Así influye en la salud un paseo de diez minutos por el parque

«Existe mucha literatura sobre los programas al aire libre de larga duración, pero queríamos cuantificar las dosis en minutos. (...) Y no es que el hecho de sentarse o pasear por un parque logre mejorar marcadores como la presión arterial o la frecuencia cardiaca después de una hora; los beneficios positivos no tardan mucho en llegar: estamos hablando de 10 minutos al aire libre». De esta forma resume el autor principal del estudio científico más reciente realizado sobre este asunto, Gen Meredith, de la Universidad de Cornell, en Nueva York. En este caso, hicieron las pruebas con universitarios que lograron reducir sus niveles de estrés, ansiedad o depresión.

La reducción del estrés es una constante entre los resultados obtenidos en las investigaciones. En sí mismo ya es una dolencia, pero también desencadena otras patologías como el insomnio, la hipertensión o la obesidad. Otro trabajo dirigido por la investigadora Michell Kondo, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), y publicado en la revista Environmental International, recogió los datos recopilados por los dispositivos móviles colocados en 370 voluntarios que realizaron visitas cortas a espacios verdes durante siete días. Se observó un efecto beneficioso directo en el bienestar mental. «La inmediatez en la respuesta del cuerpo es importante para comprender la respuesta emocional», apunta la investigadora. En este experimento, los hombres obtenían mejores resultados que las mujeres. Algo cuyo motivo se ignora aún y sobre lo que Kondo invita a indagar.

Pero si un paseo entre árboles de 10 minutos provoca a los hombres más placer emocional, a las mujeres la 'píldora verde' les influye en el sobrepeso. Y con ello, en todas las patologías que lleva asociado. Esta relación fue analizada por otro estudio liderado por la bióloga Cristina O'Callaghan-Gordo, publicado en la Revista Internacional de Higiene y Salud Ambiental. La principal conclusión fue que las féminas que no tienen parques o jardines a menos de 300 metros tienen más riesgo de ser obesas. Fueron analizadas casi tres mil vecinas de siete provincias españolas. Sus hábitos, residencia e índices de masa corporal y de circunferencia de la cintura.

¿Qué explicaba la diferencia entre ellas? «El aumento de los niveles de actividad física, la reducción de la exposición al ruido y el estrés psicológico, que es un importante impulsor del aumento de peso», recuerda la citada experta. El hallazgo también demostró que «los beneficios llegan incluso a las personas genéticamente predispuestas al sobrepeso».

La vista es otra de las directamente beneficiadas por un paseo por el parque. Se ha demostrado, por ejemplo, que la falta de luz natural empeora la presbicia. Otro estudio determinaba que tres horas al día de luz natural en un parque prevenía el desarrollo de la miopía en niños. Por otro lado, la piel procesa vitamina D con la exposición al sol. Y es fundamental para la fortaleza de los huesos, el movimiento muscular y la transmisión de impulsos nerviosos.

Quizá el estudio de mayor envergadura en la materia fue impulsado por el citado ISGlobal, la Universidad de Colorado y la OMS, que analizó datos recopilados a lo largo de los años de ocho millones de personas. Con ello fue obtenida «evidencia científica robusta sobre el impacto del incremento de áreas verdes en las ciudades sobre la mortalidad prematura», sostiene David Rojas, investigador principal. La reducción de la mortalidad fue calculada en un 4% con el mero incremento del 0,1% en el índice de vegetación disponible a 500 metros del lugar de residencia.