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Odiados por unos, imprescindibles para otros... ¿por qué los 'burpees' son el ejercicio más polémico?

Odiados por unos, imprescindibles para otros... ¿por qué los 'burpees' son el ejercicio más polémico?

Ha pasado de ser parte de un test militar a emblema de jóvenes que creen en el dinero rápido y la disciplina como redención

Viernes, 19 de julio 2024, 00:10

'Burpee' es una palabra de moda en redes sociales y gimnasios. Esa popularidad se debe a que pocas veces un ejercicio se ha cargado tanto de significado, más allá de convertirse en una herramienta para ponerse en forma. En la actualidad, el 'burpee' tiene detractores –de gente que no los practica– porque es símbolo tanto de una forma de entender el deporte como de una visión de la vida casi sectaria y con un cierto punto enfermizo. Y los que los incluyen en sus rutinas... también lo detestan por ser una técnica terriblemente exigente, ya que pone a prueba la resistencia pero también la fuerza de prácticamente todos los músculos del cuerpo.

Comencemos con su historia. El 'burpee' es un ejercicio relativamente nuevo dentro de los gimnasios. Fue inventado en 1930 por el fisiólogo de la Universidad de Columbia Royal Huddleston Burpee, de quien toma el nombre. Este experto, que también era culturista aficionado, escribió un libro a partir de su tesis doctoral en el que ideó esta técnica como una manera de evaluar el estado físico de una persona. El 'burpee' inicial consistía en hacer una sentadilla, colocar las manos a la altura de los pies, lanzar las piernas hacia atrás hasta quedarse en la posición de flexión y luego realizar todos los movimientos a la inversa hasta volver a estar de pie. Su función, en ese momento, era medir la respuesta cardíaca de los deportistas tras realizar cuatro de estos movimientos.

En 1942, en plena Guerra Mundial, las Fuerzas Armadas norteamericanas incorporaron el 'burpee' como un test para los reclutas que se sumaban a filas. Lo que hizo el Ejército fue establecer diversos lapsos de tiempo –desde veinte segundos a un minuto– y pedir a los soldados que realizaran el máximo número de este ejercicio con el cronómetro en marcha.

El 'burpee', en ese momento, era tan solo una medida para establecer la forma física de una persona, pero se estaba convirtiendo poco a poco en algo habitual en los entrenos. Ya se le habían incorporado cambios que lo hacían todavía más exigente y lo habían convertido en la tortura que supone hoy en día. Al llegar a la postura de plancha había que hacer una flexión de brazos y al llegar a la posición vertical, realizar un salto hacia arriba. Ya en esa época, el inventor del ejercicio comenzó a protestar. Lo que se estaba haciendo con su descubrimiento no era lo más adecuado. Según Royal Huddleston Burpee, el esfuerzo que exige esta técnica es adecuado para un test, pero no para realizarlo de forma constante, como si fuese una flexión de brazos o una sentadilla.

Casi todos los músculos

Sus quejas no sirvieron de nada, pese a que estaba advirtiendo de algo muy importante: el 'burpee' mal hecho puede ser bastante lesivo para las muñecas o la zona lumbar, por ejemplo. Es un ejercicio que recluta prácticamente todos los músculos del cuerpo y en muy poco tiempo permite acumular una fatiga considerable. Por ello, en las series muy largas es difícil practicarlo de forma correcta, lo que incrementa la posibilidad de tener problemas.

El desarrollo del CrossFit en los años 80 en Estados Unidos se olvidó de todas esas recomendaciones y lo incorporó a sus rutinas de entrenamiento. De esa manera, los 'burpees' comenzaron a popularizarse y sufrieron todo tipo de variaciones. Se incorporaron, por ejemplo, las versiones con chalecos lastrados para hacerlo todavía más duros o acercando las rodillas a los codos de manera alternativa tras realizar la flexión. Si ya era una forma de castigo –en algunos gimnasios se utiliza como sanción para el que llega tarde– su capacidad de sufrimiento se multiplica. Además, las redes sociales hicieron que surgieran los denominados retos de 'burpees': desde realizar 100, 200 o 300 de forma seguida a empezar con uno y añadir uno más cada día durante año, hasta llegar a una sesión de 365.

Hasta que llegó Llados. Este personaje de las redes sociales ha convertido el 'burpee' en una especie de símbolo de querer convertirse en millonario de manera fácil; de tener una supuesta mentalidad triunfadora y fabricarse hábitos disciplinados tras un periodo de mala vida. Este individuo –denunciado en España por una presunta estafa por el sistema que ha creado de clases 'online'– ha convertido los 'burpees' ( 'los fucking burpees', como él los llama) en una especie de parodia, en una bufonada. Sus consejos consisten, por ejemplo, en levantarse a las cinco de la mañana y ponerse a hacer 'burpees' como un poseso. Para un recién llegado al deporte es una garantía de lesión inminente.

Pese a esas tendencias, el 'burpee' sigue teniendo fanáticos defensores y detractores irredentos. Las camisetas con el lema 'Yo odio los burpees' son populares y habituales en los gimnasios. En cualquier caso, si alguien que no conoce este ejercicio y quiere saber de qué estamos hablando siempre puede probar el reto denominado 'Death by burpees' (muerte por burpees): consiste en pasar veinte minutos realizando este ejercicio sin descansar. Casi nadie sobrevive.

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