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El precio del metro cuadrado en las grandes ciudades es cada vez más caro. Basta con echar un vistazo a las inmobiliarias de las principales capitales para hacerse una idea de las cifras que se manejan en el sector, alejadas en muchos casos de los ... sueldos medios que cobran sus hipotéticos compradores o inquilinos. Si a esto se une la consolidación del teletrabajo como alternativa laboral, aprovechar al máximo cada centímetro de la vivienda es la nueva obsesión de los promotores. Y aquí es donde entran en juego empresas como Ori Living, la marca de muebles robotizados más importante del mundo, en la que ya han puesto sus ojos –y también su dinero, casi 30 millones de euros para ser exactos– multinacionales como Ikea o Google.
La compañía, fundada por el ingeniero vasco afincado en Nueva York, Hasier Larrea, se dedica básicamente al diseño y construcción de lo que los expertos en urbanismo ya han bautizado como los muebles del futuro, unas piezas modulares capaces de transformar su funcionalidad en apenas unos segundos para aprovechar al máximo el espacio de la vivienda. En otras palabras, armarios que se convierten en oficina con solo tocar un botón o camas que se elevan hasta el techo para dejar espacio al salón. Dos o incluso tres espacios por el precio de uno. La «ventaja» de los muebles robóticos transformables respecto a la oferta que existía hasta ahora en el mercado es que logran que esa transformación del espacio se consiga sin esfuerzo, «de una manera casi mágica».
«Los muebles transformables manuales han existido durante décadas. Todos nos acordamos de las camas plegables de nuestros abuelos. El problema es que sin la robótica y automatización, la experiencia para un usuario que vive en una vivienda urbana pequeña y que tiene que cambiar el espacio dos o tres veces al día es un engorro y no resulta nada práctico», explica Hasier Larrea, que vive con su pareja en un apartamento de 60 metros cuadrados en Brooklyn. El ingeniero guipuzcoano insiste en que no se trata de legitimar o fomentar un determinado modelo de vivienda sino de «solucionar» una realidad innegable que afecta cada vez a más personas. «Cuanta más gente se mude a las ciudades, más pequeños y caros serán los pisos».
El objetivo de la empresa Ori Living, nacida en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, uno de los más prestigiosos del mundo, no es otro que el de «aumentar la superficie útil» de apartamentos que muchas veces apenas superan los 40 o 50 metros cuadrados con la instalación de muebles mecanizados que en la práctica «pueden llegar a duplicar el espacio disponible». El catálago de la compañía, que de momento solo vende sus muebles a promotores de Estados Unidos y Canadá, incluye cinco modelos con diferentes funcionalidades pero con un denominador común. «Cada producto tiene un enfoque ligeramente distinto, pero todos comparten una experiencia de usuario que hace que el espacio se transforme con un botón, el móvil o la voz en un máximo de veinte segundos», precisa Larrea.
Los muebles se abren y se cierran, se elevan o se mueven en función de las necesidades del inquilino en cada momento. Lo que por la noche es el dormitorio a la mañana se transforma en la oficina y a la tarde puede ser la sala de estar. Los metros cuadrados son los mismos, pero su uso es diferente. «Todos los módulos tienen un esqueleto, músculo y cerebro 'ingenieril' que los automatiza pero que el usuario no ve. Y lo que hacemos después son diferentes diseños de mobiliario que cubren con funcionalidad y estética esa tecnología invisible», exlica Larrea, cuya empresa ya ha fabricado un mueble mecanizado para Ikea. Se trata del modelo Rognan, que la multinacional sueca comercializará en Hong Hong y Japón. El módulo incluye salón, dormitorio y armario en tres metros.
– ¿Qué precio tienen los muebles motorizados?
–Ahora mismo solo vendemos a promotores inmobiliarios, que compran los sistemas en grandes cantidades para instalar en sus edificios. De esta manera, los inquilinos puedan alquilar los apartamentos con la teconología ya incorporada. El promotor puede pagar entre 5.000 y 10.000 euros por un sistema. Hay que tener en cuenta que el metro cuadrado en ciudades como Nueva York ya está por encima de los 10.000 euros, así que la matemática financiera funciona muy bien para el promotor y para el usuario. Espacios más pequeños y asequibles, pero con la funcionalidad de superficies más grandes y más caras.
Este sistema permite compatibilizar en la misma superficie la sala de estar y el dormitorio. Basta con tocar un botón para que la cama se eleve y se integre en el techo. El módulo incluye un sofá con capacidad de almacenaje.
Es uno de los modelos más demandados. El módulo se cierra una vez que acabas de trabajar y la oficina queda oculta.
Es una solución que incluye varias habitaciones dentro de un espacio. Desde el dormitorio hasta la oficina privada, la sala de estar y el vestidor.
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