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Quien haya viajado alguna vez con niños (da igual la edad) sabe que se trata de una experiencia de todo menos aburrida. Desde los clásicos 'esto no me gusta', 'estoy cansado' o '¿cuánto falta para llegar?' repetidos hasta la extenuación a rabietas en mitad de cualquier parte o vomitonas en plena autopista porque se marean. Otro hit de las vacaciones familiares. Pero también risas, emoción, helados a deshoras y muchas primeras veces de las que disfrutar todos juntos. «Lo que nunca debe faltar en la maleta de los padres es paciencia, una alta capacidad para improvisar, un bajo nivel de estrés y ganas infinitas de pasar un verano inolvidable», resume la doctora Lucía Galán, conocida en las redes como 'Lucía, mi pediatra'. Viajar con niños no es sencillo, pero también tiene sus trucos. Elegir el destino teniendo en cuenta los gustos y edades de los más pequeños, no empeñarnos en querer ver todo en un día o tener siempre a mano un parque o una zona de recreo de la que echar mano son algunos de los consejos que debemos seguir para que las vacaciones familiares no se conviertan en esos días estresantes que muchos padres temen antes incluso de hacer las maletas.
¿Dónde ir?
Los expertos de las afamadas guías Lonely Planet no tienen ninguna duda. «Para viajar tranquilamente en familia y evitar desastres, resulta esencial la elección de un destino idóneo. Una caminata de varios días en Marruecos no tiene nada que ver con observar delfines desde un barco o jugar a los exploradores en la selva. Con esto claro, cada familia debe elegir el lugar que le entusiasmará al crío que no puede estarse quieto, a la niña que sueña con ser princesa o al adolescente que enloquece con el deporte». Los expertos en viajes familiares recomiendan implicar a los más pequeños en la toma de decisiones. Hablar con ellos sobre las diferentes opciones, mirar guías de viajes... En definitiva, estimular su interés por el destino. Se debe pensar en lo que a ellos les interesa y en el tipo de viajes que resultan factibles a su edad. «Empeñarnos en lo contrario no tiene sentido y además se vuelve en nuestra contra durante el viaje. No pasa nada por combinar un día de visitas a museos con otro de parque temático», coinciden. En el caso de un viaje al extranjero, también se debe tener en cuenta el choque de culturas y sopesar la duración del viaje en relación con la diferencia horaria. «Una diferencia de cuatro horas o más implica un tiempo de adaptación a la ida y a la vuelta, sobre todo para los más pequeños. En estos casos, un viaje de una semana resultaría demasiado corto», precisan en Lonely Planet ('Viajar con niños. El libro de las familias viajeras'). En el caso de los bebés, se deben evitar destinos con riesgos de enfermedades tropicales o cualquier otro riesgo importante a nivel sanitario.
Antes del viaje
Una vez elegido el destino, otro de los trucos que manejan los expertos es adelantarles parte de lo que van a ver y a hacer durante el viaje para motivarles. Y mucha imaginación. «Cuando mi primera hija tenía 3 años decidimos organizar una pequeña ruta que desembocaba en un castillo. No habíamos recorrido ni 200 metros cuando empezó a decir que estaba cansada, que tenía hambre, sueño... Lo que le pasaba es que no tenía ningún tipo de motivación. Caminar ¿para qué? Entonces empecé a contarle una historia. Le dije que en ese castillo en ruinas vivía un dragón y una princesa muy valiente... A partir de ese momento, la actitud de la niña cambió. El lugar era el mismo, pero ya lo veía con otros ojos», explica Max López, fundador de la web Familias en Ruta y coautor del libro 'Rutas de leyenda para viajar con niños por España'.
También se pueden consultar mapas en familia, preparar juntos los itinerarios de las excursiones, aprender sobre las costumbres locales o ver películas ambientadas en el lugar del destino. «En esto de viajar con niños no hay recetas mágicas. Nadie te va a librar de algún llanto que otro o un 'me aburro'. Aún así, partir con una actitud positiva y flexible resulta de mucha ayuda cuando se tuercen los planes».
Medios de transporte
Realizar trayectos largos en avión, coche o tren no siempre resulta cómodo para los más pequeños. Este es un punto muy importante de la organización del viaje. «Sin duda alguna, el avión es el mejor medio de transporte para los viajes largos. En cualquier caso, se debe pedir toda la información posible a la hora de comprar los billetes para evitar sorpresas. En la mayoría de compañías, los menores de dos años pagan menos pero tienen que ir sentados en el regazo de un adulto. Imprescindible meter en el equipaje de mano todo tipo de artículos para entretener a los niños (colores, peluches, cartas, cuentos...), además de una muda de ropa (siempre hay un zumo o un vaso de agua que se cae encima de alguno) y algo de abrigo por el aire acondicionado», aconsejan los especialistas de Lonely Planet.
El tren es otro medio que también presenta muchas ventajas a la hora de viajar con niños (espacio para moverse, asientos con mesa, cafetería, otros niños con los que jugar...). No así los autobuses de largo recorrido, especialmente incómodos para las vacaciones familiares.
El coche, no nos engañemos, tampoco es el medio de transporte preferido de los más pequeños para hacer viajes largos, así que es importante planificar bien la ruta para que el viaje transcurra sin grandes sobresaltos. Algunos padres prefieren viajar de noche para que los niños duerman durante todo el viaje y otros dividen el recorrido en varias etapas para que sea más llevadero. Pero, sobre todo, reserva la artillería pesada (consolas, películas...) «para cuando el aburrimiento o la irritabilidad sea insostenible. Ni se te ocurra dárselos nada más subir al coche», recomiendan los expertos viajeros.
