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Si alguna vez se ha encontrado a su perro vagando por la casa en plena madrugada o se ha dado cuenta de que últimamente le resulta imposible dormir toda la noche del tirón, no descarte que su mascota sufra de insomnio. Porque, aunque le suene ... algo extraño, los animales de compañía también tienen problemas para conciliar el sueño. «No es un trastorno frecuente, pero se dan casos», adelanta María Luisa Fernández Miguel, presidenta del Colegio de Veterinarios de Tenerife y vocal de la sección de pequeños animales de la Organización Colegial Veterinaria Española (OCV).
Los perros, por ejemplo, se adaptan muy bien a las costumbres de la manada y no suelen tener problemas para acoplarse a los horarios de la familia con la que conviven. Sin embargo, con el paso de los años sus ciclos de sueño cambian y en algunos casos desarrollan una enfermedad parecida a la demencia senil humana que cursa, entre otros síntomas, con episodios de insomnio. Es el síndrome de disfunción cognitiva y afecta sobre todo a los perros de más edad. «Cuando son mayores es frecuente que tengan una mayor actividad nocturna y que incluso se levanten varias veces durante la noche. Además, suele ser una actividad sin mucho sentido. Dan vueltas sobre sí mismos, deambulan por la casa... Convivir con un animal que tiene este tipo de disfunción es complicado porque rompe con las rutinas de descanso de la familia. Lo importante es ser conscientes de ello y adaptarse a su nuevo ritmo», razona María Luisa Fernández, que también se encarga de coordinar la atención y recogida de animales en la isla de La Palma a raíz de la erupción del volcán Cumbre Vieja.
Pese a que este síndrome no tiene cura, existen tratamientos que ayudan a mitigar los síntomas. «Por norma general se pautan medicaciones que lo que hacen es aumentar el riego sanguíneo en el cerebro. La disfunción cognitiva está muy relacionada con su buen funcionamiento como órgano, de manera que si conseguimos mejorar su irrigación es más fácil que el perro pueda dormir mejor», explican en la OCV.
Otra de las causas que puede desencadenar «episodios esporádicos» de insomnio en los animales de compañía es una alimentación pobre en nutrientes, comer en exceso o cenar comida casera, «más complicada de digerir». Estímulos externos como sonidos, olores fuertes o luces también afectan al descanso de las mascotas. Sin olvidar los problemas de salud. «El insomnio en animales no tiene un componente psicológico, como ocurre con los humanos. Digamos que ellos no se comen el coco con preocupaciones, de ahí que si pasan una mala noche lo más habitual es que se debe a una enfermedad o a un dolor puntual», precisa María Luisa Fernández.
¿Cómo se puede saber que un animal de compañía no duerme bien? Las señales son «diferentes y variables». Abarcan desde cambios de comportamiento (cansancio, pérdida de interés en las actividades diarias...), estados de ánimo (irritabilidad, decaimiento...), aullidos o maullidos hasta manifestaciones físicas y nerviosas»
Ahora bien, los problemas de sueño no deben confundirse con las costumbres de dormir de algunas mascotas. Gatos, hámsters y hurones, por ejemplo, son animales crepusculares. Es decir, se activan cuando cae la noche. «Es muy frecuente que un gato se pase el día medio adormilado y a las diez y media se ponga a dar brincos por toda la casa. Esta actividad nocturna no tiene nada que ver con episodios de insomnio ni con ningún trastorno del sueño sino que está en su propia naturaleza», puntualiza la experta en animales de compañía.
Lo que ocurre con estas especies es que no siempre resulta fácil adaptarse a sus costumbres. Pasa con los hámsters. «Los niños suelen manosearlos mucho durante el día para jugar con ellos y los animales apenas reaccionan. Lo único que quieren es dormir. Sin embargo, cuando cae la noche, se suben a la rueda y no paran. Nos pueden dar la lata durante horas».
Uno de los trucos que aconsejan los veterinarios para lograr que los animales no tengan problemas de sueño es que lleguen cansados a la hora de dormir. «Un perro que ha salido poco a la calle durante el día, a la noche tiene ganas de correr, de expresarse... Aunque para nosotros sea un trastorno porque no siempre tenemos tiempo ni ganas, es muy recomendable hacer una salida larga con el perro sobre las ocho o las nueve de la noche. Lo que necesitan es que nosotros le dediquemos un tiempo lo más cercano posible al crepúsculo». En el caso de los gatos, se puede jugar con ellos «un rato largo» para que se agoten: hacerlos c orrer por el pasillo, lanzarles pelotas, láseres contra la pared...
Los animales de compañía, al igual que los humanos, también necesitan dormir una serie de horas determinadas para levantarse descansados y con buen ánimo. Según los veterinarios, los perros duermen entre 10 y 14 horas (la mayoría por la noche), mientras que los gatos son más dormilones y necesitan entre 12 y 16 (recuperan gran parte del sueño y la energía durante el día). La temperatura ambiental es otro de los factores que afecta al sueño de las mascotas. Perros y gatos dormirán mucho más en días calurosos y se activarán más por la noche, cuando el termómetro descienda. Lugares muy fríos o húmedos también pueden causar episodios puntuales de insomnio en los animales. Y el lugar donde duermen es importante (que no sea incómodo, no esté al lado de una corriente...).
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