Con satisfacción, por parte de los convocantes, se ha cerrado la primera de las jornadas de huelga convocadas en el sector del comercio de Burgos. Tras un largo día de movilizaciones, la sensación general entre trabajadores y sindicatos es la satisfacción por haber conseguido cerrar ... numerosos establecimientos y paralizar la jornada de compras en este sábado del puente de la Constitución.
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Se trataba de visibilizar la fuerza de un colectivo profesional que, a menudo, pasa desapercibido, y dar un toque de atención a la patronal de cara a retomar las negociaciones y conseguir unificar los cuatro convenios colectivos (alimentación, muebles, equipamiento de la persona y mixto) en un único texto, igualando condiciones laborales. Sin embargo, los comerciantes no están dispuestos a aceptar lo que consideran un «chantaje» y mantienen su disposición a negociar cada convenio, sin opción a la unificación.
Julián Vesga, vicepresidente de la FEC y comerciante, ha recordado que la asamblea de comerciantes, por unanimidad, se ha negado pues consideran que no es viable dicha unificación y «no nos vamos a saltar un mandato de la asamblea», ha insistido Vesga. Es más, con la convocatoria de huelga los comerciantes están pidiendo a la directiva que «no ceda ante el chantaje», pues están dispuestos a negociar uno por uno el convenio y mejorarlo, pero no a unificar.
Desde CCOO insisten en que piden equiparar la situación de Burgos a la de otras provincias. «Los textos de los convenios son similares, por no decir iguales», afirma Maribel Juárez. Mientras, el secretario de Acción Sindical de CCOO, Luis Sáenz, asegura que el convenio de Burgos ha pasado de ser uno de los mejores a un convenio en precario. Los trabajadores han perdido hasta 75 euros al mes en poder adquisitivo. «No puede ser que sigan pagando la crisis los mismos», afirma.
Los trabajadores del comercio echan horas sin cobrarlas, tienen que hacer extras con motivo de fechas tan señaladas como el Black Friday, no están regulados los domingos y festivos... y, a todo ello, se le une un bajo salario, que ha ido actualizándose por debajo de las revisiones de otras provincias. Se plantean subidas de entre el 2% y el 3%, como en Castilla y León, insisten.
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Así que el bloqueo sigue muy vivo y, si nada lo remedia, los trabajadores están llamados de nuevo a la huelga el próximo 23 de diciembre (y de ahí al 24, 30 y 31). Y para entonces los sindicatos sí que anuncian movilizaciones mucho más importantes, menos pacíficas, pues aseguran que los trabajadores del comercio están hartos y ha llegado el momento de cambiar la situación en Burgos.
La jornada de huelga se iniciaba, de buena mañana, con muchos establecimientos cerrados, al menos en el centro de la ciudad. Un piquete de trabajadores y sindicatos se dedicaba durante la mañana a recorrer las principales calles comerciales para asegurarse de que los establecimientos cuyos trabajadores estaban llamados a la huelga (unos 4.000) no abrían.
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La convocatoria afectaba al pequeño y mediano comercio de equipamiento de la persona, alimentación, muebles y mixto. Fuera han quedado las grandes superficies comerciales y las firmas que tienen convenio propio, como El Corte Inglés, Mercadona o Dia. También, los autónomos y las empresas familiares, insisten los sindicatos, que se han centrado en cerrar las grandes cadenas de textil y complementos.
En su recorrido por el centro, el piquete informativo ha marcado como zona cero la calle Vitoria. A primera hora, las tiendas estaban cerradas, incluidas las del grupo Inditex (Zara y Bershka), pues muchos de sus trabajadores habían ido a la huelga. Eso sí, tras pasar el piquete informativo se abrían, así que la lucha de la mañana se centraba en mantenerlas cerradas, como ya ha ocurrido por la tarde.
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Mayor seguimiento, voluntario, ha habido en calles como La Puebla, San Juan, Santander o La Moneda. Firmas com Oysho, Woman'Secret, Pull & Bear, H & M, Stradivarius o Calzedonia han estado cerradas, y otras tiendas, también en la Plaza Mayor, La Paloma o Laín Calvo, iban abriendo o cerrando según pasaba el piquete informativo. Y lo mismo ha ocurrido en tiendas más pequeñas, reconoce Vesga, así que algunas directamente han optado por cerrar por la tarde.
Pese a que la convocatoria era pacífica se han vivido algunos momentos complicados, por ejemplo, en Zara Home, donde se montaba una sentada e incluso el piquete ha accedido al establecimiento para forzar el cierre. O en Ale Hop, que estaba abierta por la mañana, y su personal se ha enfrentado al piquete informativo. Ante la negativa de cierre, el piquete ha entrado en el establecimiento y forzado la bajada de la persiana, hasta que acabó llegando la policía.
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Julián Vesga, vicepresidente de la FEC, lamenta esta actitud «beligerante y violenta, que está fuera de lugar», afirma, y critica que se esté intentando «coacionar» a los comerciantes, que han perdido hoy un día de ventas en plena campaña de Navidad. Desde los sindicatos, y los propios trabajadores, han negado un comportamiento violento, pues se ha conseguido cerrar muchos establecimientos simplemente hablando con su personal.
Así las cosas, los sindicatos muestran su satisfacción por el resultado de la huelga y hablan de un seguimiento del 85%. Sin embargo, en la FEC afirman que el pequeño comercio ha abierto, aunque bajando la persiana cada vez que se acercaba el piquete, pues a nadie le gusta tener a un grupo de personas pitando y voceando a la puerta de su negocio. Así han estado mañana y tarde, los que han permanecido abierto. Algunos, incluso, se han atrevido a abrir por la tarde cuando por la mañana estuvieron cerrados.
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Eso sí, la actividad de la huelga se ha centrado en el casco histórico. En Gamonal el comercio ha funcionado sin problemas y las tiendas de los centros comerciales también han estado casi todas abiertas, lo mismo que los establecimientos del resto de los barrios. Lo ocurrirá lo mismo, insisten los sindicatos, y se les fuerza a mantener la convocatoria del 23 de diciembre, así que todos, patronal y trabajadores, confían en poder dar salida a la crisis en las dos próximas semanas.
Julián Vesga tiene claro que, más allá de la negociación del convenio colectivo, subyace una guerra que no debería implicar al comercio de Burgos. Vesga ha insistido en que la mayor parte de los trabajadores que conformaban el piquete pertenecían al Grupo Inditex,así que les anima a que si tienen un problema lo resuelvan con la firma, y no arrastren al pequeño comercio de Burgos.
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«Es una guerra en la que nada tenemos que ver», insiste, pues las cadenas como las de Inditex deberían tener su propio convenio colectivo, pero están sujetas al convenio local, generando muchos problemas. «Inditex tiene unos márgenes que los demás ni soñamos con ellos», insiste, y unas condiciones laborales que tampoco son compartidas por el pequeño y mediano comercio de la ciudad.
El parón del 7 de diciembre es un toque de atención. Si no surte efecto, las movilizaciones continuarán los días 23, 24, 30 y 31 de diciembre, y el comercio teme sus efectos en la campaña de Navidad, incluso con paralización de las contrataciones. Vesga afirmaba en declaraciones recientes a EFE que «no cree que nadie se arriesgue a contratar empleados para la campaña en esta situación».
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