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Isabel Toledo
Échate protección en toda la cara aunque lleves mascarilla

Échate protección en toda la cara aunque lleves mascarilla

Tampoco te olvides de las orejas y los pies... «Hay que bajar la curva del coronavirus, pero también la del cáncer de piel»

Martes, 28 de julio 2020, 00:02

Rebajar la curva de los contagios por coronavirus es un objetivo prioritario, pero no nos olvidemos de la del cáncer de piel. Esa también la tenemos que mantener a raya». Los dermatólogos insisten en la necesidad de mantener unos hábitos saludables con nuestra piel, sobre todo en verano, la época en la que más la castigamos. ¿Cómo? Así.

Sombreros con un ala de 7 centímetros como mínimo

La exposición al sol se tiene que hacer de manera gradual, especialmente este verano que venimos de una larga etapa de confinamiento y la piel está menos preparada que otros años. «Lo que hay que evitar por encima de todo es la quemadura», advierte el doctor Agustín Buendía, coordinador de la campaña Euromelanoma de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV). Y para eso lo más recomendable es no exponerse a las radiaciones solares en las horas centrales del día. Un truco: cuanto más larga sea la sombra que proyecta nuestro cuerpo sobre el suelo, mejor. Eso significa que la radiación ultravioleta a esa hora es más baja y podemos tomar el sol con mayor tranquilidad. En cualquier caso, el especialista insiste en que «no hay mejor fotoprotector que la ropa». Una camiseta holgada, un pantalón largo fresquito, unas gafas de sol y un buen sombrero de ala ancha –mínimo, 7 centímetros– es el atuendo perfecto para no sufrir quemaduras por el sol.

No se olviden de las orejas y los pies, también se queman

Que levante la mano quien no se ha quemado alguna vez las orejas o los empeines por no echarse crema. «Ese es el gran problema que tenemos con los fotoprotectores solares, que no siempre cubrimos bien todas las partes del cuerpo. No debemos olvidarnos de proteger ninguna zona que esté expuesta a la radiación solar, desde el cogote a las orejas, los pies o la punta de la nariz, porque, además, son zonas de asiento de bastantes tipos de cáncer de piel», alerta Buendía.

¿Cuánta crema tengo que aplicarme?

Los dermatólogos advierten que nos echamos poco y mal, por eso nos quemamos con tanta frecuencia. De hecho, siempre aconsejan usar un factor alto (50 o 50+) en todo el cuerpo, y tiene su explicación. «Normalmente aplicamos menos cantidad de la que deberíamos, por lo que es mejor que la protección sea muy alta. La recomedación son dos miligramos de producto por centímetro cuadrado y los estudios dicen que apenas nos ponemos 0,5 miligramos», coinciden los especialistas. Y tan importante como echarnos la cantidad adecuada es reaplicar la crema solar «cada dos horas».

No echar crema a los bebés. Mejor a la sombra y con ropa

Olvídese de embadurnar a su bebé con crema protectora. No le va a proteger más de los rayos solares por untarle de crema hasta en las pestañas. Los dermatologos lo desanconsejan porque en los menores de 6 meses existe «un riesgo de reabsorción del producto». En estos casos, lo más recomendable es colocar a los bebés siempre en un lugar de sombra y usar fotoprotectores físicos; una gorrita, ropa que le tape todo el cuerpo, sombrillas... Y para los niños que ya son más mayorcitos, siempre una camiseta, un gorro que les proteja la cabeza, gafas de sol adecuadas para su edad y protección solar muy alta cada poco tiempo.

FPS, UVB, UVA... ¿En qué tengo que fijarme al comprar un protector para el sol?

