Secciones
Servicios
Destacamos
Hace unos meses, Donald Trump proclamó a los cuatro vientos que el coronavirus se podía curar con lejía y a un grupo de incautos no se les ocurrió otra cosa que tomarse un par de chupitos a ver qué pasaba. Vale que el presidente de ... Estados Unidos puede que no sea precisamente una abuela con la mejor de las intenciones, pero sus declaraciones ponen en evidencia los peligros de creer todo lo que se publica en las redes sobre consejos o recomendaciones relacionadas con la salud. «Lo primero que hay que recalcar es que algunos de los llamados remedios caseros o de la abuela pueden ser útiles para paliar o aliviar pequeños síntomas de dolencias comunes, pero en ningún caso van a curar enfermedades por sí solos», advierte Irene Suárez Antuña, farmacéutica del Área de Información del Medicamento del Consejo General de Farmacéuticos.
En este sentido, la experta recuerda que se debe acudir siempre a fuentes de información «fiables» y «contrastadas» y que «por muy natural que sea el remedio que nos quieran vender eso no significa que sea inocuo. El problema –añade Suárez Antuña– es que por Internet circulan sin control todo tipo de recomendaciones relacionadas con la salud, que en muchas ocasiones damos por buenas sin pararnos a pensar si son correctas o no». La farmacéutica insiste en que este tipo de remedios no sustituyen en ningún caso una pauta médica.
Vahos con eucalipto, dormir con una cebolla abierta en la mesilla o usar dentífrico para curar una quemadura son algunas de las recomendaciones que han pasado de generación en generación, pero ¿funcionan realmente o son placebos?, ¿con cuáles debemos tener cuidado? La citada experta del Área de Información del Medicamento del Consejo General de Farmacéuticos hace un repasao de cuáles son los remedios de la abuela más populares que tienen una base científica y los que, además de no servir para nada, pueden poner en peligro nuestra salud.
Leche caliente con miel. Mitiga el dolor de garganta
En estos casos, lo más importante es mantener la garganta hidratada. Para eso «lo más efectivo es tomar muchos líquidos o chupar caramelos –preferiblemente sin azúcar– que aumentan la producción de saliva y así se lubrica la garganta. En este sentido, la miel también puede contribuir a suavizar el dolor y, junto con la leche caliente, nos facilita el descanso, que en realidad es lo que necesita la garganta para recuperarse».
Enjuague de agua tibia con sal para las aftas en la boca
Un truco de la abuela al que podemos recurrir para mitigar las molestias de las incómodas heridas de la boca es hacer «un enjuague con agua tibia y una pizca de sal dos veces al día después de lavarnos los dientes. ¡No tragar la mezcla!», alerta la farmacéutica.
Vahos de eucalipto. Ayudan a soltar los mocos, pero cuidado con la temperatura del agua
Este tipo de remedio se ha usado toda la vida para ayudar a expulsar los mocos y aliviar la congestión. Y es cierto que contribuye a disolver la mucosidad, «pero hay que tener mucho cuidado con la temperatura del agua para no quemarnos». Además, los aceites esenciales de plantas como el eucalipto pueden presentar efectos antimicrobianos.
Semillas de chía y lino mejoran el tránsito intestinal
Para mejorar el tránsito intestinal es recomendable tomar las frutas sin pelar –incluida la parte blanca de los cítricos–, además de añadir a la dieta diaria semillas como la chía o el lino. «Eso sí, si aumentamos el consumo de fibra, debemos hacer lo mismo con el consumo de agua», recuerda Irene Suárez.
Abre la nevera y ¡respira! Ayuda a rebajar la inflamación de la garganta en una laringitis
Las laringitis no avisan y casi siempre se presentan de madrugada. Una manera de ayudar a rebajar esa tos tan característica –llamada de perro o foca– es abrir la nevera y respirar el aire frío.
Echar pasta de dientes sobre una quemadura. Se puede infectar
No solo no funciona sino que además es peligroso por el riesgo de infección. «Es un remedio muy extendido pero totalmente desacertado», advierte la farmacéutica. «Lo que hay que hacer cuando nos quemamos es lavar la herida con agua fría y jabón y nunca aplicar hielo directamente sobre la zona afectada porque se puede quemar todavía más». Y si no tiene buen aspecto, se debe acudir al médico para que valore el grado de la quemadura.
Dormir con una cebolla abierta para respirar mejor. No hace daño, pero no ayuda a nada
Este es otro clásico de los remedios de la abuela. Partir una cebolla y dormir con ella cerca de la cama para ayudarnos a respirar mejor. Pues bien, es verdad que la cebolla tienen propiedades expectorantes y antisépticas pero de ahí a que contribuya a abrir las vías respiratorias va un trecho. «No tiene ninguna contraindicación, pero tampoco está científicamente demostrado que funcione. En cualquier caso, lo que no se debe hacer bajo ningún concepto es sustituir un tratamiento prescrito por un médico por este tipo de remedios caseros», recuerda la experta en medicamentos.
Lavar los dientes con bicarbonato y limón. No solo no los blanquea sino que es una práctica peligrosa
El bicarbonato es abrasivo y el limón ácido, por lo que la combinación de ambas sustancias resulta dañina para el esmalte dental. «Que el limón sea natural no lo convierte en inocuo. Hay que tener mucho cuidado con estas creencias».
Tomar propóleo para evitar resfriados. Los complementos alimenticios no están autorizados para este uso concreto
El propóleo es una sustancia que se usa como complemento alimenticio y en la actualidad no existe en nuestro país una normativa que autorice los complementos alimenticia para el uso concreto de los catarros. «Lo mejor para tener a raya nuestro sistema inmunitario es mantener un correcto estado nutricional».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.