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El consumo sin supervisión médica de suplementos vitamínicos puede generar graves problemas de salud. El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos (USPSTF) de Estados Unidos, una plataforma independiente que asesora al Gobierno federal, ha alertado en un informe que se publica hoy de que la ... ingesta de este tipo de productos con carácter preventivo provoca justo el efecto contrario al que se busca. La experiencia acumulada demuestra que su uso y abuso aumenta la inflamación de los tejidos y acelera el estrés oxidativo; o lo que es lo mismo, el proceso de envejecimiento. Ambos fenómenos, recuerdan además, están estrechamente ligados a los dos grandes grupos de enfermedades que más matan en Occidente, las cardiovasculares y los cánceres.
La toma sin control de vitaminas representa un problema de primer orden en Estados Unidos. Tampoco puede decirse que en España sea un asunto menor. «Ni mucho menos», alerta el presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), Javier Aranceta. En el país de las barras y estrellas, un 52% de los adultos reconoce haber tomado un suplemento dietético en los 30 días anteriores al estudio difundido en JAMA, la publicación oficial de la Asociación Médica del país. El 31% de la población consultada admitió que ese refuerzo extra de su dieta habitual lo era de multivitaminas y minerales.
En nuestro país siempre se ha tendido a pensar que la situación, aún siendo grave, no alcanzaba las dimensiones de lo que sucede al otro lado del Atlántico. Una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)echó por tierra esa creencia. El año pasado, la OCU reveló con un trabajo propio que también 4 de cada 10 españoles mayores de edad recurre a este tipo de productos sin la supervisión de un profesional. Como recuerda Aranceta, en línea con la advertencia realizada por el USPSTF, no es lo mismo beneficiarse de los nutrientes naturales que nos aporta la comida que ingerir vitaminas sintéticas.
Una cosa es que el organismo presente determinadas carencias nutricionales y otra que, sin necesitarlas, se le dé un aporte complementario de cualquier tipo. La decisión de tomar un producto sanitario –y un suplemento vitamínico lo es– debe tomarla un profesional y estar avalada por análisis que revelen la carencia y la necesidad. «Éste es un problema que se viene arrastrando desde hace años, tanto que el USPSTF se ha visto ya en la necesidad de intervenir», argumenta Aranceta, presidente de la Real Academia de Medicina del País Vasco.
El Grupo de Trabajo de los Servicios Preventivos de Estados Unidos está considerado como la principal referencia del país en cuestiones de diagnóstico, tratamientos y asesoría psicológica. La plataforma elabora rigurosos análisis sobre cuestiones diversas con el fin de unificar criterios y servir de guía profesional. En el informe de JAMA, alerta en particular sobre el consumo indiscriminado de betacaroteno y vitamina E para la prevención de enfermedades cardiovasculares y cáncer.
«La evidencia actual es insuficiente para hacer una recomendación así», alertan.La organización recuerda en su llamamiento que los procesos de inflamación y el estrés oxidativo ejercen un papel fundamental en la aparición de las patologías más mortíferas para el ser humano.
En línea con este aviso, la agencia del medicamento y los alimentos de Estados Unidos, la FDA, ha publicado este mismo mes un informe en el que advierte sobre lo mismo. «Los suplementos dietéticos pueden ser beneficiosos para la salud, pero pueden conllevar riesgos», dicen. La vitamina K, recuerdan, puede reducir la capacidad de los fármacos anticoagulantes; los antioxidantes tienen capacidad para reducir el efecto de la quimioterapia; la hierba de San Juan, que florece en estas fechas, reduce la eficacia de los medicamentos antidepresivos, contra el VIH, los inmunosupresores que utilizan las personas trasplantadas, los anticonceptivos... «Una dieta sana y equilibrada, ajustada a los patrones de la dieta mediterránea, es la mejor forma que tenemos de reforzar nuestras defensas naturales», insiste el especialista Javier Aranceta.
4 de cada 10 adultos españoles toma vitaminas de forma arbitraria, según advierte la OCU.
23% de los consumidores se gastó al menos 151 euros en este tipo de productos en 2020.
Un riesgo más y desconocido Muchos alimentos contienen aportes extras de vitaminas y minerales, especialmente los cereales y bebidas para el desayuno. «Como resultado, ya podría estar consumiendo más de lo que cree», alerta la FDA.
Consumo extra, riesgo extra La agencia de EEUU también recuerda en su último informe que el exceso de vitamina A, «por ejemplo», puede causar dolores de cabeza y lesión hepática, reducir la resistencia ósea y causar defectos congénitos. El exceso de hierro provoca náuseas;y podría lesionar el hígado y otros órganos.
El consejo del experto Busque el betacaroteno en las zanahorias, calabaza, pimientos y verduras de color verde; los mejores antioxidantes, en los frutos rojos, según recuerda el médico Javier Aranceta.
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