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Abríguese, pero hágalo bien

Una camiseta interior térmica y un buen calzado son claves para no pasar frío. Vestirse a capas es cosa del pasado

Viernes, 27 de noviembre 2020, 18:57

Después de varias semanas con un tiempo bastante benévolo para la época del año en la que nos encontramos, parece que los termómetros van a recibir el mes de diciembre con una bajada generalizada de las temperaturas en todo el país. Así que mejor olvídese ... por una temporada de los pantalones tobilleros y de las zapatillas de lona si no quiere quedarse como un témpano de hielo cuando el mercurio sea incapaz de subir por encima de los diez grados. Abríguese, pero hágalo bien. «En realidad, hoy en día pasa frío quien quiere. Existen en el mercado infinidad de tejidos fantásticos y muy económicos que conservan fenomenal el calor corporal sin necesidad de ir como una cebolla. Otra cosa es que por moda o estética se quiera pasar frío», señala el neurocirujano y especialista en congelaciones de la clínica MAZ de Zaragoza, Ricardo Arregui.

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Si lo que realmente le importa es no quedarse congelado nada más poner un pie en la calle, entonces siga los consejos de los expertos sobre cómo abrigarse correctamente y notará la diferencia. Las dudas son muchas: ¿Es mejor llevar muchas capas o ponerse menos ropa e invertir en un buen abrigo? ¿Por dónde se 'escapa' más el calor? ¿Por qué hay gente más friolera que otra? ¿Plumífero o cortavientos? Vayamos por partes. En primer lugar es importante saber que nuestro cuerpo está diseñado para conservar el flujo sanguíneo en la zona del tronco, que es donde tenemos los órganos vitales (corazón, pulmones, hígado, riñones...). «Por eso cuando baja la temperatura, lo primero que se enfría son las partes más alejadas del tronco como las manos, los pies o la cabeza. El cuerpo se centra en proteger y mantener los órganos vitales a la temperatura adecuada y digamos que se 'olvida' de las zonas menos importantes para nuestra propia supervivencia», explica el dermatólogo Pedro Rodríguez, miembro de la la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Por eso es muy importante cubrir bien esas partes 'olvidadas'. Un gorro, guantes, calcetines y un buen calzado son fundamentales para mantener el cuerpo a tono. «Nuestra capacidad de perder calor siempre va a ser proporcional al área que tengamos expuesta. Es decir, por mucho que nos abriguemos con un plumífero, si llevamos los tobillos al aire nos entrará frío», precisa Rodríguez, dermatólogo en la Clínica Dermatológica Internacional (Madrid).

Y cuanto más cerca esté esa zona expuesta al tronco, más calor perderemos. De ahí que si en lugar de los tobillos lo que tenemos al aire es la espalda o el cuello, la sensación de frío será todavía mayor. «Son zonas que no tienen los mecanismos de adaptación de los pies o las manos», añade el especialista.

Una de las claves para no pasar frío es precisamente llevar bien cubierto el tronco. «Una buena camiseta térmica es fundamental para conservar el calor de nuestro cuerpo –aconseja Arregui–. Fíjate en cómo visten los jugadores de fútbol los días de mucho frío. La mayoría llevan una camiseta técnica por debajo de su equipación. Algunos, incluso se ponen mallas para que no se le enfríen los muslos. Son prendas muy cómodas que además expulsan el sudor». Eso sí, siempre bien metida por dentro para que no entre el aire por ninguna parte.

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Ambos expertos son enemigos de vestirse con muchas prendas, unas encima de otras. «Es incómodo y poco práctico. Lo mejor es llevar una primera capa técnica, un jersey por encima y un buen abrigo. No hace falta nada más», coinciden ambos especialistas. La elección de la prenda exterior dependerá básicamente de la zona donde residamos. Es decir, si vivimos en un lugar donde es habitual que llueva debemos optar por un abrigo más técnico que, además de conservar el calor, nos proteja de la lluvia. Sin embargo, si vivimos en el interior, donde el frío es más seco y las temperaturas más bajas, un plumífero puede ser una buena opción. En cualquier caso, es recomendable que tengan un largo tres cuartos y a poder ser capucha.

Sensación térmica

De hecho, la sensación de frío aumenta por dos motivos; el viento y la humedad, por lo que debemos estar preparados para protegernos de ambas inclemencias. Es eso que los expertos llaman sensación térmica o 'wind chill'. «Hay días en los que el térmómetro de la calle puede marcar 4 grados, pero nuestro cuerpo los siente como dos bajo cero por el efecto del viento. Pasa algo parecido con la lluvia. Tener los pies mojados un día de frío es de lo más desagradable, por eso debemos saber cómo abrigarnos bien», añade Arregui.

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Pero, ¿por qué hay personas más frioleras que otras? «La capacidad de retener el calor depende de la cantidad de vasitos sanguíneos que tenemos. De la misma manera que hay familias con tendencia a las varices, cuanta menos vascularización tengan, más frioleros serán», aclara Pedro Rodríguez.

Ricardo Arregui, neurocirujano y especialista en congelaciones.

«He pasado más frío en Zaragoza que en el Everest»

Para los más de 700 montañeros que a lo largo de los últimos años han pasado por la clínica MAZ de Zaragoza, el reconocido neurocirujano Ricardo Arregui es simplemente 'Kiko' Arregui, el médico del 'Al filo de lo imposible' que les ha tratado de las congelaciones sufridas en pies y manos por los rigores de las bajas temperaturas.

–Cordillera del Himalaya, el Polo Norte... Usted sí que sabe lo que es pasar frío.

