Cómo entrenar a tus hijos para evitar que caigan en manos de un depredador sexual

Dos semanas antes, Francisco Javier Almeida abordó a otra niña de 12 años en el mismo parque mientras jugaba al fútbol con unas amigas. El balón se les escapó y la menor fue a recogerlo. El hombre apareció y le propuso que le acompañara para enseñarle «unos pajaritos que tenía en casa». Afortunadamente la pequeña fue desconfiada. Otra denuncia ante la Guardia Civil explicaba que el individuo lo había intentado con una tercera niña. El pederasta le dijo que era el padre de una compañera de clase y que si quería ir a jugar con ella a casa. La menor no accedió. Almeida había cumplido condena por abusar sexualmente de una niña de 13 años a la que le dijo que su madre le había mandado para que la recogiera.

Estos casos son excepcionales, pero ocurren. Y las familias pueden trabajar con sus niños y niñas estrategias para minimizar el riesgo de que caigan en los engaños de un depravado. Es un entrenamiento útil que puede evitar una tragedia. «Los depredadores sexuales utilizan diferentes estrategias para embaucar a los menores según su edad. Acuden a parques, observan, buscan presas asequibles. No actúan de forma improvisada», explica el psicólogo social Guillermo Fouce. «Les invitan a ver un animal, les ofrecen un regalo, una golosina, un balón... Tienen conductas normales. Les piden pequeñas cosas cotidianas, que les ayuden con el móvil o les hagan una foto, que les guarden un secreto... Si se caen les ayudan a levantarse para generar confianza. Es como 'poner el pie en la puerta' poco a poco. El pequeño no percibe nada extraño», añade Fouce, presidente de Psicólogos Sin Fronteras.

Esas propuestas de un adulto a los niños no suele despertarles recelo alguno, de manera que «hay que trabajar la desconfianza en los pequeños», coinciden los psicólogos. «Deben saber que hay personas buenas y personas malas. Hay que generar en ellos desconfianza hacia el extraño, que entiendan que no se pueden fiar de todo el mundo», añade el experto. El otro aprendizaje clave:acostumbrarles a decir 'no' ante la propuesta de un adulto y a gritar y pedir socorro. «Es la forma más rápida para llamar la atención de los adultos».

La psicopedagoga y profesora de la Universidad Oberta de Catalunya Silvye Pérez considera que hay que buscar el equilibrio entre generar desconfianza en los desconocidos y «no asustar» a los niños. «Hay que definir claramente ante los pequeños lo que es un desconocido». Pone un ejemplo: para un niño, ¿un vecino es una persona de confianza? Recuerda el crimen de una adolescente de 13 años en Vilanova i la Geltru en 2018. La menor salió de su piso y desapareció. La secuestró y asesinó un vecino. Abrió la puerta de su casa cuando la menor bajaba por las escaleras y, con algún engaño, logró que entrara en su casa. «Hay que dibujar el círculo de confianza del menor, persona a persona», incide.

Advierte de un error que se comete de forma muy habitual. «Forzamos a los niños a hablar con conocidos nuestros, a darles un beso. No hay que hacerlo. Estamos confundiéndoles», apunta. Para esta psicolpedagoga es vital poner a los pequeños en situaciones reales. «Hay que hacer preguntas al niño: '¿Qué harías tú si no te vienen a buscar en el colegio?'. Es la mejor forma de que aprendan estos hábitos de seguridad. Hay que empezar con los menores desde muy pequeños, «yrepetir, insistir, ser pesados con las recomendaciones».