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Ilustración: Rodrigo Parrado

Sexo y cuarentena: mil y una formas de vivirlo

Frente al distanciamiento impuesto por el coronavirus hay que recordar que las relaciones ayudan a sentirse mejor: ya sea en pareja, en solitario o a través de una pantalla: todo vale

Jueves, 26 de marzo 2020

Los neoyorquinos recibieron hace unos días un comunicado del departamento de salud titulado: 'COVID-19 Sex Guide'. Conscientes de que las dudas sobre el coronavirus y las relaciones íntimas eran (y son) reales en la población, han editado una guía carente de remilgos con las ... respuestas que se tienen sobre el particular. Al menos hasta ahora. «Tenemos mucho que aprender todavía de este coronavirus y el sexo», reconocen. Pero informan bien de lo que sí se tiene claro. A saber: se transmite por la saliva (y el moco y las heces) con facilidad, pero no por el estricto intercambio de fluidos del acto sexual. De lo que hay que prescindir en la intimidad, pues, es de los besos. ¿Es esto posible? Seguramente no. Dependerá de quien lo piense.

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Con esta base, la guía establece una lista de relaciones seguras, de mayor a menor. En el primer puesto se encuentra la masturbación. «Eres tu mejor pareja» en estos tiempos, advierte el documento. Y en el último puesto sitúa las menos seguras: los contactos esporádicos con personas conocidas 'online'. Sobre esto último dicen: «si generalmente conoce a sus parejas sexuales en 'apps' de contactos considere tomarse un descanso. El 'sexting' es una buena opción».

En apenas dos folios, la guía repasa todas las caras de las relaciones íntimas de la población. Parejas consolidadas, recientes, esporádicas o por formarse. Preguntarse si el coronavirus ha afectado a todas es de perogrullo. Lo que no está tan claro es cómo. Hay tantas historias como personas que sienten.

El asunto no es intrascendente. Sobre todo porque tiene mucho que ver con la salud y con el bienestar de la población. Francisca Molero, presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS), adelanta que desde la Academia Internacional de Sexología Médica (AISM) elaboran ya una encuesta para tener una idea real de lo que está pasando.

Del distanciamiento al refuerzo del vínculo

Mientras los datos llegan, lo que sí tienen claro los sexólogos es que momentos como el actual amplifican los extremos. Los buenos y los malos. «Las situaciones que generan ansiedad, el confinamiento y la interacción continúa con una o varias personas en estas situaciones provocan un mayor número de conflictos y desavenencias a medida que va pasando el tiempo y esto puede provocar un distanciamiento emocional», advierte Molero.

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Pero si la pareja se lleva bien puede darse lo contrario: «aumentan su capacidad empática y de relativizar situaciones, lo que les lleva a aumentar la intimidad y su vínculo emocional». Digamos que la pandemia hará que aflore lo que ya subyacía en la relación. En suma: estar bien es más importante que tener ganas. «No podemos mantener la salud sexual sin un cierto bienestar». Y esto es lo más complicado.

La cuarentena lleva aparejadas preocupación, incertidumbre, ansiedad... Y esto no ayuda. «En nuestro caso, la primera semana como si nada. Pero ya pasados los días no estamos tan bien. Pero no hay mal rollo. Es cansancio. Los días se hacen duros. ¿Apatía quizá?», reconoce Claudia S., una madre de familia que lleva más de una década de feliz matrimonio. Parejas más jóvenes, como la de Jaime A., también reconocen que «la bajona» ha llegado a sus vidas. «Mis amigos creen que mi casa es un festival. Y no estamos mal, pero tampoco es eso», advierte, mientras sí cita a una amiga que vive los mejores momentos de su relación.

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Al calor de las pantallas

¿Y qué pasa con los solteros que buscan una relación? Elena R. está en esta tesitura. Cuenta que ha notado un incremento increíble de la actividad en redes sociales. Las visualizaciones de sus 'stories' en Instagram se han disparado. «Está claro que en estos días todos estamos buscando algo», cuenta.

Ella tiene una relación con un chico que ha caído en horas bajas. «Llega el coronavirus y ahora necesito que me hablen, tener conversación para que se te suba la oxitocina de otro modo que no sea con el sexo», reconoce. Pero para eso no ha funcionado. En Tinder, la aplicación más popular de contactos, las quedadas en persona han caído. Lógico. Aunque la actividad dentro de la aplicación se ha incrementado. Según datos de la compañía, en lugares como España e Italia hay un 25% más de conversaciones diarias que hace una semana. Y la duración de la conversación aumentó entre el 10 y el 30%.

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«Creía que sería el momento de entrar porque como no podemos mantener relaciones la gente se dedicaría a conocerse», dice Elena R. «Lo sí parece que funciona es el 'sexting'», cree. No se equivocaban los autores de la guía neoyorquina al recomendarlo.

Ya sea con pareja o sin ella, con uno mismo o a través de la fantasía en directo y sin riesgos que da una pantalla, los expertos recuerdan que el sexo es una buena medicina. «Acordémonos de la activación de los circuitos de recompensa, el aumento de dopamina y la modulación de la serotonina que se produce ante una relación sexual satisfactoria».

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Y vale todo: los abrazos, las caricias, las palabras y, por qué no, el videochat. «El sentirse vinculado con otra persona mejora el estado de ánimo, por eso también nos sirve el sexo virtual, el mirar a través de la pantalla o el oír la voz de la persona querida nos aleja de la soledad y de la incertidumbre al menos por un rato», aconseja Molero.

Pensar que lo que vivimos hoy acabará y valorarlo como un tiempo que se nos ha regalado para compartir más en pareja es otra de las claves para evitar que el coronavirus acabe también por robarnos el calor de la intimidad.

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