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Sabía que té es la bebida más consumida en el mundo después del agua? Desde la mismísima reina de Inglaterra hasta los habitantes de los pueblos más remotos de China o India saborean a diario esta popular infusión, elaborada con las hojas de un ... arbusto llamado Camellia sinesis. «En realidad, hay casi tantos tipos de té como productores, ya que los procesos de cultivo, recolección, desecado, fermentado, mezcla, empaquetado y comercialización son infinitos», admite el doctor Francisco Botella, coordinador del área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Los más populares son el negro –el más consumido en nuestro país– y el verde, pero existen otras variedades en función de su proceso de elaboración –blanco, amarillo, rojo, azul...– o de su origen –Darjeeling (India), Ceilán (Sri Lanka), Formosa (Taiwán) o Assan (noreste de India)–.
Preparar una buena taza de té no es complicado, pero se deben seguir una serie de pasos de manera rigurosa para sacarle todo el partido. Es importante precalentar la tetera o el cazo antes de poner el té y usar un agua lo más insípida posible. Para ello, basta con verter un poco de agua caliente en el fondo, removerla y tirarla. Añade la cucharada de té o la bolsita en el recipiente vacío y después el agua caliente. Lo ideal es que no llegue a hervir –a 90 grados para el té negro y a 70 para el verde–. El teimpo de reposo de la infusión varía en función del tamaño de la hoja y de la variedad. Por regla general basta con 3 minutos. Pasado este tiempo, quita la bolsita o cuela el té antes de servirlo en la taza para que no se amargue.
Además de su aroma y sabor, el té también tiene efectos diuréticos, estimulantes y es rico en polifenoles, unos antioxidantes naturales que nos protegen frente a los radicales libres, relacionados con la aparición y desarrollo de enfermedades como el cáncer o patologías cardiovasculares. Ahora bien, pese a que no hay duda de que el consumo de alimentos que contienen antioxidantes resulta beneficioso para nuestra salud, la Autoridad Europea de la Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) no ha autorizado por el momento ninguna declaración que relacione el consumo de esta infusión con un «efecto relevante» de los antioxidantes en nuestro organismo. «En cualquier caso, su aporte es considerablemente menor que si proceden de alimentos vegetales como hortalizas, frutas o verduras», precisa la nutricionista Laura González.
Algo parecido ocurre con su supuesta propiedad adelgazante. Los últimos estudios ponen en duda que la ingesta de té verde ejerza un «impacto significativo» en las personas adultas con sobrepeso. «Se observa un pequeño efecto sobre la disminución del porcentaje de materia grasa, pero no es clínicamente relevante», aclara la nutricionista.
«La principal característica del té no es otra que su contenido en cafeína. Y como cualquier combinación de agua más cafeína, va a tener un efecto diurético», precisa el doctor Francisco Botella.
–¿Cafeína?
–Sí, cafeína. La teína no existe. O, mejor dicho, son la misma sustancia química. Generalmente el té negro (hojas fermentadas) contiene más cafeína que el verde (hojas desecadas). Una vez preparada la infusión, el contenido en carbohidratos, proteínas o grasas es irrelevante y apenas tiene un papel relevante en nuestro metabolismo. Por otra parte, muchos tés llevan otras sustancias añadidas como aditivos edulcorantes, especias, azúcar, miel, leche en polvo... Incluso ya se ha comercializado té descafeinado.
NEGRO Es el que más se consume en nuestro país y el que más cafeína tiene. Se elabora con las hojas frescas de la planta, que cambian su color verde original por un tono marrón oscuro al oxidarse. No pierde ni su sabor (uno de los más intensos) ni su aroma con el paso del tiempo.
VERDE Es la variedad menos manipulada y más delicada al dejarse secar al aire. Su sabor es ligeramente amargo y procede directamente de los primeras hojas del brote de la planta del té. Destaca por su alto contenido en polifenoles (antioxidantes naturales) y su tiempo de infusión es reducido, apenas dos minutos. Su 'fama' como infusión adelgazante no está demostrada científicamente.
ROJO Conocido como el té de los emperadores, es originario de la provincia china de Yunnan. En realidad es un tipo de té negro al que se ha sometido a una fermentación posterior, que puede durar entre dos y sesenta días. Este proceso reduce su contenido en polifenoles y le confiere su característico tono rojizo. Su aroma es terroso, casi de humo.
BLANCO No está ni fermentado ni oxidado y es el más suave de sabor. Al igual que el té verde tiene un alto contenido en polifenoles y requiere poco tiempo de infusión.
AMARILLO Es una de las variedades menos conocidas y una de las más caras. Su aroma se puede confundir con el del té negro, pero su sabor es más parecido al del té verde o blanco.
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