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J. Castillo
Viernes, 16 de febrero 2024, 00:05
Los teléfonos móviles nos han hecho la vida más fácil en muchos sentidos: nos mantienen en contacto con nuestros seres queridos sin importar la distancia, agilizan toda clase de trámites, hacen más llevaderos los desplazamientos en transporte público... Esto no quita para que también aparejen ... inconvenientes, como una dependencia excesiva directamente relacionada con las redes sociales.
Cada vez prestamos menos atención a cuanto nos rodea y dejamos de 'vivir el momento' por estar pendientes de notificaciones y publicaciones, lo que a su vez tiene un impacto directo en el rendimiento profesional y el desempeño educativo. No extraña entonces que algunas autonomías hayan impulsado iniciativas para la prohibición de los smartphones en las aulas. En el ámbito corporativo, también es habitual que los empleados reciban teléfonos de empresa u ordenadores limitados en funciones, en pos de garantizar la productividad.
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Con todo, deberíamos ser los primeros interesados en despegarnos del móvil, algo que muchos han comenzado a poner en práctica influenciados (paradójicamente) por la última técnica viral en redes sociales. Se trata del llamado 'modo monje', cuyo hashthag supera los 90 millones de horas de visionado en TikTok.
Este 'monk mode' (como se refiere en inglés) alude al estado contemplativo propio de los monjes tibetanos; un compromiso férreo por centrarse en la tarea que nos ocupa. Esto implica apartar la mirada de la pantalla de nuestro dispositivo inteligente, propensa a encenderse y apagarse cada vez que recibimos un 'me gusta' o el último boletín de ofertas por correo electrónico.
Hace unos días, la psicóloga Patricia Ramírez intervino en la televisión pública para explicar cómo poner en práctica el modo monje, siendo prioritario establecer un objetivo (ya sea redactar un informe laboral o ver una película en familia) y calcular cuánto tiempo vamos a dedicarle de forma exclusiva. Entonces, toca deshacernos de todas las distracciones posibles, lo que en nuestro caso pasará por apagar el teléfono móvil, dejarlo cargando en otra habitación o activar alguno de los 'modos de concentración' que incluyen de serie los sistemas operativos de Google y Apple. Esto último inhabilitará las notificaciones y enviará respuestas automáticas a quien nos contacte en caso de que sus comunicaciones no resulten insistentes.
«Una vez has fijado el objetivo que quieres cumplir y el tiempo para hacerlo, y has abandonado los objetos que puedan impedírtelo, eres libre. Tu capacidad para estar en el presente aumenta porque tu cerebro sabe que no puede atender nada más que ese momento; puedes disfrutar plenamente de la actividad porque no tienes otra preocupación», sentencia Ramírez.
Dado que existe una aplicación móvil para todo, también encontramos muchas diseñadas para no perder el tiempo con las llamadas de atención de otras apps. Estas son algunas de las mejor valoradas por usuarios de todo el mundo:
■ ScreenZen: Permite bloquear aplicaciones en días u horarios determinados; también cuando se superen ciertos tiempos de uso o hagamos 'scroll' (deslicemos el dedo en los carruseles de resultados o publicaciones) de forma continuada.
■ Rescue Time: Nada mejor para ser consciente del tiempo que malgastamos frente a una pantalla que una buena ristra de estadísticas. Esta app representa gráficamente el tiempo que invertimos en cada aplicación o actividad sin importar el dispositivo (móvil, tablet, ordenador...).
■ Forest: ¿Mantener la concentración plantando árboles virtuales? Sí, es la propuesta de una de las aplicaciones más laureadas para iOS y Android: «Si quieres dejar el móvil temporalmente y concentrarte en lo más importante de la vida, puedes plantar una semilla en Forest. Con el paso del tiempo, la semilla crece hasta convertirse en un árbol. Sin embargo, si no puedes resistir la tentación y sales de la aplicación durante este periodo, tu árbol se marchita. Al cabo de los días tendrás un bosque más y más floreciente que representa tus esfuerzos», explican sus responsables.
■ SocialFocus: Pone el foco en las distintas redes sociales. En lugar de bloquearlas por completo, la app identifica aquellas partes de Facebook, Instagram, Youtube... (en sus versiones web) diseñadas para captar nuestra atención y las oculta.
Si no queremos descargar aplicaciones de terceros, conviene saber que iOS y Android cuentan con información y opciones adicionales en el apartado 'tiempo de uso' (o similar), a través del menú de configuración.
Según el 'Informe Mobile en España y en el Mundo 2020' de ditrendia, 3,7 millones de españoles reconocen que no pueden pasar más de una hora sin mirar el móvil. La clave radica en la dopamina, una sustancia química del cerebro que refuerza la conducta compulsiva, como bien recoge el Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social: «Para muchas personas, la interacción social estimula la liberación de dopamina. Debido a que éstas usan sus teléfonos con dicho propósito, se acostumbran a revisarlos constantemente para sentir ese golpe de dopamina. Algunas aplicaciones incluso retienen y liberan refuerzos sociales (cual 'me gusta' o comentarios) en un patrón impredecible, lo que nos llevar a revisar el móvil con más frecuencia. Ese ciclo puede conducir a un punto de inflexión: cuando el teléfono deja de ser algo de lo que se disfruta y se convierte en algo que estamos prácticamente obligados a usar».
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