Cómo renovar una casa sin obras y con poco presupuesto

La buena noticia es que hoy en día existen muchas alternativas a las reformas tradicionales para mejorar (y mucho) el aspecto de una vivienda sin meterse en grandes fregados. La mala es que no siempre es tan sencillo como nos lo venden. Es lo que se conoce como 'obra seca', llamada así porque durante el proceso de contrucción no se usan elementos húmedos como cementos o masillas. Se trata a grandes rasgos de pintar azulejos para 'rejuvenecer' la estancia, colocar suelos por encima de los antiguos, levantar paredes de yeso, cambiar los embellecedores de los enchufes o empapelar una habitación, entre otras muchas opciones.

«Todos los materiales que se usan en este tipo de 'reformas' se clavan, pegan o encastran, con la gran ventaja de que los inquilinos pueden convivir con las obras. Los trabajos son más limpios y los plazos de ejecución se acortan», precisan en el portal Habitissimo. Los baños y la cocina son dos de las estancias donde el resultado llama más la atención, porque la transformación es radical. «A nivel general, una intervención tan sencilla como pintar las puertas, jambas y rodapiés también supone un cambio muy importante en el aspecto de la vivienda», añade la interiorista bilbaína Marina Acosta, experta en acondicionar y modernizar casas que se han quedado anticuadas para ponerlas en alquiler o venta. Manos a la obra.

Si quieres 'rejuvenecer' el aspecto de su baño sin llenar la casa de escombros y con un presupuesto más que ajustado, tienes dos opciones que quedan muy vistosas: pintar los azulejos existentes o alicatar por encima, una opción más complicada de lo que parece a simple vista para un manitas al uso, puesto que no siempre hay espacio suficiente y los remates pueden llevarle por la calle de la amargura, sobre todo los que coinciden con ventanas o una bañera. «En cualquier caso, lo primero que hay que hacer es comprobar que las losetas están bien ajustadas a la pared para evitar que terminen saltando con el paso del tiempo», aconseja la interiorista vizcaína.

Si finalmente se decide por pintar los azulejos, es importante que antes de meterse en faena se realice un rejunteo de las baldosas para que el acabado sea fino. El proceso es sencillo. Se limpia bien la superficie, después se aplica la imprimación (si la pintura lo requiere) y finalmente se esmalta. Truco de experta: «Para que el resultado sea de lo más profesional, es importante usar un esmalte de poliuretano (muy potente y duradero) y aplicarlo con pistola», señala Marina Acosta, de Homestaging Bizkaia.

Otra opción para renovar la estética de los baños es cambiar la grifería por otra más actual sin necesidad de tener que mover las tomas de fontanería de sitio, sustituir la barra de la cortina por una mampara fija, cambiar los accesorios (papel higiénico, toallero...), poner un mueble nuevo o colocar un suelo vinílico por encima del ya existente. «El siguiente paso para redondear la reforma es jugar con los elementos decorativos; plantas, láminas, textiles...», aconseja Marina Acosta.

La reforma 'seca' de la cocina funciona con unas claves similares a las del baño. Si las paredes están alicatadas y el azulejo se encuentra en buenas condiciones, se puede hacer lo mismo que en el ejemplo propuesto para el cuarto de baño. Lo mismo ocurre con los frentes de los armarios, que también se pueden pintar con esmalte de poliuretano para darles una segunda vida. «A veces basta con cambiar los tiradores, la grifería y poner una nueva encimera para conseguir el cambio que buscamos. Otras, es necesario sustituir algunos de los electrodomésticos o incluso despejar la cocina de muebles altos y poner baldas para ampliar visualmente el espacio. Poner una campana exenta y vitrcerámica dan un aspecto mucho más actual, por ejemplo», conviene Marina Acosta.

Esta es una de las estancias de la casa es en las que se puede hacer más con menos. Con una «buena base de pintura» y el estilismo adecuado, se pueden conseguir unos resultados espectaculares. «El truco es pintar en tonos neutros y a partir de ahí jugar con complementos de diferentes colores y texturas. Lo bueno es que si dentro de una año te has cansado de los cojines verdes, cambias la funda por otro color y asunto arreglado. Otra opción es la contraria. Es decir, jugar con papeles pintados estampados y la ropa de cama neutra», aconseja la interiorista bilbaína.