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Los expertos en primeros auxilios parten de la idea de que la mejor manera de atender un accidente doméstico es haberlo evitarlo. «Se deben tomar medidas para reducir las posibilidades de que se produzcan. Por ejemplo, si estamos cocinando tenemos que fijarnos en que los ... mangos de las sartenes no sobresalgan del borde de la encimera o no dejar medicamentos al alcance de los más pequeños», aconseja el doctor Juan Jesús Hernández, médico del área de Salud de la Cruz Roja.
En general, la mayoría de los accidentes que ocurren en los hogares no revisten gravedad. Sin embargo, muchas veces afloran los nervios y perdemos la calma porque normalmente se trata de personas queridas (hijos, padres, hermanos...) y no siempre sabemos cómo actuar. «Es importante tener unos conocimientos básicos de primeros auxilios para poder asistir a la persona herida de la manera más adecuada según su lesión», añade el doctor Hernández. Y recuerden: «no por atender más rápido vamos a atender mejor». Estos son los accidentes domésticos más habituales y así se deben asistir.
Los riesgos asociados a las heridas son básicamente dos; las hemorragias y que se infecten. En el primer caso, lo fundamental es cortar el sangrado. «La mejor manera de hacerlo es ejercer una presión directa sobre la herida con una gasa o un paño limpio. La hemorragia debería estar controlada en menos de 10 minutos», señalan en la Cruz Roja.
Antes de curar una herida, debemos lavarnos bien las manos para evitar que se infecte. El siguiente paso es limpiarla debajo del grifo con agua y jabón neutro o tipo 'lagarto' y aplicar povidona yodada (Betadine). «En la mayoría de los casos, el efecto de arrastre del chorro elimina toda la suciedad, pero si todavía queda algún resto dentro se puede limpiar con una gasa y siempre desde dentro hacia los bordes», precisa Hernández, quien recuerda que las heridas se deben dejar al aire salvo que estén en una zona de mucho roce o se tengan que cubrir con ropa. Tampoco se les echa alcohol ni agua oxigenada. «Nunca», insisten en la Cruz Roja.
Una salpicadura de aceite, un 'encontronazo' con la plancha... Las quemaduras son un tipo de lesión muy habitual en cualquier casa, sin embargo se suelen cometer «muchos errores» a la hora de curarlas. Ni hay que echar pasta de dientes, ni colocar una rodaja de patata ni nada parecido, porque ese tipo de 'curas' domésticas solo incrementan el riesgo de infección. Lo primero que se debe hacer cuando una persona se quema es rebajar la temperatura de la piel y eso solo se consigue mojando la herida con agua fría «durante el tiempo que haga falta». ¿Cómo? La recomendación de los expertos es que el chorro no caiga directamente sobre la lesión. «Por ejemplo, si nos hemos quemado en el dorso de la mano podemos colocar el antebrazo debajo del grifo para que el agua resbale hasta la zona de la lesión», aconseja el doctor Hernández. Si la quemadura duele mucho, «lo más sensato es hacer un vendaje sencillo y acudir a un ambulatorio». Y, por supuesto, «jamás se pincha una ampolla».
Este es otro de los accidentes domésticos en los que se cometen más errores a la hora de tratarlos. En primer lugar, cuando una persona empieza a sangrar por la nariz, la recomendación general de los expertos en primeros auxilios es «inclinar su cabeza hacia delante» y presionar la fosa sangrante «desde el exterior». «Ni se hacen taponamientos nasales caseros ni se coloca la cabeza del herido hacia atrás. La hemorragia debería estar controlada en 10 minutos. Si no es así, habría que llamar a emergencias o acudir a un centro médico».
Golpes y caídas
La clave en estos casos es saber si ha habido una pérdida de consciencia previa o posterior a la caída. «Si la persona está mareada, ve doble, vomita o tiene un fuerte dolor de cabeza debe ser valorada por un médico», advierte el médico del área de Salud de la Cruz Roja. En cuanto al golpe, lo más indicado es aplicar frío en la zona afectada. Recuerda que «el hielo no se puede colocar directamente sobre la piel. Mejor envuélvelo en una tela».
Es de las lesiones más escandalosas. Se deben tratar como cualquier otra herida «a no ser que pensemos que puede necesitar unos puntos de sutura». Los expertos desaconsejan poner tiritas de aproximación (puntos americanos) en las brechas, sobre todo cuando la herida es en la cara «porque pueden dejar una marca muy fea. Si tenemos dudas, lo mejor es acudir a un ambulatorio para que un sanitario valore si es necesario coser. Este tipo de tiritas están bien para llevar al monte porque es un lugar donde pueden tardar mucho en atendernos, pero nada más».
Material de autoprotección Mascarillas (para evitar el contacto directo con posibles secreciones). Guantes de látex o de vinilo (se deben usar siempre que vayamos a hacer una cura). Toallitas de alcohol (las utilizaremos para desinfectar nuestras propias manos antes de realizar la cura. No se pueden usar sobre las heridas)
Material para hemorragias Vendas hemoestáticas de diferentes tamaños para controlar hemorragias.
Material de cura Suero fisiológico (para limpiar las heridas). Antiséptico (tipo povidona yodada para prevenir las infecciones en las heridas). Gasas de diferentes tamaños para cubrir heridas o quemaduras. Esparadrapo, tiritas, tijeras de puntas redondeadas y pinzas sin dientes.
Material de protección de heridas Pañuelo triangular (tamaño aproximado de 140x100x100) para poder improvisar un cabestrillo, para hacer un vendaje o para cubrir heridas si hace falta.
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