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Quédense con estas dos palabras: cosmética sólida. Este concepto, tan de moda últimamente, abarca «un movimiento que va más allá del estado en el que se comercializa un producto de belleza o higiene personal. A grandes rasgos, se trata de un tipo de cosmética ... que genera menos residuos y es más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, tanto en sus formulaciones como en el formato de presentación y el embalaje, elaborado siempre con materiales biodegradables», resume Tomás Muret Ramón, vocal nacional de Farmacéuticos de Dermofarmacia. Después de varias décadas de «absoluto reinado de las texturas líquidas», cada vez son más las marcas que se atreven con los tratamientos corporales en formato compacto, empujadas por la creciente demanda de este tipo de productos.
Aunque las cifras que mueve hoy en día la cosmética sólida todavía son «irrisorias» en comparación con la venta de productos líquidos tradicionales como los geles de baño, champús o perfumes, lo cierto es que las firmas que han apostado por este concepto tienen cada vez más seguidores, sobre todo entre los consumidores más jóvenes. «El mundo está cambiando y las nuevas generaciones exigen a la industria productos sostenibles, biodegradables y con un bajo impacto ambiental», admite Muret Ramón. Un nicho de mercado prácticamente «desconocido y desabastecido» hasta hace bien poco y que cubre la llamada cosmética sólida, tanto con su filosofía de venta 'plastic free' como en la elaboración de sus propios artículos, muchos de ellos comercializados a granel para evitar el uso de envoltorios.
«Mucha gente ni se había parado a pensar en los productos de uso diario como parte de nuestra huella ambiental. Sin embargo, cada vez son más los consumidores dispuestos a hacer pequeños cambios en su vida diaria para poner su granito de arena en la conservación del planeta», coinciden los responsables de marcas como Lush o Solito, dos de las firmas referentes en este tipo de cosmética. Pero no todas las marcas tienen una visión únicamente ecologista. «En nuestro caso hacemos cosmética sólida desde hace ya doce años. El visionario fue mi padre. Todo comenzó con unos jabones naturales que él fabricaba con plantas de su invernadero y fórmulas propias. Falleció repentinamente y yo seguí con su sueño. Él lo hacía por cuidar del planeta, yo reconozco que tengo una visión más hedonista. Los aceites esenciales puros, los ingredientes naturales... para mí son un lujo para el cuerpo», señala Paula González, propietaria de la tienda online 'The Singular Olivia'.
El catálogo de productos con 'residuo cero' no para de crecer. Desde los clásicos champús, jabones y bombas de baño hasta desodorantes, perfumes, maquillajes e incluso pasta de dientes. «Su gran desventaja es que no todos los ingredientes cosméticos se pueden solidificar, por lo que su capacidad de producción queda reducida a una serie de artículos concretos», explica Muret Ramón.
El concepto no es nuevo. Los ungüentos compactos ya se usaban en el antiguo Egipto para dar rubor a las mejillas (óxido de hierro o hemetita) o delinear los ojos con una mezcla de galena (mineral del plomo) y grasas. La principal diferencia respecto a los productos líquidos que pueblan las estanterías de supermercados y tiendas especializadas es que se elaboran con fórmulas sin agua o con muy poca cantidad, por lo que el aspecto final de algunos artículos se asemeja muchas veces a una pastilla de jabón natural o incluso a una piedra pomez. En el caso de los champús y geles sólidos es necesario mojarlos antes bajo la ducha para que se hidraten y hagan espuma, mientras que los formatos semisólidos como los desodorantes requieren la aplicación con los dedos y las lociones corporales en barra se aplican directamente sobre la piel. En cuanto al uso, sirven exactamente para lo mismo que los de toda la vida.
Uno de los mayores retos de este tipo de cosmética es precisamente «mejorar las formulaciones» para hacer productos cada vez más atractivos para el gran público. «Los laboratorios y los ingredientes exóticos están vetados, así que aquí es donde entramos nosotros, invirtiendo en materias primas lujosas y en un desarrollo de producto largo y costoso. Efectivamente, el resultado es completamente sorprendente. No se trata de juntar dos ingredientes y vender. Es un proceso hecho a medida, donde lo importante es la calidad», precisa la directiva de 'The Singular Olivia', que acaba de sacar al mercado su primera línea de champús sólidos.
En cuanto al precio, este tipo de productos suelen ser algo más caros que los tradicionales. Las marcas justifican la diferencia por la mayor concentración y calidad de los ingredientes utilizados en las formulaciones, la mayoría de origen natural. No obstante, «su gran baza comercial es básicamente medioambiental, ya que no generan tantos residuos y resultan más sostenibles. Ahora bien, hay que dejar muy claro que toda la cosmética que se comercializa en Europa está sometida a una exhaustiva legislación y control por parte de las autoridades. Es decir, todos los ingredientes y concentraciones de un producto cosmético están regulados de tal forma que no cabe la posibilidad de encontrar un solo ingrediente tóxico en ningún producto, ya sea de cosmética tradicional, sólida, ecológica o vegana», precisa el vocal nacional de Farmacéuticos de Dermofarmacia.
Jabón natural Es el origen de la cosmética sólida tal y como la conocemos hoy en día. Los jabones naturales es uno de sus productos estrella. Los hay de todo tipo y la mayoría se venden en pastillas sin envoltorio.
Champú Es uno de los artículos con mayor proyección. Los hay específicos para cada tipo de pelo. El truco para que una pastilla dure más tiempo es colocarla en una jabonera y evitar que se moje.
Perfume Los perfumes sólidos se suelen comercializar en cajitas de metal o en barras y se aplican directamente sobre la piel. Existe una gran variedad de aromas y se formulan sin alcohol, parabenos ni parafina.
Desodorante No es sencillo encontrar un buen desodorante sólido, quizás es uno de los productos menos conseguido de este tipo de cosmética respecto a la tradicional. Aún así, hay algunas opciones interesantes.
Base de maquillaje En el neceser también hay espacio para los productos de maquillaje, como la base de color. En este formato también se pueden encontrar productos como corrector, barra de labios o iluminador.
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