y prevención de las que disponemos ni son suficientes y ni lo suficientemente efectivas. «Si consideramos que, como tenemos una ley integral y un pacto de estado, está todo hecho y no analizamos cómo impactan en las mujeres… nos encontraremos con estos repuntes».

«La violencia de género no ha desaparecido de la sociedad», insiste Pérez. Se ha avanzando mucho, evidentemente. Antes «había mucha violencia soterrada, normalizada, asentada en las relaciones de pareja». Ahora, sin embargo, las mujeres se atreven a denunciar, a decir 'no', dejan de consentir y aguantar. «Las mujeres empezamos a ser conscientes de que no nos tienen que tratar mal, ni agredir física o psicológicamente, ni menospreciar, controlar o minusvalorar». Pero no es suficiente.

Hypatia y La Rueda insisten en que hay que revisar los sistemas, los modelos, los recursos y las herramientas pues, con los datos recientes, se demuestra que no están siendo efectivos. Y ambas asociaciones achacan este fallo al Ministerio de Igualdad, que «está más preocupado de otras cosas que de analizar la situación real de la violencia de género; el impacto de las medidas, si se cumplen o cuáles quedan por implementar», afirma Pérez.

La dañina polémica del 'Solo sí es sí'

La Rueda e Hypatia son muy críticas con la polémica que ha suscitado la ley del 'Solo sí es sí ', cuyo propósito apoyan (el endurecimiento de las penas contra agresiones sexuales) pero cuyo desarrollo cuestionan. «La intención parece buena, reconvertir el abuso y la agresión sexual en un solo tipo porque parece que se quita hierro a la situación», indica Laura Pérez, de La Rueda; se incluyen agravantes importantes, se reconoce la agresión sexual en el seno de la pareja…

Sin embargo, «se debería haber previsto el impacto en las condenas anteriores». Y Pérez critica especialmente el enrocamiento del ministerio , que no ha sido capaz de admitir su error; y la actitud de la ministra, que lanza mensajes más de «mítin político» que de un representante público.

Por su parte, Ángeles Ruiz afirma que en Hypatia de manera mayoritaria abogan por modificar la ley, para evitar la situación que se vive ahora, y que el acoso y la agresión sean considerados delitos públicos, para que no sea imprescindible la denuncia de la persona agredida o acosada.

Además, Ruiz recuerda que «el consentimiento se queda muy corto, pues se niega el deseo». Irene Ortega recuerda que hay mujeres que consienten bajo coacción (que no tiene por qué ser con una pistola en la cabeza), por educación, por no perder a su pareja, porque es lo que se espera de ellas…

«Es muy grave que haya mujeres que consienten sin desearlo, así que no hay que perder de vista el concepto del deseo». Y ahondar en la educación afectivo-sexual para ni presionar ni ceder.

«Tenemos un Ministerio de Igualdad que pasa de hacer políticas en favor de las mujeres y destina los recursos a otras políticas que nada tienen que ver», apunta Ruiz. Y va mucho más allá al considerar que «las mujeres somos las grandes ausentes de las políticas del ministerio, cuando no somos las víctimas». Así que los presupuestos son escasos y los recursos para implementar la Ley Integral, también; se abandona la prevención y no se identifican las nuevas formas de violencia contra la mujer, ni se lucha contra ellas.

Todo ello constituye un caldo de cultivo excelente para una revictiminzación de las víctimas, a las que se acaba imponiendo la responsabilidad de su protección y cuidado, lamenta Pérez. Y también para el crecimiento de una ideología machista en alza, que niega la violencia de género, pretende convertir a los hombres en víctimas, y cala fácilmente entre los más jóvenes. Ahí se abre otra brecha que preocupa mucho a las asociaciones: las chicas jóvenes que son víctimas sin reconocerlo.

Una «invención ideológica»

Ángeles Ruiz, de Hypatia, insiste mucho en que está fallando la prevención, que se ha abandonado. Y las experiencias de sensibilización en los centros educativos muestran que algo está cambiando. «Por primera vez en la historia nos estamos encontrando una oposición brutal de alumnos, sobre todo chicos, de negar la violencia de género y salirse del aula y no querer escuchar la charla», admite Laura Pérez. «Es puntal, pero antes no nos encontrábamos este fenómeno».

El aborto y la culpa

La polémica suscitada por la decisión de la Junta de cambiar el protocolo de atención a mujeres embarazadas que se someten a la interrupción voluntaria del embrazo ahonda en la consideración de la mujer como menor de edad, irreflexiva, irresponsable y egoísta. La Rueda e Hypatia coinciden en esta reflexión y vinculan el asunto con una forma directa de violencia machista. «Intentar tutelar a las mujeres», insiste Laura Pérez.

Y «crear un sentimiento de culpa», cuando se habla de que escuchen el latido del bebé, comenta Ángeles Ruiz. «La maternidad se ve como un destino biológico o un imperativo social, pero no como una opción», así que las mujeres que abortan son «irresponsables y perversas».

Las mujeres están siempre juzgadas, como ocurre con las agresiones y la violencia de género. «El delito de violación es juzgado socialmente como ningún otro», apunta Irene Ortega; se cuestiona cómo iba vestida la víctima, por qué iba o venía, por qué se fue con quien se fue… la culpa, de ella.

Es una realidad que también sufre la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Violencia Doméstica (ADAVAS), que lleva realizando talleres en los centros escolares desde el año 2003. «No es que hayamos notado ahora un cambio en la tendencia ideológica, ya existía», apunta Almudena Román, que lleva años denunciando que los jóvenes están replicando los roles de género, los modelos de pareja que deberían estar superados.

Sin embargo, en sus charlas Román se encuentra con que «la mayoría de los chicos hacen piña, se ponen a la defensiva» cuando se habla de violencia de género, y también algún profesor. Estudios actuales han mostrado que un porcentaje elevado de chicos creen que la violencia de género es una «invención ideológica», aunque las chicas «sí que tienen más conciencia». Ellos te dicen que tienen miedo a ir por la calle de noche, porque les pueden robar, pero cuando les hablas de que sufran una violación se echan a reír…., explica Román. Y es que ese peligro es exclusivo de las mujeres.

Normalizando la violencia sexual

Otra de las preocupaciones de las asociaciones que atienden, asisten o defienden los derechos de las mujeres es la normalización de la violencia sexual, también preferentemente entre los más jóvenes. Falla la educación afectivo-sexual, en los centros educativos y en la sociedad. Y, ahora más que nunca, los chavales usan como referente la pornografía, cuyos mensajes se refuerzan con series, películas y canciones de moda.

«La pornografía es una escuela de violación», apunta Irene Ortega. «El hombre siempre ve satisfecho su deseo pese a la resistencia de la mujer, cuyo deseo no es relevante»; la mujer ocupa siempre un papel de inferioridad y sumisión, manteniendo al 'dices no pero en realidad sí que quieres'. El acceso a la pornografía es muy sencillo gracias a internet y si lo se ve se refuerza con mensajes de canciones que alientan una violencia sexual que es agresión, indica Pérez, ahí está la razón de que hayan aumentado las agresiones sexuales y las violaciones en grupo, matiza Ortega.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta La ausencia de políticas efectivas de igualdad y la relajación social refuerzan la violencia de género