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A pesar de que las disfunciones de suelo pélvico (dolor, incontinencia urinaria...) se suelen relacionar con las mujeres, la realidad es que no son patrimonio exclusivo femenino. Los hombres también las padecen. «Las causas pueden ser diferentes, pero los síntomas son los mismos», precisa la ... doctora Blanca Madurga, coordinadora nacional del Grupo de Urología Funcional, Femenina y Urodinámica de la Asociación Española de Urología (AEU). Pueden presentar síndrome de dolor pélvico crónico, cistitis de repetición, cualquier tipo de incontinencia urinaria, alteraciones de la función sexual e incluso la sensación de ocupación del recto.
La mayoría de las patologías de suelo pelviano surgen tras una cirugía de cáncer de próstata, aunque algunos estudios señalan que dos de cada diez hombres las padecen sin haber pasado siquiera por el quirófano. «En algunos casos, el estilo de vida sedentario, la tos crónica, el tipo de deporte practicado (running, ciclismo...) o su intensidad son algunos de los factores que, unidos a la escasa concienciación sobre la importancia de cuidar y fortalecer el suelo pélvico masculino, están detrás de la aparición de estas disfunciones», explican en la Comisión de Uroginecología del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM), que acaba de lanzar una campaña junto con otros ocho colegios para «ayudar a los hombres con problemas de suelo pélvico a reducir y en algunos hacer desaparecer los síntomas» asociados a estas afecciones.
En cualquier caso, la doctora Madurga insiste en que «casi todas las incontinencias de esfuerzo en hombres se inician tras la cirugía de cáncer de próstata y afectan al 10% de los varones que se someten a esta intervención. Pero no es la única causa. También puede aparecer una incontinencia de urgencia que está relacionada con las obstrucción que causa el crecimiento benigno de la glándula prostática, que se conoce como hiperplasia benigna de próstata (HBP). Entre las consecuencias de las afecciones de suelo pélvico en los hombres destaca el aumento de la frecuencia miccional nocturna. Es decir, se tienen que levantar muchas veces por la noche para orinar», añade la doctora Blanca Madurga, una de las mayores especialistas de Urodinámica en España.
El suelo pélvico tanto de hombres como de mujeres está formado por el conjunto de músculos y ligamentos que rodean la cavidad abdominal en su parte inferior. Sostienen todos los órganos pélvicos (vejiga y uretra, útero y vagina; y recto) y aseguran su normal funcionamiento. «Es dinámico, se adapta a nuestro movimiento, pero siempre manteniendo una adecuada tensión para que sujete los órganos dentro de la pelvis. Por eso, cuando el suelo pélvico se debilita, surgen problemas que pueden afectar al funcionamiento de sus órganos». A juicio de los fisioterapeutas, el entrenamiento específico es esencial para evitar consecuencias mayores, como la incontinencia urinaria, anal o fecal y el dolor pélvico crónico.
«Las causas que pueden provocar afecciones de suelo pélvico son muchas, pero lo principal de estas patologías es que ocasionan al paciente un gran deterioro de la calidad de vida. En ocasiones, estos problemas de escapes y dolor desencadenadan episodios de depresión, aislamiento social e incluso absentismo laboral», lamenta la doctora Madurga.
En cuanto a los tratamientos, la coordinadora nacional del Grupo de Urología Funcional, Femenina y Urodinámica de la AEU destaca que son más complicados que en el caso de la mujer. «Por poner un ejemplo, la cirugía para la incontinencia urinaria de esfuerzo depende de muchos más factores (cantidad de la pérdida, el estado de la vejiga o uretra, la capacidad cognitiva y destreza manual del paciente...), además de que los tratamientos quirúrgicos son más complejos y el estudio para el diágnostico previo, mucho más extenso para poder minimizar posibles complicaciones».
EJERCICIOS DE KEGEL PARA FORTALECER
Para identificar los músculos del suelo pélvico, detén la micción a mitad de camino o contrae los músculos que impiden la liberación de gases. Estos movimientos utilizan los músculos del suelo pélvico. Una vez que los hayas identificado, puedes hacer los ejercicios en cualquier posición, aunque al principio te resultará más fácil hacerlos tumbado.
Aprieta los músculos del suelo pélvico, mantén la contracción durante tres segundos y luego relájate otros tres segundos. Inténtalo varias veces seguidas. Cuando tus músculos se fortalezcan, trata de hacer los ejercicios de Kegel mientras estás sentado, de pie o caminando.
Para obtener unos mejores resultados, concéntrate en tensar solo los músculos del suelo pélvico. Presta atención de no flexionar los músculos del abdomen, los muslos o los glúteos. Evita contener la respiración. Respira de manera normal durante los ejercicios.
Márcate como objetivo hacer al menos tres series de 10 repeticiones cada día.
Por ejemplo, haz una serie de ejercicios de Kegel cada vez que haces una tarea rutinaria, como lavarte los dientes. Haz otra serie después de orinar, para eliminar las últimas gotas de orina.También puedes contraer los músculos del suelo pélvico justo antes (y durante) de hacer una actividad que ponga presión en el abdomen, como estornudar, toser, reírte o levantar objetos pesados.
Por norma general si hacen los ejercicios de Kegel regularmente, se verán resultados (como, por ejemplo, que se escapa la orina con menos frecuencia) a las pocas semanas.
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