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Raquel Romero
Martes, 3 de septiembre 2024, 07:15
Concursos literarios que tengan como premio libros o material de caligrafía, cuentacuentos, talleres infantiles, presentaciones de libros e incluso gymkanas para jóvenes y adultos. Estas son algunas de las dinámicas que la librería burgalesa Hijos de Santiago Rodríguez pondrá en marcha el próximo mes con el fin de celebrar su 175 aniversario.
Desde los más pequeños hasta los más mayores: todos los públicos tendrán su hueco en la programación. «Queremos pasar por todas las generaciones y queremos que todo el mundo encuentre su hueco para celebrar y devolverles un poquito de lo que nos han dado», revela Lucía Alonso, que forma parte de la sexta generación familiar de libreros y es la actual regente del negocio.
La agenda cultural de Hijos de Santiago Rodríguez comenzará en septiembre y se extenderá hasta abril, según apunta Alonso. Habrá algunos invitados estrella como el polifacético escritor David Uclés, que presentará su libro 'La península de las casas vacías'; Andrés Pascual, que expondrá 'El árbol de las palabras' o el novelista Francisco Narla, que hablará sobre su última obra, cuyo protagonista es el hijo del Cid; por lo que será un evento «doblemente burgalés», asegura la descendiente de Rodríguez.
Entre otras propuestas culturales incluidas en el organigrama, destaca la de una gymkana por las calles de Burgos para buscar libros; una actividad que cuenta con la colaboración del escritor local Roberto Alcalde, autor del libro solidario 'Sonrisas de Cartón'.
Un establecimiento «de toda la vida», así lo consideran los lugareños. Tanto que, para algunos, ha sido incluso «un punto de encuentro», tal y como lo describe una burgalesa a este periódico. Más que un negocio, la librería Hijos de Santiago Rodríguez es un museo literario, un manantial de conocimiento y cultura del que emanaron miles de burgaleses en los inicios del negocio en la capital, en el siglo XIX.
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Aythami Pérez Miguel
Santiago Rodríguez fundó la librería bajo el deseo de hacer frente al 80% de analfabetismo que existía en España en 1850, año en el que se inauguró el establecimiento. Su carácter emprendedor y su espíritu curioso fue lo que llevó al burgalés a abrir un punto de venta de libros en la ciudad de Burgos, idea que le llegó a Rodríguez tras visitar Londres y admirar las máquinas de impresión que utilizaban allí. Así lo cuenta la actual gerente de la librería, que se ha convertido en la más antigua de España y la quinta de Europa.
El local, que ha pasado de generación en generación hasta llegar a Lucía, ha pasado por varios cambios desde su nacimiento. Además de desprenderse del servicio de editorial que impuso su creador en los inicios del negocio, el establecimiento se ha trasladado varias veces, la última, de la calle Laín Calvo a la calle Avellanos, donde se encuentra actualmente.
Las nuevas tecnologías no han logrado eclipsar al formato de lectura de siempre. Aunque son muchos los que prefieren la pantalla táctil, los hay que no renuncian a pasar las páginas de un buen libro. Y el máximo ejemplo de ello lo refleja la librería Hijos de Santiago Rodríguez, en pie después de 175 años de su debut. «Se siguen vendiendo libros. Hay una cultura bibliográfica muy grande», cuenta Lucía.
La burgalesa tampoco ha perdido la oportunidad de destacar la afición lectora que habita entre los lugareños de su ciudad natal. «Burgos es una ciudad que tiene mucho amor por los libros, muy lectora; lee la gente mayor, lee la gente joven y los pequeñajos», explica, agradeciendo el cariño del público que ha sacado adelante el negocio estos años.
«He heredado el esfuerzo y el trabajo de muchas generaciones tanto de mi familia como de todo el equipo personal y humano que hemos tenido trabajando en la librería», explica Lucía con brillo en los ojos. Y formar parte de esta dinastía de libreros es todo «un orgullo» para ella, a la vez que una gran responsabilidad, ya que, heredar «tantos años de historia» hace que la burgalesa esté en la constante necesidad de seguir «mejorando» el negocio y «adaptarlo a los tiempos de hoy en día».
Y así es como, después de años de esfuerzo, dedicación y sobre todo pasión por la literatura, Hijos de Santiago Rodríguez se ha consolidado más que como un referente, como un refugio para los burgaleses y uno de los edificios que construyen la historia de la capital.
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