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Ojo con la tripa a los 50, tiene más riesgo de sufrir alzhéimer

Síntomas de alzhéimer

Ojo con la tripa a los 50, tiene más riesgo de sufrir alzhéimer

Un nuevo estudio relaciona la cantidad de grasa en el abdomen con la probabilidad de desarrollar esta enfermedad y demencia

Julia Fernández

Viernes, 5 de enero 2024, 00:15

Con los dulces navideños aún en la mesa, las sobras de Año Nuevo en la nevera y el roscón de Reyes encargado en la pastelería, no parece el mejor momento para hablar de tripa, pero hay que hacerlo. Si ya estaba pensando en que este ... año sí o sí iba a bajar esa barriguilla cervecera, le vamos a presentar una razón más. Sobre todo si está en eso que llaman la mediana edad. Un nuevo estudio relaciona la cantidad de grasa en el abdomen con la probabilidad de sufrir alzhéimer y demencia.

Vamos, que a grandes rasgos viene a decir que cuanto más grande es nuestra cintura, más papeletas compramos para sufrir estas enfermedades. Hasta ahora sabíamos que no nos beneficiaba en nada en el plano estético y que se relacionaba con mayor riesgo de padecer afecciones como diabetes del tipo 2 y enfermedades coronarias, además de aumentar los niveles de colesterol, insulina, glucosa y presión arterial, según un estudio de la Universidad de Harvard de 2017 en el que participaron más de 400.000 personas.

Pues bien, ahora parece que también produce cambios en nuestro cerebro que son las primeras manifestaciones del alzhéimer en él. O lo que es lo mismo, los primeros marcadores que pueden alertar a los médicos de que podemos desarrollarlo. Y es una muy buena noticia, explica uno de los autores del estudio, Cyrus Raji, profesor asociado de Radiología en la Universidad de Washington: «Estamos superando los límites de detección temprana y, además, esto nos permite intervenir potencialmente en esa población».

En España hay unas 800.000 personas que padecen alzhéimer. «El 35% de ellos se puede atribuir a nueve factores de riesgo que podemos modificar», relata la Sociedad Española de Neurología (SEN). Si lo hiciéramos, además de mejor la salud de la población, también conseguiríamos un ahorro significativo a las cuentas del país: el tratamiento de esta patología supone el 1,5% del producto interior bruto nacional.

Esos nueve factores de los que hablan la SEN son «la diabetes, la hipertensión arterial, el tabaquismo, el sedentarismo, la depresión, la inactividad cognitiva, la hipoacusia, el aislamiento social y la obesidad». Ahora, el estudio de Raji y su colega Mahsa Dolatshhi, investigadora en el Instituto Mallinckrodt de Radiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, profundiza en este último.

Las cifras

40.000 casos

nuevos de alzhéimer se diagnostican cada año en España

35 %

de los casos de esta enfeRmedad se pueden atribuir a nueve factores de riesgo modificables, señala la Sociedad Española de Neurología

1,5 %

del producto interior bruto se destina al tratamiento de esta patología en nuestro país

¿Y qué es lo que han hallado estos dos expertos? Pues que la llamada grasa visceral alrededor de los 50 años produce unos cambios en el cerebro que anticipan el alzhéimer. Para ello, han comparado las resonancias magnéticas cerebrales de 54 personas de entre 40 y 60 años y un índice de masa corporal medio de 32, con sus niveles de grasa abdominal, IMC, obesidad y resistencia a la insulina.

Aquellos sujetos con mayor grasa abdominal (también llamada grasa visceral, que es la que hay alrededor de los órganos) «tenían más cantidad de una proteína anormal llamada amiloide en una parte del cerebro donde primero se desarrolla la enfermedad», explica Raji en sus conclusiones. Precisamente esas placas amiloides son una de las señales distintivas de ella junto a unos ovillos de una proteína llamada tau que aparece después.

Pero no es lo único que ha destapado el estudio. También encontró relación entre la grasa abdominal profunda y la atrofia cerebral, «que es otro biomarcador de la patología». Por un lado, por la pérdida de materia gris, que es la que contiene la mayoría de células cerebrales encargadas de decirle al cuerpo lo que hay que hacer. Y por otro, porque ese exceso de grasa también influye en la inflamación de la materia blanca, que es la que conecta las células cerebrales y el cuerpo, es decir, las autopistas por las que circula la información.

Peor barriga que cartucheras

«Son efectos muy sutiles», admiten los dos investigadores, pero significativos por la posibilidad de anticiparse al diagnóstico. «Si los sujetos de la investigación desarrollan alzhéimer no sucederá hasta dentro de 20 o 25 años». Ahora saben que tienen mayor riesgo y están a tiempo de cambiar sus hábitos. Porque sí, este descubrimiento permite corregir la situación. Nada va a conseguir que tengamos riesgo cero, pero sí reducirlo.

Tipos de grasa

  • Blanca. Es el principal reservorio de grasa de nuestro cuerpo y supone un cuarto de nuestro peso aproximadamente. La grasa visceral pertenece a este tipo.

  • Marrón. Su principal función es generar calor como respuesta al frío del exterior y 'quema' la grasa almacenada.

  • Beige. Su descubrimiento es el más reciente. Se trata de adipocitos blancos que se comportan como marrones por la acción de ciertos estímulos como la exposición al frío, fármacos, determinados nutrientes, el ejercicio físico...

En el cuerpo, se puede decir que la grasa se distribuye en dos formas: la que se acumula en glúteos, caderas y muslos, y la que lo hace alrededor de la cintura. Bajar la primera es más difícil que la segunda –la receta es la misma en ambos casos: dieta y ejercicio–. Pero la segunda es más perjudicial que la primera: «Es biológicamente más activa», señala Nuria Vilarrasa, coordinadora del área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

El estudio también ha identificado diferencias entre sexos. Es peor tener barriga a los 50 si eres hombre. Recoge que los sujetos masculinos «tenían una relación mayor entre la grasa abdominal y el amiloide que las mujeres». Y esto, dicen los investigadores, es importante porque, en general, los varones de esta edad tienen más grasa visceral que las féminas. Si ya está mirándose la tripa pensando cuántas papeletas tiene compradas para este sorteo, mejor coja la cinta métrica y mídase la cintura. Si el número que obtiene es más de 88 centímetros (para ellas) y 102 (para ellos), vaya apuntándose al gimnasio.

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