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Hay quien no puede tener perro por falta de espacio, tiempo o dinero; y hay quien lo tiene pero necesita ayuda para cuidarlo. La nueva 'app' Préstame tu perro ('Tibiboo', en su versión anglosajona) acorta las distancias entre estos dos perfiles de personas hasta ... conseguir un 'match' (al más puro estilo de Tinder) entre propietarios y amantes de los animales, con el fin de que la colaboración y ayuda mutua entre ellos beneficie a las mascotas.
Distintas circunstancias de la vida, como la llegada de un bebé al hogar, un trabajo que requiere ausencias regulares, una separación o las vacaciones, pueden complicar la atención que prestamos a nuestros animales, pues no siempre podemos llevarlos con nosotros y solo unos pocos tienen la suerte de contar con algún familiar de confianza que pueda hacerse cargo de ellos.
En estos casos, buscar una residencia para animales o contratar a un cuidador durante nuestra ausencia es la única opción, el problema es que son servicios costosos que no todo el mundo se puede permitir. Eso lleva, en ocasiones, a plantearse el abandono del animal, tal como muestran las cifras. Solo en 2019, las protectoras españolas rescataron a un total de 306.000 perros y gatos, según la Fundación Affinity. Esta cantidad ha disminuido mucho en los últimos años, pero España sigue siendo uno de los países europeos donde más abandonos de animales domésticos se producen anualmente.
En un intento de que esta no sea jamás la alternativa, Mateo García y Claire Vannier fundaron esta 'app'. «A diferencia de otras aplicaciones ya existentes, Préstame tu perro está basada en un modelo colaborativo entre propietarios de canes y voluntarios ('dog lovers' o amantes de los perros, como los llaman ellos) que no pueden tener el suyo propio. De este modo, ambos salen ganando: los propietarios encuentran a una persona que cuide y mime a su mascota como si fuese suya y los 'dog lovers' disfrutan de la compañía de un perro durante unas horas», explican los creadores.
Es más económico porque los usuarios solo tienen que abonar el coste de la suscripción Premium de la 'app' para poder disfrutar del servicio: 39,90 euros al año los propietarios y 9,90 los cuidadores. Esta cuota permite ofrecer asistencia veterinaria a disposición de los 'dog lovers' cuando estén acompañados por un perro de la comunidad y también generar una donación a organizaciones y protectoras de perros. Es decir, «los cuidadores son voluntarios que se hacen cargo de los perros sin recibir a cambio ningún tipo de remuneración, solamente por el placer de compartir buenos momentos con ellos, y la ausencia de un intercambio monetario permite crear una relación real, sin interés económico», afirman.
Los usuarios parecen satisfechos. Edu Sánchez, por ejemplo, valoró con cinco estrellas la 'app' en mayo tras encontrar a Marta, la dueña de Fox, un perrete con quien sale a correr dos veces por semana. «Me registré en la 'app' para poder pasar más tiempo con un perro», comenta. Y la comunidad va en aumento. En gran parte, gracias a la facilidad de uso y la confianza que ofrece esta herramienta, disponible tanto para sistema IOS como para Android.
Los pasos para utilizarla son los siguientes: registro y creación de un perfil, pago de la suscripción Premium, búsqueda de otros perfiles de miembros de la comunidad que se adecúen a nuestras necesidades y preferencias, notificación del interés por un perro mediante un 'me gusta', recepción de un 'match' en caso de que el propietario del perro acepte nuestra solicitud, intercambio de mensajes y encuentro.
Después de crear un perfil, los 'dog lovers' pueden filtrar los perros por distancia, raza y disponibilidad, entre otros.
Si alguno les interesa lo deben notificar enviando un 'Me gusta'. Si el interés mutuo, recibirán un 'Match'.
Los usuarios pueden chatear en la aplicación a través del servicio de mensajería para concretar el encuentro.
Los perfiles los valida la 'app'. Los usuarios deben firmar el Código de Conducta y ser Premium para usarla.
Para asegurar que tanto propietarios como 'dog lovers' son de fiar, el equipo de Préstame tu perro valida cada perfil individualmente. Además, «aún cuando el perfil está verificado, los usuarios no pueden mensajearse hasta que pagan la suscripción Premium, lo que añade un nivel de seguridad», expresan García y Vannier. Asimismo, para organizar un encuentro, el propietario debe rellenar antes una ficha de seguridad, para garantizar el correcto cuidado de su mascota (información sobre nutrición, salud, hábitos, contacto en caso de urgencia...), y tanto este como el 'dog lover' deben firmar el código de buena conducta de la 'app', a través del cual se comprometen a comportarse de manera honesta, respetuosa y atenta y garantizan la seguridad y el bienestar de los perros.
Aun así, siempre cabe la posibilidad de que haya algún problema. «En esos casos, la responsabilidad es del usuario, no de la 'app', por lo que dependerá del seguro civil de cada uno», señalan los creadores. Eso sí, la aplicación ofrece una serie de consejos y pautas para prevenir cualquier inconveniente, como el uso obligatorio de la correa durante los paseos a menos que se tenga una autorización por escrito indicando lo contrario por parte del propietario del perro.
Por ahora, la aplicación está pensada únicamente para propietarios y amantes de perros, pero los creadores aseguran que próximamente la ampliarán al cuidado de gatos.
«Cuando vivíamos en Francia estábamos acostumbrados a utilizar este tipo de aplicación con nuestro perro, pero al llegar a España nos dimos cuenta de que no existía un equivalente. Durante un tiempo, recurrimos a las aplicaciones de 'dog sitting' tradicionales, pero eran demasiado costosas, así que decidimos importar lo que ya existía en Francia e Inglaterra a España», cuentan los fundadores.
La aplicación fue lanzada inicialmente en abril de 2020, en pleno confinamiento. «Ante la oleada de solidaridad que se produjo, decidimos aportar nuestro granito de arena ofreciendo la suscripción Premium gratuitamente. De esta manera, sanitarios sin tiempo libre, personas vulnerables y contagiados por coronavirus, que no podían salir de sus casas para sacar a su perro a pasear, pudieron encontrar a alguien que lo hiciese de manera desinteresada», recuerdan.
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