La maleta
Los padres primerizos pueden llenar un avión entero con todo lo que necesita su bebé. Y cuando el niño es un poco mayor, sigue siendo tentador llevárselo todo por si acaso, pero «hay que ser realistas y simplificar. A menos que el destino sea en plena naturaleza, lo más seguro es que podamos comprar allí todo lo que necesitemos en un momento de apuro». Un consejo: la ropa sintética no se arruga tanto y se seca fácilmente, pero los niños acaban sudados y pegajosos. Mejor prendas de algodón, que absorben el sudor y son frescas. A partir de los 6 años, los niños pueden responsabilizarse de su propia maleta de mano.
En el caso de viajar con bebés, es interesante incluir accesorios como la mochila de porteo o una sillita plegable para moverte con facilidad en destino. «Es necesario contar con un mínimo de cosas para que el bebé esté bien atendido en todo momento, pero eso no significa llevarse media casa a cuestas», plantea Lourdes Pérez Román, autora del libro 'Guía para viajar con tu bebé'
Durante el viaje
Uno de los mayores errores que se cometen a la hora de viajar con niños es empeñarse en que sigan el ritmo de los adultos. Frena. «Se debe ser flexible y mentalizarse de que tardaremos más en hacer cualquier cosa», explica Lourdes Pérez Román, también responsable del blog de viajes en familia 'Viajandodo'. La agenda llena de actividades y visitas solo va a conseguir una cosa: poner a todo el mundo de mal humor. Deja varias horas libres al día para que los niños descansen y se distraigan. «Si ven un parque, lo normal es que quieran pararse a jugar un rato. O puede que otro día necesiten echarse una siesta más larga de lo habitual. No perdamos de vista que son pequeños y van a otro ritmo», aconsejan lo expertos.
Max López (Familias en Ruta) y María Fernández (La Furgoteta) acaban de publicar una guía con 25 'Rutas de leyenda para viajar con niños por España' (Ed. Anaya Touring). Aquí van algunas de sus propuestas.
1 Ruta del Busgosu (Asturias). Cuenta la leyenda que la razón por la existen bosques tan espectaculares en Asturias como el de Muniellos o el de Peloño es la presencia del Busgosu, un personaje mitológico que vela por la flora y fauna de su entorno. Dentro del parque natural de Redes, una ruta muy interesante es la de Tabayón de Mongayu, que te permitirá adentrate en un bosque de hayas y robles centenarios. Otra ruta que desemboca en una impresionante cascada es la del Hayedo de Montegrande.
2 Ruta de los dinosaurios (La Rioja) Un buen lugar para empezar es el Museo de Ciencias Naturales de Arnedo. En el Centro de Interpretación Paleontológica, ubicado en Igea, «emprenderás un viaje en el tiempo para descubrir cómo eran los dinosaurios». A partir de ahí, ponte calzado cómodo y visita Navalsaz (huella de iguanodón de 4 metros), la Era del Peladillo (yacimiento de icnitas), Peña Portillo (huella de la cola de un estegosauro) y ya en Enciso podrás hacer una ruta circular de unos 8 kilómetros para ver los yacimientos de Valdecevillo, Senoba y Virgen del Campo.
3 Ruta del drac (Mallorca) La isla balear es tierra de leyendas, caballeros y piratas, pero sobre todo de dragones. Estos animales están presentes en los cuatro puntos cardinales de Mallorca. «Ocurre en la isla de Sa Dragonera, donde mora uno de ellos, y en el palacio subterráneo de las Covas del Drach de Portocristo, celosamente custodiado por otro dragón, mientras que en el Museo Diocesano de la capital se puede ver el lagarto que dio origen a la leyenda del Drac de Na Coca.
4 Ruta del cine (Almería) Esta provincia andaluza lleva décadas siendo el escenario perfecto de películas míticas. En el desierto de Tabernas se rodó la legendaria trilogía de 'El bueno, el feo y el malo', 'Por un puñado de dólares' y 'La muerte tenía un precio', mientras que el cabo de Gata fue escenario de algunas de las escenas más memorables de 'Indiana Jones y la última cruzada'.
Mascarillas y gel hidroalcohólico «Siempre que haya agua y jabón a nuestro alcance, lo mejor es hacer un correcto lavado de manos».
Protector solar Ya sea para la playa o la montaña, protector 50+ para toda la familia. «Los niños menores de 2-3 años conviene que usen las cremas con filtros físicos o minerales». Nunca en menores de 6 meses.
Repelente de mosquitos Hay líneas específicas pediátricas para mayores de 12 meses. «Para los menores de un año, lo mejor es recurrir a medidas físicas como manguita más larga al atardecer, puesto que no se les puede aplicar el repelente directamente en la piel».
Crema para picaduras Para aliviar el picor (corticoides tópicos) y para tratar una picadura sobreinfectada (antibiótico tópico).
Medicamentos para el mareo La biodramina de toda la vida o similar para los niños mayores de dos años.
Paracetamol e ibuprofeno Dos clásicos que no deben faltar en ningún botiquín.
Suero oral y probióticos para la diarrea «Unos sobrecitos no ocupan lugar y si el niño se pone a vomitar como si no hubiese un mañana te podría salvarte de bajar al centro de salud de turno».
Medicación para los alérgicos Antihistamínicos, corticoides... Adrenalina autoinyectable (reacciones alérgicas graves) e inhaladores (asmáticos).
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