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EVA CAROT
Amores de verano... ¿Por qué es tan difícil que sobrevivan al otoño?

Amores de verano... ¿Por qué es tan difícil que sobrevivan al otoño?

Así se vaticina su final y así se pasa página

Viernes, 1 de octubre 2021, 00:03

Estábamos descansaditos, morenos, felices, con poca ropa, menos responsabilidades y nada de prisa. Éramos, por así decirlo, una versión algo quinceañera de nosotros mismos, más despreocupada, más proclive a la aventura y, como dicen los modernos, más 'hot'. Quizá lo que queremos ser siempre y no podemos por esas cosas llamadas responsabilidades de la vida. Y hacía calor. Y los días eran largos. Y las noches templadas, amables, llenas de promesas.Era... verano, así, resumiéndolo en una palabra. ¿Quién no ha tenido amores de verano? Es un clásico de la adolescencia –casi debería ser un imperativo– donde empezamos a aprender a perder la cabeza por alguien, a que nos rompan el corazón y también a hacer añicos el de otros. Pero en la edad adulta siguen existiendo... ¡Por supuesto! Y, sentimos decirlo, seguimos poniendo toda el alma en ellos y llevándonos, en consecuencia, los mismos batacazos que cuando éramos unos pipiolos. Así que lo del aprendizaje en el amor..., ay, parece que estamos condenados a ser eternamente novatos. El caso es que estrenamos octubre y hay muchas personas que acaban de dejar atrás un amor de verano –quizá aún se hallen en pleno proceso– y lo están pasando fatal.

Según el psicólogo y escritor Sergio Bero, que acaba de publicar 'Cierto que miento' (Ediciones Hidroavión), estamos ahora mismo en ese momento tan difícil en que «empezamos a ser conscientes de que la comunicación y el trato han variado» con esa persona que nos volvía loca hace nada, cuando el sol calentaba. «Lo importante en este punto es no buscar excusas para autoengañarnos pensando que este cambio se debe al estrés, a la vuelta al trabajo, a la distancia... Si ese amor de verano ha de prolongarse o no, ahora es el momento de hablarlo. Los 'ya se verá' no son funcionales. Para que prosigan este tipo de relaciones, ambas personas deben estar enfocadas en lo mismo, en avanzar», aconseja.

El problema es cuando esa relación tan bonita e intensa deja de funcionar al cambiar el marco en el que nació. «Entre los castillos en el aire, las propias películas que nos montamos y las que nos cuentan, tenemos un gran abanico de posibilidades para que ciertos amores de verano no funcionen», alerta Bero, experto en aceptación y gestión emocional.

Intensos e idílicos

Y cuando es así... Bueno, una aventura de verano no debería dejar demasiadas secuelas emocionales, ¿no? Al fin y al cabo, todos sabemos que es más que probable que no vaya a ningún sitio, que no debemos 'pillarnos' y tal. «De eso, nada. Siempre que hay una ruptura existe un duelo y, en el caso de los amores de verano, puede ser incluso más doloroso que los de una relación más larga. ¿Por qué? Porque, normalmente, en las relaciones más prolongadas ya has hecho parte del duelo antes de que se rompan y en el caso de los amores de verano, intensos e idílicos, no», asegura María Mavji, sexóloga y directora de operaciones en TherapyChat, plataforma de psicología online. Es decir, como no hemos sido conscientes del desgaste ni de la decadencia, nos llevamos el tortazo cuando estamos en todo lo alto.

Así que son finales de mucho sufrir: «Nos pueden machacar mucho la autoestima, sobre todo si no se cierra ese capítulo adecuadamente». ¿Y eso cómo se hace? «Siendo claro. Comunicando nuestros sentimientos a la otra persona sin temor a parecer vulnerables o a que se rían.Si reprimimos los sentimientos, nos hacemos daño», sostiene. Así que, si hemos roto el 'pacto' (explícito o no) de no engancharnos y vivir un 'affaire' sin consecuencias emocionales, lo mejor es admitirlo ante ese amor que iba para pasajero pero que ha dejado poso. Eso es para valientes. Para cobardes está el 'ghosting', dejar a alguien unilateralmente sin más explicación, ir 'desapareciendo'. «Causa un gran daño psicológico», censura la psicóloga.

«El concepto de amor de verano puede ser sinónimo de pasajero, pero la realidad es que la intensidad con la que lo vivimos nos marca y probablemente nos acordemos de ellos para toda la vida. Quedarse con lo bueno de cada situación es lo mejor que podemos hacer para superar el final de este tipo de experiencias», explica Mavji.

Consejos para superarlo

  • Habla del tema Hablar de ello te ayudará, entre otras cosas, a poner palabras a tus pensamientos, a escucharlos desde un lugar distinto y a validar tus emociones, aconsejan los expertos de TherapyChat.

  • Cuídate Muy importante. Estabas 'top' y ahora tienes un bajón total. Esta montaña rusa suele redundar en que nos dejamos ir, nos abandonamos. En todos los sentidos. Y hay que ponerle freno a esta deriva. «Cuida tu alimentación y practica algún deporte que te guste. Rodéate de quien te carga de energía y aléjate de quien te la quita», aconsejan los psicólogos de TherapyChat. Así que a mimarse y a 'crear' situaciones nuevas para conocer gente y pasar página lo antes posible. 

  • No generalices Según Mavji, que hayas tenido una mala experiencia en una o varias ocasiones no significa que siempre vaya a ser así. La mayoría de las veces los amores de verano son episodios que no tienen nada que ver con los amores de otra época del año. Así que convertirse en un resentido no es una opción. «¡Además, muchas parejas sobreviven al verano y se consolidan!», indica Bero. Vamos, que no es como para huir de estas aventuras. Lo que sí conviene es, de entrada, «rebajar las expectativas», apunta Mavji. Ya tendremos tiempo de echar por la borda los buenos propósitos de no lanzarnos a enamorarnos a tumba abierta. «Enamorarse es algo que escapa a nuestro control, por mucho que nos digamos a nosotros mismos que no vamos a caer», añade la experta. Y quizá sea mejor así, ¿no?

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