¿Sabes para qué sirve cada vitamina y en qué alimentos se encuentra?

«Mantener sanos la piel, las uñas y el cabello. También protege las encías para que no sangren. Junto a la vitamina D ayuda en la cicatrización de las heridas, favorece la salud de tendones, músculos y huesos y ayuda a proteger los vasos sanguíneos. Un buen aporte de vitamina C también previene la aparición de moretones cuando nos damos golpes», señala en su libro Bascuñana.

Frutas como la naranja, la papaya, la fresa o el mango. Y en verduras como el brócoli o el pimiento. A propósito de las frutas, hace una advertencia la especialista: «El aporte vitamínico de estos alimentos tiene mucho que ver con el grado de maduración. Pero sucede que cada vez recogemos antes la fruta, la metemos en cámaras de frío y luego la industria les da ese color a la corteza. Así, se están vendiendo naranjas que no tienen el aporte suficiente de vitamina C porque no han sido recogidas en el punto óptimo». Y siguiendo con las naranjas... «Es una curiosidad pero el kiwi aporta más vitamina C que las naranjas», señala la doctora Blay.

«Es una aliada de la salud ocular y también tiene su función en el cuidado de la piel. Interviene en la lucha contra bacterias y virus y es importante para la salud del bebé cuando se está desarrollando en el vientre de la madre», explica María H. Bascuñana.

Alimentos como el hígado, la mantequilla, la col, la calabaza, el boniato, las zanahorias o la yema de huevo.

La clasificación se extiende con varios números: B1, B2, B3, B5... «Aporta vitalidad y energía y, junto a la vitamina C, ayuda al crecimiento y cuidado de los huesos para que estén fuertes y protege el cerebro y el sistema nervioso. Cuida de los ojos junto a la vitamina A y también previene dolores de tripa y calambres musculares...».

Huevos, carne, pescado, queso, yogur, frutos secos... y, por supuesto, casi todas las verduras.

«Se trata de la única vitamina que se encuentra donde haya sol y, por tanto, también en los alimentos que han recibido sol: huevos de gallinas criadas en libertad, leche de vacas que pastan al aire libre, setas secadas al sol...».

Cualquiera podría pensar que viviendo donde vivimos vamos sobrados de esta vitamina. Pero no. «Estamos a falta de vitamina D, por eso es importante que las personas que viven en residencias o sitios cerrados reciban todos los días un rato de sol», apunta Guadalupe Blay. Desde el Instituto de Investigaciones Biomédicas IDIBAPS dan el dato: «Más del 50% de la población tiene carencia de vitamina D, porcentaje que se eleva hasta el 80% en los ancianos y hasta el 62% en las embarazadas».

- ¿Y qué hay de los suplementos vitamínicos?

Guadalupe Blay: Prescribimos suplementos, pero siempre es mejor que el aporte venga del alimento. Una naranja, por ejemplo, además de vitamina C tiene ácidos que hacen que esa vitamina se absorba mejor que si se toma en una pastilla efervescente. De igual modo que se asimila mejor el hierro de la carne o las legumbres que la de un suplemento. Salvo excepciones, las vitaminas, siempre del alimento.