La mitad de los suecos tiene acceso a una casa de verano
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Poseer una segunda vivienda es una tradición en el país y la familia real la refuerza (con secretos)Iñigo Gurruchaga
Miércoles, 26 de agosto 2020
La familia real de Dinamarca tiene un château en Francia, en la región de Cahors, pero el descubrimiento de que también adquirió hace diez años un chalet en los Alpes provocó revuelo en la patria de Hamlet a principios de este año. Todos los suecos ... saben, sin embargo, que su familia real pasa temporadas en Villa Mirage, en Sainte-Maxime. La casa, en la orilla norte del golfo de St. Tropez, no fue comprada para pasar los veranos, sino como un permanente refugio amoroso.
La biografía del príncipe Bertil, tío del actual rey, Carlos Gustavo, sugiere que era un hombre listo y leal. Para evitar la suerte de su hermano, Sigvard, que perdió sus títulos y privilegios en la dinastía de los Bernadotte cuando se casó en 1934 con una plebeya, Bertil acordó con Lillian Davies, una bella joven galesa de la que se enamoró en 1943, cuando era agregado naval en Londres, que debían ser discretos si querían compartir sus vidas.
La muerte prematura de su hermano mayor, padre de Carlos Gustavo, cuando este no había cumplido un año de vida, y la condena a Sigvard le colocaron en la posición de posible regente. Cumplió ese extraño rol de personaje potencialmente importante o poco relevante ejerciendo sus funciones durante tres décadas como un hombre oficialmente soltero, aunque residía a puerta cerrada con Lillian. Compró Villa Mirage para liberarse de las limitaciones de su vida sueca. En Villa Solbacken, en Estocolmo, vivían en una intimidad forzosa. Cuando el rey actual, que tampoco se casó con una aristócrata, llegó al trono, Bertil y Lillian contrajeron matrimonio en 1976. Él tenía 64 años y ella, 61. Lillian se convirtió en duquesa de Halland. Fue muy popular entre los suecos hasta su fallecimiento.
Toda la familia pasa temporadas en Villa Mirage, una casa sin pretensiones, que ahora tiene el inconveniente de que su exposición al mar facilita al acoso de 'paparazzi' a bordo de motoras. Villa Solbacken es en la actualidad la residencia del príncipe Carlos Felipe, segundo hijo de los reyes, de su esposa, Sofia, y de sus hijos. La joven princesa ha sido en las últimas semanas propagandista de las vacaciones en Suecia.
Ya que los príncipes no pueden viajar este verano a la Riviera por el qué dirán, Sofia ha posado con sus hijos en diferentes paisajes de las casas reales. La monarquía sueca usa tres palacios: el Real, en Estocolmo, es la oficina; el de Drottingholm es su residencia privada; y el de Haga es ocupado por la princesa heredera, Victoria, y su familia. Y disfruta de casas de verano en diferentes puntos del país.
Sofía y sus hijos posaron en la hacienda del castillo de Stenhammar, en el interior del país, en Södermanland, y luego en la mansión de Solliden, en la isla de Ölland. Pero su incitación a que los suecos pasen el verano en su país quizás sea innecesaria, porque la mitad de los habitantes del país tiene acceso a una casa de verano a través de familiares o amigos. Tal vez el ejemplo de la realeza creó un estilo de vida que se ha extendido a la población.
Los más adinerados han construido en las últimas décadas casas de arquitectura nórdica de gran belleza, como lo son de otra manera los palacios y mansiones reales. Las casas tradicionales de la clase media eran de construcción austera, de madera o piedra, a menudo sin servicios básicos. Lo normal en el inicio de la vacación es que se dediquen unos cuantos días al bricolaje doméstico y a poner orden en la vegetación crecida durante los meses de ausencia.
Gotland, la isla más extensa en la costa este, a tres horas de Estocolmo en ferry, es el destino más popular. Una bellísima villa medieval, Visby, es el puerto de arribada a un territorio de playas, pequeños pueblos pesqueros, bosques de pino, encantos de la naturaleza, atracciones culturales o parques infantiles. Es el reclamo de la vida familiar y tranquila, con temperaturas en esta época del año en torno a los 20 grados y cielo variable.
Al norte de Gotland está la pequeña isla de Fårö, con unos quinientos residentes permanentes, donde el célebre cineasta Ingmar Bergman filmó algunas de sus primeras películas. Vivió allí desde 1967, y de modo permanente en los últimos años de su vida. La fundación que lleva su nombre ha transformado su casa, su cabaña o su cine privado en la isla en centros de trabajo y albergue para artistas de todo el mundo. Fårö, al igual que Gotland, ha perdido los medios tradicionales de vida y obtiene su renta de los visitantes.
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