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No se trata de poner puntos de luz sin ton ni son, ni de colocar lámparas o focos por toda la casa como si fuese un centro comercial. La iluminación de una vivienda va mucho más allá. Tanto, que interioristas como Natalia Zubizarreta la consideran « ... el 70% de un proyecto». Además de su evidente función práctica, la iluminación «es un recurso estético con muchas posibilidades en cuanto al diseño de espacios porque un buen dominio de las diferentes luces puede aportar contrastes, texturas, matices cromáticos o, incluso, profundidad a cualquier estancia», añade un portavoz del departamento de iluminación del Grupo Novelec. Acertar con las luces es una de las claves para que una casa resulte práctica, agradable... y más amplia.
Tipos de iluminación
Antes de explicar cómo iluminar correctamente los diferentes espacios de una vivienda, es importante tener unas nociones básicas sobre el tema. La iluminación natural que baña la casa dependerá no solo de su orientación, sino también del número de aberturas (ventanas, claraboyas, lucernarios...) que tenga hacia el exterior. «Esta luz no se puede controlar, pero es fundamental tenerla en cuenta para diseñar el resto de la iluminación de la vivienda», explica el experto.
En cuanto a las fuentes de luz artificial, los especialistas en luminotecnia suelen distingir tres tipos: general (la forma más tradicional es la que usa un punto en el techo y se suele complementar con apliques en la pared); puntual (se utiliza para delimitar un espacio y resaltarlo, ya sea una obra de arte, una pared, un mueble...); y decorativa (el objetivo no es tanto iluminar como aportar calidez. Es el caso de la luz tenue de las mesillas de noche, por ejemplo). Y de la correcta combinación de todas esas fuentes de luz –la técnica se llama iluminación por capas– surge la magia que hace que un espacio nos resulte más o menos agradable. «La planificación de la iluminación puede influir, incluso, en el estado anímico», destacan en el Grupo Novelec.
Salón
¿Por dónde se empieza? «Pensar qué actividades llevamos a cabo en el salón (leer, ver la tele...) nos dará las claves para saber cómo y dónde iluminarlo», explican en 'La gran guía de la decoración' (Ed. RBA). En cuanto a la iluminación general, los expertos aconsejan colocar focos de luz cálida empotrados en el techo (entre 2.000 y 3.000 grados Kelvin) y, si puede ser, regulables. «Lo ideal es que sean leds de un mínimo de 7 watios con un metro y medio de separación entre ellos. También se debe tener en cuenta que, a mayor altura de techo, se necesita más potencia». Si lo que se pretende es crear diferentes atmósferas dentro de un mismo espacio, «se pueden colocar luces indirectas a ambos lados del sofá o un pie de lámpara para crear un rincón de lectura. Combinar leds con halógenos también ayuda a conseguir diferentes sensaciones», añaden las expertas de la guía de decoración.
Otra opción es colocar leds ultracálidos (unos 1.600 grados Kelvin) en zonas concretas del salón que simulan la luz de una vela. Los apliques especiales para iluminar cuadros o piezas decorativas también pueden funcionar como luz ambiental.
Comedor
La zona de comedor también requiere de una iluminación cálida (3.000 k), aunque no demasiado rojiza para que no interfiera en el color de la comida. Natalia Zubizarreta es partidaria de colocar una lámpara de techo que ilumine toda la superficie de la mesa a una altura aproximada de entre 70 y 80 centímetros. «Si la mesa supera el metro y medio de largo es recomendable colocar más de un punto de luz colgado del techo. De esta manera, se logrará una iluminación más uniforme y sin sombras, un aspecto fundamental cuando se trata de iluminar una mesa de comedor», precisan en 'La gran guía de la decoración'. Resulta interesante contar con iluminación de refuerzo, ya sea con lámparas de mesa o apliques de pared.
Cocina
«La cocina es un espacio de trabajo que necesita una luz potente, de unos 15 watios, y más técnica que en otras zonas de la casa», coinciden los expertos. Ahora bien, aunque tradicionalmente se ha usado una luz fría (a partir de 4.000 k) para iluminar esta estancia, en el caso de las cocinas abiertas, los interioristas aconsejan unificar el color de la luz con la del resto de la casa.
Baño
Lo más importante en el baño es evitar sombras sobre el rostro. «Para eso, lo ideal es iluminar el espejo de manera frontal, con luces tipo camerino o con dos apliques a cada lado. Es clave que sean dos luces. Si no es posible, ilumina el tocador con un solo aplique encima del espejo», proponen en 'La gran guía de la decoración'. Otro consejo. La luz debe ser lo más parecida a la del sol, sobre todo en el tocador (leds de 3.000 k con un alto índice de Rendimiento Cromático, entre 85 y 90).
Dormitorio
«En el dormitorio usa una iluminación que invite al descanso y evita la luz cenital sobre la cama». Los interioristas y expertos en luminotecnia también recomiendan recurrir a la iluminación puntual para destacar zonas concretas como el vestidor, la cama o las mesillas. Otra opción que resulta muy vistosa es colocar tiras de led integradas en el cabecero.
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