–En realidad, donde más frío he pasado en mi vida es en Zaragaza. Llevo más de cuarenta años en esta ciudad y a lo único que no me he aclimatado es al viento del Moncayo. Recuerdo ir a la facultad pensando qué calles tenía que coger para que no me diese el viento. Cuando fui al Polo Norte llevaba unas botas y unos calcetines calculados para soportar -100 grados y no pasé frío. Ahora bien, cuando salías fuera y respirabas el aire a menos 30 grados te dolía todo.

–¿En qué prendas se debe invertir para no pasar frío?

–Ahora mismo no hace falta gastarse mucho dinero para ir bien abrigado. Otra cosa es la alta montaña. En ese caso, siempre les digo lo mismo: invertid en unos buenos guantes y unas buenas botas. Es fundamental.

– Con la hostelería cerrada en muchas comunidades y las restrucciones de movilidad, ir al monte es uno de los planes estrella del fin de semana para mucha gente.

–Hay que tener cuidado con este tipo de excursiones. Mucha gente se piensa que hacer senderismo es calzarse unas zapatillas de deporte y ponerse a caminar, y no. Hay que ir bien preparado y más en esta época del año porque el tiempo es muy cambiante. Puedes salir de casa con sol y al llegar a la cima levantarse un viento que te quita hasta las ideas. Mira el móvil y vístete de acuerdo a las previsiones meteorológicas.

Enfermedades vinculadas al frío

  • Sabañones Es el motivo de consulta asociado al frío más habitual. «Son unas pequeñas inflamaciones que se producen normalmente en los nudillos o en la zona final de los dedos. Con el frío llega menos sangre a las extremidades y la que llega lo hace con un flujo muy lento, por lo que a veces se forman pequeños trombos que, a su vez, causan minimicroinfartos que provocan esos hematomas que causan el dolor y la sensación de escozor y quemazón», explica el dermatólogo Pedro Rodríguez. La mejor manera de prevenir los sabañones es cubrirse las manos con guantes. Lo más recomendable es ponérselos un par de minutos antes de salir al exterior. El tratamiento más eficaz para controlar los síntomas es aplicar una crema con corticoides.

  • Fenómeno de Rainaud «No es muy frecuente, pero de vez en cuando vemos algún caso, sobre todo entre fumadores y mujeres jóvenes», explica Rodríguez. La punta de los dedos se pone completamente blanca porque los vasos sanguíneos sufren un espasmo y se cierran por completo durante unos segundos y después se vuelven a abrir. Pasan de blanco a azul y finalmente rojo. «Hay pacientes a los que les ocurre de manera espontánea y en ese caso se llama fenómeno de Rainaud primario, pero hay otros a los que les pasa como consecuencia de una enfermedad autoinmune como puede ser lupus o esclerodermia. Ese sería un fenómeno de Rainaud secundario».

  • Urticaria por frío Hay personas que por debajo de un determinado umbral de frío sufren una especie de reacción alérgica. «Liberan mucha histamina y eso hace que les aparezcan ronchas y habones en la piel, que pueden ser generalizados. El tratamiento en estos casos se hace con antihistamínicos», precisa el doctor Rodríguez, dermatólogo de la Clínica Dermatológica Internacional.

  • Dermatitis atópica Las personas que sufren dermatitis atópica lo pasan especialmente mal cuando el frío es seco. «Son pacientes que ya tienen la barrera cutánea dañada, por lo que cuando desciende la humedad ambiental y baja la temperatura su piel se irrita con mayor facilidad. Es importante que hidraten muy bien su piel a diario para evitar –en la medida de lo posible– tener que recurrir a cremas con corticoides. Los pacientes con lesiones tipo rosácea, por ejemplo, acusan principalmente los cambios bruscos de temperatura.

¡Qué curioso!

  • -273,15 grados es la temperatura más baja que puede alcanzar una molécula o cuerpo, pues a ese nivel no existiría vibración atómica alguna. Se conoce como 'cero absoluto' y fue calculado por el matemático y físico británico William Thompson (1824-1907), más conocido como Lord Kelvin.

  • Mata a 20 veces más gente que el calor El frío es más letal que el calor. Según un estudio publicado en 'The Lancet', mueren hasta veinte veces más personas por sufrir bajas temperaturas que por vivir en un ambiente tórrido. Del total de muertes causadas por «temperaturas no óptimas» en los trece países analizados (7,7%), el frío fue responsable de la gran mayoría (7,3%).

  • Es más fácil adelgazar en invierno El 60% de la energía que consume el cuerpo humano se dedica exclusivamente a mantener la temperatura corporal. Y este porcentaje varía en función de la época del año. Si queremos adelgazar, los resultados van a ser más evidentes cuando la temperatura exterior es más baja. Es decir, en invierno. En verano tardaríamos más tiempo en perder el mismo peso.

  • Mejora el rendimiento deportivo Con esta premisa, los biólogos de la Universidad de Stanford (EEUU) inventaron un guante que disminuye de manera instantánea la temperatura corporal de los deportistas al atraer la sangre a las palmas de las manos para enfriarla. De esta manera, se consigue una recuperación inmediata y un mejor rendimiento deportivo.

  • Sí, el frío también puede doler Hasta los 15 grados, el frío puede resultarnos incluso agradable, pero a medida que el termómetro baja y la temperatura de la piel es menor, nos duele. Además, la respuesta de nuestro sistema inmune es menos eficiente en un ambiente gélido, por lo que estamos más indefensos ante un ataque viral.

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