Secciones
Servicios
Destacamos
Solange Vázquez
Jueves, 1 de febrero 2024
Todas las parejas tienen discusiones, que suelen producirse en el escaso tiempo libre que nos deja la jornada laboral. Es decir, en esos retales de supuesto descanso como las últimas horas del día, los fines de semana y las vacaciones (a cuyo término, por cierto, ... se constata un repunte de las separaciones y divorcios). Pero imaginemos que tenemos mucho más tiempo para encontronazos porque... trabajamos en el mismo sitio que nuestra pareja. Ya no sólo puede haber roces en casa por motivos domésticos, un filón de por sí muy prolífico, sino que podemos estar de bronca en el trabajo. Menuda ayudita para la paz sentimental...
Según una encuesta del portal de empleo Infojobs, el 14% de los trabajadores admite mantener o haber mantenido una relación sentimental con una persona del trabajo y el 56% la conserva a pesar de todo. El resto... se quedó por el camino porque, realmente, trabajar en el mismo lugar es muchas veces una prueba de fuego muy dura. La psicóloga María Padilla, fundadora y directora de Capital Psicólogos, nos explica dónde reside el peligro: «¡El amor no diferencia entre trabajo y casa!». «Si la relación es sana y la comunicación muy buena, no tiene por qué haber problema...», desliza. Pero esto es en unas condiciones ideales, casi de laboratorio, y todos sabemos ya a estas alturas que todas las parejas –hasta las que van bien– tienen sus fisuras.
¿Y qué hemos de hacer si no queremos que todas las facetas de nuestra vida se conviertan en un campo de batalla? «Hay que negociar entre ambos dos contratos distintos: uno centrado en el amor y otro en el trabajo. Esto es para establecer límites como por ejemplo, no sentirse ofendido o menos querido si en el trabajo nuestra pareja tiene una postura o unas ideas distintas a las nuestras. O no demandar atención, apoyo y hasta protección –que es lo que hacemos fuera del trabajo con la pareja– cuando estamos en el plano profesional».
Los mayores problemas derivados de la llamada hiperpresencia –no tener espacios separados– en el trabajo empeoran en dos situaciones. La primera, si hay celos de por medio ('muy simpático eres tú con esa compañera con lo borde que eres conmigo', 'en el curro todo risas, en casa todo mosqueos', 'hablas más con ese tío que conmigo', 'deja de mirar a las becarias, ¿no?). «Las dos partes tienen que entender que en el trabajo hay mucho marketing y que, obviamente, tenemos que mostrar nuestra mejor versión», aclara Padilla. ¿Y la segunda causa de broncas de pareja derivadas del trabajo?
La relación jerárquica con la persona que queremos (fuera nos tratamos de igual a igual, pero en el trabajo, no siempre se puede). Esto nos obliga a cambiar el chip y no siempre se logra con éxito. Tal y como detalla Infojobs en su investigación, un 22% de las relaciones en al ámbito laboral se desarrolla entre responsables y subordinados, algo sumamente delicado porque cuesta asumir órdenes... además, el resto de los trabajadores suele quejarse de favoritismos, aunque en ocasiones, es todo lo contrario: precisamente para atajar rumores los superiores exigen más a la pareja que a cualquier otro empleado, lo cual tampoco es justo y genera broncas.
Y luego está la cuestión de llevarse el trabajo a casa (si hay hijos sufren muchísimo), que no sabemos si es peor que llevarse la casa al trabajo. Laura Morán, terapeuta de pareja y autora de 'Perfectamente imperfectas' (ed. Destino) nos responde a esta incógnita: «Depende de en qué espacio tengamos dramas mayores». Además, ofrece unos tips para que no nos afecte esa dualidad trabajo-amor.
1
Si surge un conflicto laboral en casa o uno familiar en el trabajo... parón y un 'luego lo hablamos' (en el ámbito correspondiente). No mezclar.
2
No discutir nunca sobre nada cuando estamos muy enfadados, esperar a que baje el 'suflé'.
3
No enfrentarse con público en el lugar de trabajo. Solemos hiperactuar y empeorarlo todo. Ni pasarse de amorosos.
4
«Ante un problema doméstico o de pareja, no pensar 'hablo cinco minutos de ello en el trabajo y lo zanjo': eso es imposible.Dejarlo para otro momento es lo mejor y así dedicamos el tiempo necesario», indica Morán.
5
Si tenemos que hacer una crítica en el trabajo a nuestra pareja, ojo, que a veces la confianza da asco. Es mejor censurar actitudes ('me facilitaría mucho que acabases el informe del mes con antelación') y no arremeter con ataques personales ('eres un desastre, el informe de este mes sin acabar').
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La bodega del siglo XIV que elabora vino de 20 años y el primer vermut de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.