Diez actividades físicas para diez trastornos

Eso de 'curarse' trastornos mentales o problemas emocionales con deporte puede sonar a milonga, a charlatanería de vendemotos 'new age'. Es evidente que las patologías graves precisan de especialistas médicos y de fármacos, pero, seamos sinceros... ¿cuántas veces en la vida sufrimos desequilibrios leves –a menudo, perfectamente entendibles– que nosotros mismos podemos empeorar o, por el contrario, mejorar si ponemos algo de nuestra parte? Haga una lista: seguro que le salen unas cuantas.

Un despido, la muerte de un familiar, rupturas sentimentales, exceso de trabajo, disgustos familiares... Uno no puede elegir si le tocan o no, pero sí el modo de afrontarlos. Y quedarse sentado en un sillón no es la mejor opción.

«Está científicamente probado que una clase de spinning, media hora de running o tu rutina diaria en el gimnasio afecta directamente a factores tan importantes en la vida como la generación de dopamina, que provoca felicidad y satisfacción con uno mismo», explica Federico de Vicente, CEO de Gympass, un programa de bienestar corporativo con presencia en catorce países.

Según explica De Vicente, la actividad física brinda grandes beneficios: ayuda a canalizar la ansiedad, mejorar la concentración y productividad, prestar atención al detalle y socializar, además de proteger a cuerpo y cerebro de enfermedades futuras... «No hace falta ser un triatleta para beneficiarse de los efectos del deporte. Cada uno debe encontrar la actividad física que le gusta y le llena y practicarla tres veces por semana, unos 30 minutos. Eso sí, hay que ser constante», subraya De Vicente, un enamorado del spinning y el boxeo. Él anima vivamente a todo el mundo a buscar 'su' deporte. ¿Incluso en este momento de máxima incertidumbre por la pandemia? «Ahora es esencial. De hecho, muchas personas han descubierto en el ejercicio físico una vía de escape y han practicado en sus casas deportes que jamás habían imaginado».

Al igual que él, Rafael San Román, psicólogo de ifeel –una aplicación de psicólogos que ofrece terapia online– , anima a no desfallecer a todos los que no acaban de encontrar una actividad que les enganche. «Hay que examinar detenidamente qué está fallando: qué deportes han probado, de qué manera los han practicado, por qué sienten que no les satisfacen y qué expectativas tienen. Igual te empeñas en algo de equipo cuando tú eres más individual, o correr en cinta no te motiva pero si lo hicieras por el campo sí te gustaría», pone como ejemplos.

Para ayudar a los indecisos, el estudio 'Deporte y salud mental' de Gympass y ifeel apunta diez disciplinas deportivas que son las más adecuadas para los diez problemas psicológicos y emocionales más frecuentes entre la población.

Esta disciplina física y mental ayuda a controlar la respiración, conseguir consciencia sobre el cuerpo y gestionar las emociones. Las personas que sufren repetidos episodios de ansiedad encontrarán un gran aliado en el yoga, que fomenta el autocontrol.

Ya sea en un ring o contra un saco, alivia los síntomas de la depresión, pues proporciona una gran cantidad de endorfinas, un refuerzo natural del estado de ánimo.

Ayuda a dominar el cuerpo y controlar impulsos, además de aportar capacidad de concentración. Se recomienda a las personas propensas a los ataques de pánico, ya que aumenta la autonconfianza.

Mejora la circulación sanguínea y la frecuencia cardiaca, relajando el cuerpo y facilitando un mejor descanso.

La práctica deportiva en grupo contribuye a mejorar las relaciones sociales. Fútbol, baloncesto, voleibol... En estos deportes es esencial contar con el otro y comunicarse con él a través de mensajes sencillos y claros que favorezcan vencer juntos. Resulta ideal si te faltan destrezas comunicativas y tienes poca autoestima.

Al ser imposible practicarla escuchando música o viendo algo que no sea el carril por el que estás nadando, te aísla del exterior, ayudándote a focalizar la atención en ti en un espacio donde solo tú estás presente.

Fomentan el contacto físico, la coordinación de uno con otro. Pueden resultar divertidos y favorecer que los participantes se centren en una acción compartida y en no discutir.

Ayuda a quemar grasas y tonificar mientras pasas un buen rato con compañía y buena música.

Ayuda a descargar emociones y actúa como un anclaje en el aquí y ahora. Requiere contacto, conciencia del cuerpo y expresión controlada de la energía, lo que ayuda en algunas situaciones difíciles.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) mejora con el taichi, disciplina que requiere un entrenamiento riguroso, gran capacidad de concentración y coordinación y control sobre el cuerpo.

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