Pradorey, el sueño hecho real de un enamorado de la tierra y del vino

Javier Cremades de Adaro, nacido en 1924, vio su sueño cumplido de elaborar vinos de calidad cuando adquirió la finca histórica más importante de la Ribera del Duero, Real Sitio de Ventosilla, en 1989. Javier, un enamorado del campo, supo ver y además anticipar el potencial que tenían estos terrenos adyacentes al río Duero. Apostó por la elaboración de vinos de calidad en la Ribera del Duero en un momento histórico en el que dicha Denominación de Origen presentaba más incógnitas que realidades.

Fue en ese año cuando comenzó a plantar 520 hectáreas de viñedo en latitudes consideradas imposibles en su día. Fue algún tiempo después, en el año 1996 cuando vio la luz el primer vino tinto elaborado en la bodega. Un año después, Cremades lanza al mercado un vino que marcará un hito dentro de la denominación de origen de la ribera, Pradorey Roble. A partir de entonces, la innovación, impresa en el adn de la bodega, la osadía del equipo y la búsqueda de la excelencia han marcado el camino a seguir.

De esta forma y en función de esta filosofía de la empresa, Pradorey ha sido la primera bodega en hacer un rosado pálido en la Ribera del Duero (Lía de Pradorey), en dejar incolora la uva tempranillo (El Cuentista), en utilizar el sistema boreal en Rueda, en elaborar un vino en antiquísimas tinajas de barro (El Buen Alfarero) o en atreverse con el sistema de criaderas y de soleras para hacer un vino tan exclusivo como es el El Retablo.

Además, Pradorey defiende la máxima calidad de sus vinos con un claro compromiso con la sostenibilidad y cuidado del medio ambiente. Prueba de ello es que se autoabastecen de electricidad a través de una presa hidroeléctrica y un huerto solar. El ganado de la finca, ayuda a generar abono natural para todos los cultivos, incluido el viñedo. Reciclan todos los residuos que generan de las materias primas que utilizan y han reducido el consumo de propano y colaborado en la reducción de la huella de carbono con políticas de producto más sostenibles. Recientemente, han reconvertido en ecológico 2 de sus 8 pagos: Salgüero y La Recorba.

Actualmente, Javier Cremades de Adaro, continua siendo el propietario de la misma, aunque en 2006 pasó el relevo a sus nietos quienes dirigen desde entonces esta bodega emblemática de la denominación de origen Ribera del Duero. De esta forma, la bodega tiene en la actualidad a Fernando Rodríguez de Rivera Cremades como director general mientras que la Dirección Comercial corre a cargo de Jorge Rodríguez de Rivera Cremades. Francisco Martín San Juan es el director técnico.

Si algo llama la impresión de la bodega es la historia del Real Sitio de Ventosilla, adquirido por la reina Isabel I en el año 1503 al conde de Ribadeo por 2.286.333 maravedíes. Con los años pasó a la propiedad del primer duque de Lerma, quien levantó en ella un palacio diseñado por el arquitecto Francisco de Mora para dar albergue al rey Felipe III en su paso por la finca. De hecho, Lope de Vega representa en los jardines de este palacio algunas de sus obras para deleite del monarca y el pintor Rubens también disfruta de alguna estancia en el lugar.

En 1921 se pone en marcha la central hidroeléctrica que aún surte de energía eléctrica a la finca, a la bodega y a la posada. Unos años después, en 1928, la finca es declarada 'explotación agraria modelo' por el rey Alfonso XIII. Con un total de ocho pagos de plantación de viñas, Pradorey inició en el año 2014 la que ha llamado su 'segunda revolución enológica' con vinos muy fieles al terruño y una intensa apuesta por la innovación.

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