Polémica con el uniforme escolar
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Polémica con el uniforme escolar
Pantalones para las niñas: la imposición de un colegio de Granada reabre el debateEl colegio religioso concertado Sagrada Familia Pureza de María de Granada ha aplicado este curso una nueva norma de vestimenta: las niñas de primero de Primaria no podrán ir a clase con la tradicional falda y deberán vestir pantalones. La medida ha generado el rechazo ... de algunas familias, que apelan a la libertad para decidir cómo visten a sus hijas. Desde el centro explican que la decisión «se tomó y se anunció en 2019» y que la motivación tiene que ver más con la comodidad que con otra cosa. La polémica y el ruido mediático generado por este caso reabre el siempre sensible debate sobre los uniformes escolares.
El psicólogo José Antonio Luengo señala el punto de partida: «El ordenamiento jurídico permite a los centros decidir sobre la vestimenta de los alumnos. Y la decisión de imponer el pantalón a las niñas no atenta contra ningún principio fundamental». A continuación, empiezan los matices. «El colegio puede tomar esta decisión de manera discrecional, pero no debería hacerlo de manera arbitraria. Lo de la falda para las niñas y el pantalón para los chicos no deja de ser un estereotipo que, efectivamente, se puede modificar. Pero habría que argumentarlo, explicar si es por comodidad, por favorecer la igualdad... Se debería poner el asunto encima de la mesa para debatirlo con los profesores, con las familias... E incluso hacer una consulta, aunque no sea vinculante», sugiere.
Coincide su colega Guillermo Fouce, presidente de Psicología Sin Fronteras. «La clave es que el centro sea capaz de explicar los beneficios de esta medida. Porque, probablemente, muchas familias ni entiendan la imposición antigua (que las niñas tuvieran que llevar obligatoriamente falda) ni la actual (que vistan solo pantalones)», considera el experto, quien entiende la reacción de los padres y madres que han protestado. «Aquí se da un pulso lógico a causa de la imposición. Si yo entiendo que algo es ilógico, no lo voy a cumplir».
Sobre este conflicto habla un portavoz del centro granadino: «La medida se comunicó en redes sociales, en la web del colegio y a las familias hace cuatro años, cuando se aprobó. En Infantil no hay problema porque niños y niñas van todos los días en chándal, pero en el resto de etapas queremos imponer progresivamente el pantalón. Solo es obligatorio en primero de Primaria porque son las niñas que se escolarizaron en 2019, cuando ya regía esta norma. En los próximos años esperamos que otros cursos se adapten». Explican que, además de la prohibición de la falda, se han unificado el polo –es blanco– y la chaqueta.
Aporta otro punto de vista Amparo Lasen, socióloga especialista en tecnologías, género y juventud y profesora de la Universidad Complutense de Madrid: «Esa separación clara que existía antes entre casa y colegio está hoy más disputada. Se impone la idea de que los padres tienen que tomar decisiones sobre cómo se educa a sus hijos, de intentar que en el aula se hagan las cosas 'como yo quiero'». Y por ahí, apunta, asoma parte del conflicto.
Al margen de ese pulso, el otro asunto del debate es la conveniencia o no de que niños y niñas se distingan con la vestimenta. «Eso tiene que ver con convenciones muy afianzadas, pero estamos viviendo un momento en que están siendo cuestionadas», advierte Lasen. Ahora bien, el alcance de esos cuestionamientos choca «con una sociedad desigual que alimenta esa desigualdad aunque el discurso sea igualitario». Así, la ropa no es sino uno de esos aspectos en los que se manifiesta. «En los años 70 los roles de género estaban igualmente marcados, pero las niñas no vestíamos solo de rosa. Siempre ha habido ropa de chica y de chico, juguetes de chicas y de chicos, pero el aumento del consumo ha acentuado esa diferencia. Entras a una tienda y de un vistazo te das cuenta de esa frontera». De modo que, argumenta la socióloga, «la sociedad dice que somos iguales pero el género sigue siendo un criterio de clasificación».
– ¿Que niños y niñas lleven el mismo uniforme no podría ayudar a acortar esa distancia?
Lasen: Que chicos y chicas vayan igual vestidos no va a eliminar las diferencias entre los menores. Cada vez se está segregando más en los colegios. Los hijos de las familias con menos posibilidades económicas o en mayor riesgo de ser discriminados van al mismo centro, separados de otros niños que pertenecen a familias de clase media. Eso, y no tanto la vestimenta, es lo que está marcando la diferencia entre las posibilidades de éxito en la escuela.
A otra escala, la polémica surgida en Granada también da pie a cuestionarse qué efecto tiene esto en el niño, no tanto ya en el gusto de los padres. «El uniforme de por sí ya limita la libertad y la capacidad de elección de los chavales. Y estos tienen que empezar a elegir en la vida, tomar decisiones propias en muchos ámbitos, también sobre qué ropa se ponen para ir al colegio», considera el psicólogo Guillermo Fouce.
Consultados por este periódico, un portavoz del colegio Sagrada Familia Pureza de María de Granada asegura que «en ningún caso se ha regañado a niñas de 6 años por llevar falda. Solo se les ha recordado la norma y se ha recibido a algunas familias». Explica también que la adaptación al pantalón se aplicará en los 14 centros que la congregación tiene en España y que «se hará de forma progresiva en los próximos doce años para que no suponga un sobrecoste». Detallan que el enfrentamiento por esta causa es solo «con una pequeña parte de las familias» y cuentan que ya hay niñas de cursos superiores que llevan voluntariamente pantalón, «especialmente en invierno».
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