Hoy en día existen en el mercado fotoprotectores solares para todos los gustos. En crema, gel, aerosol, más ligeros, más densos, con color... Lo importante para los dermatólogos es que cumplan tres condiciones. «La primera, que tengan un factor de protección solar (FPS o SPF, por sus iglas en inglés) muy alto, 50 como mínimo para todas las partes del cuerpo. La segunda, que proteja frente a los rayos UVA –normalmente viene indicado con un circulito que rodea la palabra UVA– y, por último, que también lleve protección frente a infrarrojos y luz visible, la famosa luz azul que ya sabemos que también es capaz de pigmentar nuestra piel», explica la doctora Ana Molina, dermatóloga del hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

Y si lo que queremos es tener una protección completa frente al sol, una de las opciones cada vez más demandada es la de los llamados nutricosméticos o fotoprotectores orales, «que suelen ser complementos para tomar por boca que incluyen antioxidantes como la vitamina C y E y el ácido ferúlico, que nos ayuda a luchar contra ese estrés oxidativo que produce la radiación solar en la piel», explica la doctora Molina, una de las divulgadoras científicas más conocidas en el ámbito de la dermatología.

¿Tengo que echarme crema en toda la cara con mascarilla?

Si no se quiere tener la cara a dos colores, lo más recomendable es aplicarse el fotoprotector por todo el rostro. Además, se debe tener en cuenta que no todas las mascarillas protegen igual frente a los rayos del sol, por lo que es necesario llevar protección. «Lo que tenemos que tener muy en cuenta este año es el tipo de excipiente que nos aplicamos, porque si es muy graso puede desencadenar un pequeño brote de acné o causar problemas en los pacientes con rosácea. Lo más indicado en estos casos es usar emulsiones muy fluidas y ligeras para evitar, precisamente, los efectos secundarios del uso de las mascarillas en verano», recomienda el doctor Buendía.

¿Me quemo si me echo gel hidroalcohólico antes de tomar el sol?

La Academia Española de Dermatología y Venereología insiste en que el uso de geles hidroalcohólicos no se ha relacionado, en ningún caso, con reacciones de fotosensibilidad que produzcan quemaduras en las manos cuando se exponen al sol. «Si ocurre esto debemos pensar que el producto lleva algún tipo de sustancia adicional que no es necesaria para el efecto antiséptico», precisan en el Grupo de Fotobiología de la AEDV.

«Tanto el lavado excesivo de manos como el uso frecuente de geles hidroalcohólicos, tan necesarios ahora, produce una deslipidización del manto que recubre la piel –efecto secante– y esto puede conducir a una dermatitis irritativa, que estamos viendo mucho ahora en consulta. Lo que se debe hacer para evitar este tipo de reacciones es hidratar muy bien las manos después de cada lavado o cada vez que nos damos el gel», recomienda el dermatólogo Agustín Buendía.

Ojo con los medicamentos que estás tomando, muchos son fotosensibles y harán que te quemes antes

Si estás tomando alguna medicación, consulta a tu médico antes de exponerte al sol. Algunos fármacos muy habituales, como las tetraciclinas que se toman para tratar el acné y sus derivados –entre otros muchos medicamentos– aumentan la fotosensibilidad de la piel, «de tal forma que se puede producir una respuesta exagerada».

«El índice de quemadura de la piel en los meses de verano se produce a la media hora de estar expuestos al sol, mientras que si tomas alguno de estos fármacos te puedes quemar a los cinco minutos, así que hay que extremar el cuidado», precisa Buendía.

Mucha precaución con los ojos, sobre todo en las piscinas

«Este verano las piscinas han extremado las medidas higiénicas y de desinfección y esto hace que tengamos que cumplir al milímetro con el cuidado de nuestros ojos», alerta el director científico del ICQO (Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología), y especialista en retina y vítreo, doctor Javier Araiz. De ahí que los expertos recomienden este año, más que nunca, usar gafas de bucear cada vez que nos metamos en el agua y lavar bien los ojos en la ducha tras el baño. «Además, hay que recordar que la utilización de lentillas, principalmente en las piscinas, puede provocar multitud de infecciones oculares».

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