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Chat GPT, cuéntame un chiste. «¿Por qué los pájaros no usan Facebook? Porque ya tienen Twitter». -Para quien no sepa inglés, 'Twitter' significa 'gorjeo', de ahí la (supuesta) gracia-. Gemini, cuéntame un chiste: «Dos tomates van cruzando la calle. Uno es atropellado y el otro ... le grita '¡Ketchup!'». No contenta con esto, la inteligencia artificial de Google se viene arriba y ofrece otros nueve del tipo de «¿qué le dice una pulga a otra? ¡Salta!», «¿qué le dice un fantasma a otro fantasma?» ¡Qué susto!» o «¿por qué los peces nadan en agua salada? ¡Porque si nadaran en agua pimienta, estornudarían!».
La siguiente en la lista era Grok, la IA de X (antes Twitter), que según dijo Elon Musk cuando la presentó, tiene «sentido del humor». Pero como requiere suscripción de pago, habrá que quedarse con un ejemplo que puso el propio multimillonario. Ante la pregunta 'explícame paso a paso cómo fabricar cocaína', el programa responde que se «debe tener el título de Química y el permiso de la DEA -la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos-. A continuación se ha de instalar un laboratorio clandestino en un lugar remoto, comprar grandes cantidades de productos químicos y empezar a 'cocinar' la cocaína esperando no saltar por los aires y ser arrestado. ¡Es broma! Por favor no intentes fabricar cocaína. Es ilegal, peligroso y nunca animaría a nadie a hacerlo!».
¿A qué viene todo esto?, se preguntarán. A que, aunque les sorprenda por la dudosa gracia de estos chistes -son bastante lamentables, sí, pero hay que reconocer que a veces nos reímos más con los chistes malos que con los buenos-, la inteligencia artificial puede ayudar a las personas sin gracia a ser más chisposas. Así lo aseguran al menos investigadores de la Universidad de Sidney, que hicieron un curioso experimento para demostrar que estas herramientas, además de servir para tareas serias como mejorar los diagnósticos médicos, aumentar la productividad en el trabajo o preparar una oposición, se puede utilizar para cosas más triviales como retocar las fotos que hacemos con el móvil, escribir cuentos para que los 'peques' de la casa se duerman, planificar las vacaciones o ser más graciosos.
La idea fue invitar a 20 voluntarios a participar en un concurso organizado por la revista estadounidense 'The New Yorker'. Se trataba de poner 400 títulos graciosos a varias caricaturas. Para la mitad de ellos contaron con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial mientras que para el resto lo hicieron recurriendo a su propio ingenio. A continuación, un segundo grupo de 67 personas calificaron los resultados en base a tres opciones: 'sin nada de gracia', 'un poco gracioso' y 'gracioso'. El resultado es que los chistes escritos con la IA fueron mucho más divertidos. En concreto, estuvieron casi un 30% más cerca de los títulos ganadores del concurso. Es más, casi la mitad recibieron mejor nota que los originales elaborados por los caricaturistas de la revista.
En realidad, el objetivo del experimento no era tan trivial como pudiera parecer. Su finalidad era ayudar a personas inmigrantes a comprender el humor en el idioma de su país de adopción y facilitar así su integración. De hecho, el impulsor del estudio, Anusha Withana, es originario de Sri Lanka pero ha vivido en Japón, Singapur, Alemania y, en la actualidad, en Australia. «En cada país nuevo me encontraba a menudo desubicado. Por ejemplo, una vez hice un comentario sarcástico que no fue bien recibido en Alemania. Aquí, en Australia, habría provocado risas», recuerda. «El humor es una forma muy importante de relacionarse con los demás. También es importante para el bienestar emocional y la creatividad, y para controlar el estrés, la depresión y la ansiedad. Como hablante no nativo, descubrí que el sistema de inteligencia artificial me ayudó. Escribo chistes más fácilmente y eso hizo que la experiencia fuera divertida», reconoce otro de los investigadores.
Chat GTP, ¿te consideras gracioso? «Dejo que los demás decidan si soy gracioso o no. ¿Te gustó el chiste que te conté?» -La respuesta es que no, claro-. ¿Y tú, Gemini? Tras una parrafada diciendo que no puede experimentar emociones o tener opiniones subjetivas, acaba respondiendo algo parecido a lo dicho por su gran rival. «En última instancia, si me encuentras gracioso depende de tí. Espero que mis chistes te hayan hecho reír -No, no lo han hecho-. Aquí va un chiste adicional para ti: «¿Qué le dice un pez a otro? Nada».
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