¿Compras de forma segura por internet?

Sin embargo, este auge de las transacciones digitales no está exento de recelo: Idealo precisa que un 47% de los españoles desconfía de utilizar su tarjeta de crédito y las reclamaciones por pagos fraudulentos interpuestas ante el Banco de España se duplicaron el año pasado. Cabe preguntarse entonces si tomamos las debidas precauciones a la hora de darnos un capricho en la red de redes... ¿qué hacemos mal? Muchas cosas. Repasemos.

El mayor problema que podemos encontrar a la hora de comprar por internet es acceder a una tienda poco fiable, diseñada para instalar programas espía en nuestros dispositivos o robar los datos de nuestra tarjeta de crédito de forma directa, normalmente, mediante formularios que imitan a pies juntillas los habituales de las entidades bancarias.

Antes de acceder a cualquier web, debemos de asegurarnos de que nuestros 'gadgets' se encuentran actualizados a la última versión de sus respectivos sistemas operativos. Estas descargas -cuya instalación puede comprobarse y automatizarse desde los menús de ajustes- incluyen los parches de seguridad desarrollados por el fabricante del aparato, lo que nos protege de las últimas amenazas cibernéticas.

Otro aspecto clave -y que pocos usuarios consideran- es el de conectarse únicamente a redes wifi privadas. Comprar desde una red abierta, como las que podemos encontrar en muchas cafeterías y aeropuertos, puede hacer que terceros se apropien de nuestros datos al introducirlos en webs poco seguras.

¿Y una vez dentro de la tienda online? Basta con fijarse en que su dirección URL venga precedida por el icono de un candado y comience por 'https'. También nos aseguraremos de que la web dispone de los pertinentes textos legales (aviso legal, política de privacidad, política de cookies...), entre los que ha de figurar el nombre o razón social de la empresa, su domicilio fiscal y su NIF. Esto último nos permitirá reclamar en caso de que fuese necesario. Tampoco está de más revisar las cláusulas sobre desistimiento, política de envío y devoluciones y condiciones de venta, a los que debería venir aparejada una sección de preguntas frecuentes ('FAQ').

Comprobado lo anterior (sobre todo que la tienda no se promocione con descuentos prácticamente imposibles), activaremos la 'verificación en dos pasos' para nuestro perfil de cliente. Este sistema blinda la cuenta en caso de que un tercero intente acceder para comprar en nuestro nombre: al introducir nuestro usuario y contraseña se nos pide un código seguro adicional que normalmente recibiremos en nuestra dirección de correo o en el móvil.

Puede parecer una perogrullada, pero una vez que tenemos claro qué artículo vamos a comprar, conviene revisar atentamente su descripción para asegurarnos de que el modelo se corresponde exactamente con el que buscamos, que se trata de un producto nuevo (no de segunda mano) y de que no lleva aparejados artículos adicionales que no necesitamos (algo cada vez más habitual en muchas tiendas 'online').

También debemos prestar atención al vendedor. Aunque compremos en Amazon y derivados, a veces hacemos el encargo a un tercero que los utiliza como escaparate (es lo que se conoce comúnmente como 'marketplace'). Si en el apartado 'Vendido por' aparece el nombre de una tienda distinta a la web en la que nos encontramos, entonces debemos revisar las opiniones y ubicación de dicho vendedor. ¿Nos resulta digno de confianza? ¿Ofrece las mismas garantías que la propia Amazon o Fnac (por mentar dos ejemplos)? Porque de un tiempo a esta parte se han detectado perfiles de tiendas falsas que cobran y nunca llegan a enviar lo que se pidió...

Pongamos que acabamos de pagar un flamante móvil u ordenador pero, acto seguido, nos asaltan dudas sobre la tienda. ¿No era demasiado barato? ¿Y si me han estafado? Conviene acudir ipso facto a nuestro extracto bancario para comprobar que se nos ha cobrado únicamente la cantidad acordada y vigilar, en días sucesivos, que no aparecen cargos adicionales o retenciones del mismo vendedor.

Ante cualquier actividad sospechosa debemos bloquear la tarjeta y notificar del cargo ilegítimo al banco tras interponer denuncia ante los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) también recomienda no guardar nuestro método de pago en la cuenta de cliente de la tienda online.

Asimismo, el INCIBE recomienda pagar sin tarjeta de crédito, para lo que podemos optar por el tradicional contra reembolso (abonar al momento de recibir el paquete tras comprobar su contenido) o recurrir a una plataforma intermediaria como PayPal, que gestiona los datos bancarios del comprador y del vendedor, lo que da máximas garantías.

Con todo, cada vez menos tiendas ofrecen la opción de pagar contra reembolso (o lo hacen con recargo). No debe hacernos sospechar salvo que la web sólo disponga de una forma de pago, a través de una plataforma desconocida o por transferencia bancaria en el caso de vendedores internacionales (cuando el dinero resultará muy difícil de recuperar).

Si pagamos con una tarjeta de crédito (lo más habitual en realidad), el consejo es utilizar una de las llamadas 'tarjetas monedero'. Suelen recargarse con la cantidad que necesitamos (ni un céntimo de más) y evitan cualquier problema en caso de que la numeración caiga en malas manos.

Tres últimos consejos al irnos de compras 'online': no utilizar los dispositivos de otra persona, buscar 'sellos de confianza' (certificaciones de autoridades competentes: BBB, TRUSTe, AENOR, AMETCOM...) en las webs que visitemos y consultar en Google opiniones de otros usuarios.