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FERMÍN APEZTEGUIA
Miércoles, 22 de noviembre 2017
La magia existe si se construye día a día. No hay más truco. Un 25% de mujeres abatidas por la tristeza implica que una de cada cuatro jóvenes se siente desencantada por la maternidad cuando tiene a su bebé en brazos. No se trata de ... depresión, que es un término que los especialistas reservan para definir una de las enfermedades mentales más graves y comunes. Es simplemente abatimiento, cansancio, quizá desilusión porque el cuento que se tenía en la cabeza era otro o había unas expectativas demasiado altas para algo tan sencillo y natural -tan grande al mismo tiempo- como el mantenimiento de la especie.
«Todo esto es algo que a las mujeres no les extraña tanto», comenta la psiquiatra del Hospital Universitario de Álava Ana González-Pinto. «La maternidad, por norma general, es algo que recibes con mucha ilusión, pero también es cierto que representa una sobrecarga importante», argumenta. «El recién nacido requiere una atención permanente, con su alimentación, higiene, sus cuidados. Hay que estar pendiente de que no le falta de nada, salir a comprarle lo que necesita con el tiempo justo y estar pendiente de él de forma muy intensa durante el día y la noche».
No hay que dejarse vencer por el desánimo. El nacimiento de un bebé es un momento único en la vida, que merece la pena disfrutarlo. Los expertos recomiendan pedir ayuda a la familia cuando se necesite y aceptar con optimismo los cambios que se den en el hogar y la pareja. El fin es disfrutar de un tiempo que, pase lo que pase, será inolvidable.
Construir el apego - Paciencia
El vínculo puede no surgir de inmediato. Dese tiempo. Está dolorida por el parto y es normal que se sienta mal. Piense que su cuerpo y su cerebro se están preparando para su nueva vida.
¡Ya está enfermo! - Sin alarmarse
No todos los niños son iguales, más bien es todo lo contrario. Algunos lloran mucho, tienen alguna molestia o simplemente son más nerviosos. Que llore no significa que la madre lo esté haciendo mal. Su niño no está enfermo. Simplemente es un bebé normal.
La vida continúa - Sal a la calle
El mundo no se acaba después de dar a luz. Si el cuerpo le pide descanso, no se reprima y búsquelo. Si no se mueve, pida a su pareja que le eche una mano y colabore, especialmente de noche. No se quede en casa por el bebé. Le viene bien que le dé el aire y a usted descubrir que la vida continúa, que se puede salir de compras y tomarse un café con el crío.
El temor más común - Tranquilidad
Se trata de una de las preocupaciones más extendidas entre las gestantes. Esté tranquila. Algunas no pueden hacerlo, pero son las menos. Pronto verá que es bien sencillo.
Comunicación - Desde el embarazo
Una puede tener miedo a no poder darle de mamar, pensar que cambiar un pañal será misión imposible y agobiarse por la cantidad de cosas que parece que deben tenerse en cuenta. Es casi como conducir. Volante, cambios, intermitentes, freno, embrague... Hable de todo con su pareja, desde el embarazo; y pídale que le acompañe en las clases de preparación al parto.
Recuperar la figura - No es inmediato
No, pero puede recuperarse la figura. Paciencia. No será de inmediato, pero tampoco haga caso de las revistas que muestran una vida impropia de la de los humanos.
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