¿Qué 'cacharrito' regalo estas Navidades? Ideas para sorprender a los más 'techies'

Desde que aparecieron las cámaras digitales se abandonó la costumbre de imprimir las fotografías y ahora se almacenan en los teléfonos móviles, discos duros y tablets… Pero los recuerdos acaban perdidos entre tanto dispositivo y carpeta, y es difícil encontrar una imagen concreta cuando se busca. Los photosticks son unas llaves USB que incluyen un software especializado en encontrar archivos de fotografía y vídeo. Solo hay que conectarlo con el ordenador y activar el programa, que encuentra las fotos o el vídeo y los clasifica y almacena en la llave automáticamente –como el programa también revisa esos archivos, no copia los que hay repetidos–. Hay USBs de hasta 128 GB y con adaptadores para poder conectarlos también con el móvil.

Es de esos aparatos en los que piensas que no merece la pena gastarse dinero pero quien se compra uno no se arrepiente. Es especialmente adecuado para personas que tienen la casa despejada y con pocos muebles, ya que cuando detecta un obstáculo, retrocede. Actualmente los hay que también friegan el suelo y otros modelos con filtros HEPA para las personas con problemas de alergia.

Mucha gente está suscrita hoy en día a alguna plataforma de vídeo por streaming, pero hay demasiadas para pagar por todas. Una suscripción de uno o varios meses para aquellos a los que les guste un tipo de películas, series y programas concretos es un muy buen regalo. Con ese tiempo se hará una idea de si le interesaría permanecer en esa plataforma una vez termine el regalo.

El vinilo pasó por momentos difíciles con la popularización de los servicios digitales de música, pero nunca llegaron a desaparecer del todo, y en los últimos años han experimentado un renacimiento porque hay usuarios que prefieren ese sonido. Ahora hay tocadiscos de tamaño muy reducido por menos de 100 euros y la gama se amplía hasta los 1.000 para los oídos más exigentes.

Este aparato recarga la batería de los dispositivos que incluyen esta opción sin necesidad de cables. Basta con colocarlos sobre la base para que entre en contacto con el campo electromagnético.

A la vista de los precios de la luz, cualquier medida que suponga un ahorro en el gasto energético será bienvenida. Con los enchufes programables se puede reducir, por ejemplo, el gasto fantasma de los aparatos si se desconectan por completo de la corriente a partir de la hora en la que no queda nadie despierto. De ese modo no hay que acordarse todos los días de desconectarlos y volverlos a conectar al día siguiente.

La preocupación por la calidad del aire que se respira en las viviendas ha crecido en los últimos años, sobre todo desde que se habla de la importancia de la ventilación en las casas. Así, los purificadores de aire son ahora más populares que nunca y, aunque aún resultan caros, serán bienvenidos, sobre todo, por las personas que tengan problemas pulmonares o alergias medioambientales. Además de purificar el aire filtrándolo, informan de la calidad del aire en la habitación.

Los perros y gatos son parte de la familia y con la reincorporación física masiva a los puestos de trabajo, les dejamos más solos que antes. Lo que puede dificultar mantener los horarios para alimentarles a los que se habían acostumbrado últimamente. Hay comederos con temporizador que dispensan la cantidad exacta de alimento a la hora establecida.

Las cámaras digitales acabaron con las antiguas de carrete con la misma rapidez con la que luego desaparecieron ante la mayor calidad de los objetivos de los teléfonos móviles. Igual que sucede con los vinilos, están comenzando a resurgir las cámaras analógicas con nuevos modelos que utilizan carretes 'de los de toda la vida'. Quizás no sea un regalo para todo el mundo, pero sí hará las delicias de los amantes de la tecnología retro o de quienes quieran experimentar la emoción de ver cómo ha quedado la foto después del revelado y no al momento. Se venden a partir de unos 35 euros.

Como regalo original, habrá pocos que le ganen. Se venden en tiras y dan un ambiente cálido a la televisión o la pantalla del monitor. Llevan adhesivo para pegarlas a una superficie plana y se controlan a través de Wi-Fi y, algunas, hasta por voz.