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GONZALO DE LAS HERAS
Aprenda cómo se hace una reanimación cardiopulmonar

Aprenda cómo se hace una reanimación cardiopulmonar

En la RCP cada segundo cuenta. «No se puede perder tiempo con dudas sobre la respiración y el pulso. Llame al 112 y empiece las maniobras cuanto antes», aconsejan los expertos

Miércoles, 16 de junio 2021, 00:12

«No tengo ni idea de hacer una RCP, ni nunca me la han enseñado en el mundo del fútbol. Pienso que esto debería cambiar, enseñar a futbolistas y deportistas en general maniobras básicas de reanimación para que estemos mínimamente preparados para estas desagradables situaciones». La petición del jugador del Betis Deportivo, David Carmona, horas después de que el capitán de la selección danesa Christian Eriksen se desplomase sobre el terreno de juego durante un partido de la Eurocopa no solo recibió el aplauso generalizado de la comunidad médica sino que ha puesto sobre la mesa una realidad que preocupa –y mucho– a los especialistas del corazón: «la escasa formación en técnicas de reanimación cardiopulmonar frente a la realidad de otros países de nuestro entorno, donde la enseñanza de esta práctica es totalmente obligaroria. Necesitamos más información, formación y sensibilización porque estamos ante un problema de primera magnitud para la salud pública», alerta el doctor Pablo Jorge Pérez, coordinador del Grupo de Trabajo de Reanimación Cardiopulmonar de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

Los datos no dejan lugar a dudas. De las más de 52.300 paradas cardiacas que se producen cada año en nuestro país, más de la mitad (30.000) tienen lugar fuera del entorno hospitalario y, en el mejor de los casos, solo uno de cada diez pacientes consigue recuperarse. «Cualquiera puede sufrir un paro cardiaco y es vital saber reconocerlo. Si una persona está inconsciente y no responde, está en parada cardiorrespiratoria, por lo que hay que llamar inmediatamente al 112 e iniciar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) hasta que llegue la ambulancia», aconseja el especialista.

No se traga la lengua

En estos casos, el tiempo de actuación de las personas que presencian la parada es «esencial». Por cada minuto que pase sin que actuemos, las posibilidades de supervivencia se reducen en un 10%. «No debemos perder tiempo con dudas sobre la respiración y el pulso porque cada segundo es importante. También es necesario saber que cuando una persona sufre una parada cardiorrespiratoria no puede tragarse la lengua, por lo que no tenemos que distraernos con maniobras innecesarias», precisa el doctor Pabo Jorge Pérez. La Fundación Española del Corazón (FEC) insiste en que «el riesgo cero no existe» y cualquiera puede sufrir una parada, incluso deportistas profesionales como Eriksen.

Además de la formación en técnicas de reanimación cardiopulmonar, los expertos también consideran «necesario» aumentar la presencia de desfibriladores en espacios de gran afluencia. «Este tipo de dispositivos han demostrado su efectividad, utilidad y seguridad en programas de atención inmediata realizados por personal no sanitario», precisan en la SEC. Según explica el doctor Fernando Rosell, «hay un punto de no retorno a partir del cual los cardiólogos podemos mantener al paciente, pero no mejorarlo. Dependemos mucho de que se haya mantenido el flujo sanguíneo mediante un masaje cardiaco o que se haya podido realizar una desfibrilación. Por eso la única manera de mejorar la atención a la muerte súbita es con el aprendizaje de las técnicas de reanimación y el acceso público a este tipo de dispositivos, incluidas las grandes comunidades de vecinos. Con una sola vez que se use, ya está más que amortizado», argumenta el cardiólogo.

Aunque la muerte súbita asociada a la actividad deportiva tiene una incidencia muy baja, «es un acontecimiento dramático con importantes implicaciones en el ámbito clínico y social», admite el doctor Joaquín Lucena, autor de un estudio sobre esta patología publicado recientemente en la Revista Española de Cardiología (REC). La inmensa mayoría de los fallecimientos (96%) afecta a deportistas recreativos y la causa más frecuente de la muerte súbita (63%) es la cardiopatía isquémica. Es decir, infartos de miocardio o angianas de pecho. «El ciclismo y la carrera a pie son las modalidades deportivas con mayor riesgo de muerte súbita a partir de los 39 años, mientras que los que practican gimnasia y natación tienen menos papeletas de sufrir un accidente cardiovascular. Ahora bien, los futbolistas menores de 35 años corren más riesgo de muerte súbita con este deporte que con la práctica de otras disciplinas a esa misma edad», concluye el estudio.

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