¿Quiere dormir bajo las estrellas o en una casa en un árbol?

Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, son muchos los ciudadanos que ya tienen la cabeza puesta en las vacaciones, sobre todo después de dos años marcados por las restricciones. Maletas, documentación, billetes, reservas de restaurantes, revisión del coche, seguros de cancelación, excursiones... «Se nota que la gente tiene más ganas de viajar que nunca, pero también es cierto que la pandemia ha modificado de alguna manera tanto los destinos como el tipo de alojamientos que se demandan», coinciden los principales touroperadores.

Para muchos viajeros ya no basta con visitar un lugar bonito o dormir en un buen hotel. Su objetivo va más allá de pasar unos días de sol y playa o ver una exposición en un museo atestado de gente. «Buscan experiencias diferentes, planes originales, vivir aventuras fuera de lo común... Y, en ese aspecto, el tipo de alojamiento juega un papel fundamental en la planificación de las vacaciones», explica Brigitte Hidalgo, directora de operaciones de Weekendesk, una plataforma especializada en reservas de corta estancia y fines de semana temáticos.

De ahí que una de las tendencias con más tirón entre los viajeros que buscan experiencias diferentes sea el llamado 'glamping' o 'cool camping', «una nueva forma de hacer acampada que combina el contacto directo con la naturaleza del camping de toda la vida con el glamour y los servicios de un hotel de cinco estrellas», explica Sergio Chocarro, gerente de la Federación Española de Campings (FEEC).

Estos alojamientos singulares, tan en boga desde hace un par de años en todo el mundo, ofertan desde habitaciones burbuja en medio del campo para dormir bajo las estrellas a cabañas en los árboles –muy demandadas por las familias– casas flotantes, tiendas safari, vagones de tren reconvertidos en coquetas casitas en el bosque, iglús, tipis (tiendas inspiradas en las de los indígenas americanos), chozas para practicar yoga en primera línea de playa... «Los 'glamping' se han puesto de moda porque resultan muy llamativos, sobre para los clientes que hasta ahora no se habían atrevido con el camping. Las pernoctaciones no dejan de subir y ya nos hemos convertido en auténticos 'resorts' al aire libre», se felicita Chocarro.

«Este nuevo concepto de acampada engloba una gran diversidad de estancias, todas ellas muy originales y siempre en plena naturaleza. La idea es vivir una experiencia diferente en un alojamiento singular, que ofrezca tres cosas fundamentales: comodidad, privacidad y, sobre todo, una viviencia realmente única con cierto toque 'deluxe'», enumera Brigitte Hidalgo. A su juicio, el 'boom' de este tipo de alojamientos atípicos, con servicios originales y un enfoque de lujo, no solo ha diversificado la oferta hotelera, sino que también ha contribuido a impulsar el turismo en algunas zonas rurales de comunidades como Castilla-La Mancha o Castilla-León, donde se han abierto numerosos complejos de 'glamping' en los últimos años.

A diferencia de lo que ocurre en las acampadas tradicionales, en este caso los clientes no tienen que montar ni instalar ninguna tienda, a no ser que esa parte forme parte de la experiencia contratada, que también puede ocurrir porque la «personalización de los servicios» es otro de los atractivos del 'glamping', «muy solicitado por parejas y familias», añade el gerente de la Federación Española de Campings, cuyas reservas para esta Semana Santa superan el 80% de la ocupación.

Las habitaciones de este tipo de complejos, que suelen contar con servicios propios de un hotel de lujo como camas espaciosas, limpieza diaria o desayunos a la carta, están ubicadas siempre en plena naturaleza –ya sea un bosque, alta montaña, desierto o primera línea de playa– y a cierta distancia unas de otras para potenciar el concepto de exclusividad y la privacidad de los clientes, «un lujo» muy demandado desde la pandemia. «Hemos visto que, en muchos casos, la elección del destino va condicionada por el alojamiento, puesto que es donde la mayoría de los clientes desea pasar ahora más tiempo en su deseo de evitar aglomeraciones. Esto ha hecho que estos 'hoteles' poco convencionales, que antes de la pandemia eran algo excepcional, se encuentren en su mejor momento», argumenta la directora de operaciones de Weekendesk.

El diseño de estas cabañas, tiendas, burbujas o bungalows suele integrarse con el entorno y es habitual que usen paneles solares o energía eólica. «Se trata de instalaciones respetuosas con el medio ambiente situadas en lugares con encanto. Las tiendas safari, por ejemplo, son una opción perfecta para ir de camping con todas las comodidades. Es un 'glamping' en toda regla. Este estilo de tienda de campaña ha sido la favorita de reyes, nómadas y exploradores durante siglos y una de las más demandadas por su vistosidad y funcionalidad», explican en Glamping Hub, una plataforma de alquiler vacacional especializada en alojamientos de turismo rural con encanto.

En cuanto a las tarifas, la horquilla de precios varía mucho en función del tipo de alojamiento y los servicios contratados. Una familia puede alojarse en una cabañita de madera en medio de un bosque por menos de 100 euros la noche, pero los alojamientos de este tipo más exclusivos pueden superar los 1.000.