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Las personas más previsoras ya empiezan a pensar en el verano y en esa curiosa –y repentina– necesidad de afinar la silueta, como si fuese una misión ineludible. Quizá ni siquiera tienen sobrepeso, pero se ven hinchadas, una de las palabras más oídas en farmacias, ... parafarmacias, tiendas de dietética y gabinetes estéticos. Será retención de líquidos... ¿o no? ¿Es una sensación real o algo psicológico?
«Realmente, la retención de líquidos no es tan frecuente como se cree. A veces, cuando tenemos sobrepeso, nos 'agarramos' a que puede ser este el problema, algo que no siempre es cierto», señala la doctora en Farmacia y nutricionista de la red del Grupo IMQ, Mónica Martínez Cengotitabengoa. Así que veamos cómo podemos saber si realmente sufrimos retención de líquidos y qué hacer para atajarla.
A examen
Te ves la tripa abultada: ¿es retención de líquidos (edema), grasa, gases..? Ahí va una pista: cuando se trata de retención de líquidos, suelen hincharse el abdomen y las extremidades, sobre todo los tobillos y las manos. Y, sobre todo, hay cambios muy repentinos de volumen corporal a lo largo del día. De hecho es frecuente que el cinturón que nos queda bien por la mañana y nos marca cinturita no nos abroche a última hora de la tarde.
En la mayoría de los casos 'normales' esta prueba nos saca de dudas: se presiona una de las extremidades hinchadas para ver cómo se comporta la piel y si le cuesta volver a su lugar o quedan marquitas... Lo más probable es que nuestro cuerpo esté acumulando más líquido del que debiera. Eso sí, siempre es necesario que un médico determine si la retención es tal y si obedece a alguna patología hepática, circulatoria o coronaria. ¿Más pistas? Las personas con retención de líquidos orinan poco y sufren sustos con la báscula, ya que, a pesar de cuidarse,a veces aumentan de peso.
Y, si queremos ser más científicos, «también nos podemos servir de básculas que analizan la proporción de agua corporal, que oscila entre el 45-50% del peso total en el caso de las mujeres y entre el 55-65% en el caso de los hombres», indica la nutricionista. Si los porcentajes se desequilibran (y no hay enfermedades que los expliquen, repetimos), los sospechosos habituales suelen ser el calor, ciertos medicamentos, la vida sedentaria y una dieta inadecuada.
Cuidado
La OCU alerta de que la pérdida de líquidos no debería utilizarse como reclamo asociado a la pérdida de peso, ya que el objetivo de adelgazar es disminuir la grasa corporal y no eliminar agua. «Los diuréticos en general deben usarse con precaución, porque una pérdida excesiva de agua y sales puede tener efectos negativos sobre el corazón y la tensión», advierten. Cuidado con los remedios que se venden sin receta y que muchas veces se consideran erróneamente inocuos. Según la nutricionista, es muy frecuente, por ejemplo, la venta de preparados diuréticos que contienen cola de caballo: «Efectivamente, es una planta que incrementa la diuresis (eliminación de orina) pero a la vez puede tener efectos secundarios.
Puede provocar una pérdida rápida de potasio, reducir la absorción de azúcar, irritación gástrica, disminución de niveles de vitamina B1 y hay mujeres a las que les corta la menstruación», explica Martínez Cengotitabengoa. «Y tomar, por ejemplo, muchas infusiones diuréticas u otros productos sin seguimiento y control también puede llevarnos a una sobrecarga renal e incluso llegar a deshidratarnos», añade Sonia Sáenz de Buruaga, farmacéutica y miembro de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC). Así que ojo con lo que tomamos.
De forma sana
Con unos hábitos adecuados podemos solucionar la retención de líquidos leve de forma fácil: La nutricionista nos indica cuatro pilares: beber mucha agua –unos dos litros al día–, dieta baja en sal (para ello también hay que evitar embutidos, quesos, encurtidos, salazones), reducir el azúcar y dejarse de alimentos ultraprocesados, «ya que muchos aditivos son productos que, al igual que la sal común, también contienen sodio (propionato de sodio, benzoato sódico)». ¿Qué comer? Espárragos, alcachofas, cebolla, perejil, apio, piña o sandía, alimentos que por su contenido en agua y sus propiedades eliminan toxinas y líquidos. El ejercicio, sobre todo el que se centra en las piernas, también ayuda.
Qué es «El edema es cuando esa agua que tenemos que tener en las células y el aparato circulatorio, pasa a los tejidos», explica Sáenz de Buruaga.
Mujeres y también hombres La retención de líquidos afecta a hombres y mujeres, aunque ellas son las más propensas debido a los cambios hormonales, como los de la fase lútea, que comprende la segunda mitad del ciclo menstrual.En este caso, suele afectar a abdomen, muslos y/o cadera. Durante el embarazo también es un problema frecuente.
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