Secciones
Servicios
Destacamos
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 300 millones de personas padecen ansiedad. Entre ellas, 58 millones de niños y adolescentes. Dichos trastornos se caracterizan por «un miedo y una preocupación excesivos», lo que permite distinguir varias tipologías: trastorno de ansiedad generalizada, de ... pánico, de ansiedad social, de ansiedad por separación...
El consejo de los expertos pasa por la atención psicológica, la cual se ha demostrado muy efectiva en cualquiera de los supuestos anteriores. Con todo, existen métodos cotidianos que nos ayudan a paliar el desasosiego sin importar la causa (incluso cuando no la tenemos clara). A todos nos ha ocurrido: de buenas a primeras nos cuesta conciliar el sueño, estar plenamente presentes en una reunión con amigos o concentrarnos en el trabajo; nuestra mente divaga por preocupaciones que a menudo carecen de base, como cuando sospechamos padecer una enfermedad grave o nos adelantamos a una mala noticia como mecanismo de defensa.
La tecnología, que usualmente ocupa titulares sensacionalistas sobre adicciones o alteraciones del comportamiento, se antoja una aliada en situaciones de estrés intenso. Máxime tras el contexto global en que nos encontramos, fruto de una pandemia, la inestabilidad geopolítica y la desaceleración económica.
Como bien describe el gabinete 'Avance Psicólogos', «la lectura puede ser una poderosa aliada contra los efectos perjudiciales del exceso de estrés y ansiedad. Nos permite desconectar en cuestión de pocos minutos, sumergirnos en un tema de interés y permitir que nuestro foco de atención deje de estar fijado en aquello que nos lleva preocupando durante mucho rato».
Por supuesto, uno siempre puede recurrir a cualquier libro impreso para mitigar su ansiedad, pero los 'eReaders' o lectores de libros electrónicos presentan algunas ventajas: por sus reducidas dimensiones, permiten llevar con nosotros miles de ejemplares (autoayuda inclusive) y la mayoría cuentan con iluminación adaptable, de forma que podamos emprender la lectura en cualquier lugar.
Otro método universalmente aceptado para abandonar bucles mentales es el deporte. No pocos sienten que sus problemas quedan atrás en cuanto cruzan el torno del gimnasio, salen a correr o practican algún tipo de meditación. La explicación se encuentra en la liberación de endorfinas, una sustancia neurológica que ayuda a controlar la ansiedad.
El problema de muchos es encontrar fuerza de voluntad: convertir el ejercicio físico en un hábito a largo plazo que les permita evadirse de los problemas. Para ello, una buena opción son las pulseras de monitorización, capaces de registrar nuestro consumo de calorías, frecuencia cardíaca y tiempos para que podamos comprobar nuestra evolución. Además permiten fijar metas y se adaptan a numerosas modalidades deportivas (nado, ejercicios con pesas, ciclismo...).
Nadie esperaría incluir a las controvertidas redes sociales en un pliego sobre usos tecnológicos beneficiosos, pero así es. Estamos acostumbrados a leer que las rrss nos alienan, engañan e incluso nos estafan (ciberdelincuencia mediante), pero no debemos olvidar el papel que desempeñaron durante la pandemia de la COVID-19, cuando nos ayudaron a mantenernos en contacto con amigos y familiares.
El contacto social es seguramente la mejor manera de mitigar la ansiedad, sobre todo cuando incumbe a personas de nuestra confianza, con las que podemos verbalizar cuanto nos inquieta y obtener una visión algo más objetiva (realista) de las ideas que llevan semanas rondándonos. Con todo, la rutina diaria y el vivir en grandes ciudades hace que no siempre resulte sencillo cuadrar agendas. En estos casos se antojan cruciales los chats de Facebook, Instagram y similares, que permiten aligerar carga al mantenernos conectados a los demás.
De un tiempo a esta parte se han popularizado los auriculares con cancelación de ruido activa. Esta tecnología genera unas ondas inversas al ruido ambiente (captado por los micrófonos incorporados al auricular), de forma que se bloquee cualquier sonido ajeno a la música. Lo que no esperaban los diseñadores de estos dispositivos es que cada vez más gente los utilizase para reducir sus niveles de ansiedad.
Y es que a veces el estrés viene dado por la vorágine del día a día (sentirse sobrepasado). Montar en un transporte público abarrotado a primera hora de la mañana se hace mucho más llevadero al ponernos los 'cascos', como también concentrarnos en un informe cuando la oficina parece un gallinero. Algunos psicólogos también los recomiendan para paliar la ansiedad provocada por los viajes en avión: el usuario se aísla de los sonidos inherentes al vuelo y se enfrenta a menos picos de ansiedad.
Los llamados 'serious games' son aquellos diseñados con fines más allá del puro entretenimiento: para educar en alguna materia, concienciar sobre una causa o dar soporte a nivel terapéutico. Como 'Pelón Hospital', creado por la Fundación Juegaterapia para ayudar a los niños en tratamiento oncológico: los pacientes se sumergen en un entorno virtual que les evade de la quimioterapia y les ayuda a olvidar el dolor.
En el caso de los trastornos por ansiedad, estos juegos serios también tienen mucho que decir. Sobre todo suelen recomendarse «los más tranquilos; aquellos que te meten en un flujo, como los basados en la creación de granjas y similares» explica Carlos González Tardón, psicólogo y fundador de la asesoría 'People & Videogames'. Otro ejemplo válido son los conocidos como 'endless runner', donde el usuario se limita a sortear obstáculos bajo un desplazamiento continuo. 'Alto's Adventure' ha sido aplaudido a este respecto por una estética y banda sonora preciosistas, llegando a incorporar un 'modo Zen' en el que no existe la pantalla de 'Game Over'.
Sea cual sea la fuente de nuestra ansiedad, existe una aplicación móvil que nos ayudará, como poco, a poner las cosas en perspectiva. Quien esté preocupado por la economía familiar puede hacerse una buena composición de lugar con apps como 'Fintonic', donde identificar de forma visual cualquier gasto accesorio y su capacidad real de ahorro. También existen aplicaciones de geolocalización -'Family Locator'- que permiten conocer el paradero de los más pequeños de casa (o nuestros mayores) en todo momento.
Por su parte, 'Google Maps' sigue liderando las búsquedas de quienes sienten ansiedad a la hora de planificar un trayecto, informándonos en tiempo real del estado del tráfico y nuestra hora aproximada de llegada. Si no queremos llegar tarde, por ejemplo, basta con indicar a qué hora necesitamos estar en un sitio para que la aplicación nos diga cuándo salir de casa.
Claro está, también encontramos numerosas apps de meditación y relajación que para algunos se han convertido en imprescindibles. Incluso soluciones de terapia virtual desarrolladas por clínicas de psicología, lo que permite ponernos en manos de profesionales en cualquier dispositivo conectado.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.