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Son regalos para San Valentín que no dejan huella en el planeta, no contaminan, e incluso aportan su granito de arena a la salud medioambiental. Y tienen otra gran ventaja, si la relación se rompe, en el futuro evitaremos que ese anillo o la mochila ... que nos regaló por el día de los enamorados nos recuerde a una expareja a diario. Borrón y cuenta nueva. Son los regalos sostenibles, una moda que coge fuerza de año en año. Hablamos, por ejemplo, de esos lápices que tienen una segunda vida ya que se plantan al acabarlos y salen flores. Romántico y práctico a la vez. Así que, ¿por qué no para San Valentín?
La fundación Treedom propone regalar un árbol por San Valentín. «Un agricultor lo plantará en su tierra, se fotografiará, se geolocalizará y podremos seguir su evolución y la historia del proyecto del que formará parte a través de la web», explica Alba Guerrero, portavoz del colectivo. Más de 800.000 personas han plantado 2,5 millones de árboles que benefician a comunidades rurales por todo el mundo, principalmente en África, Latinoamérica y Asia –en España llevan 400.000–. «Una relación es una historia que hay que cultivar como un árbol. Por ello, es un regalo ideal para San Valentín», añaden desde esta organización. Para el día de los enamorados, Treedom propone comprar, por 25,50 euros, un anacardo, que es el árbol del amor, al que se le puede poner el nombre de la pareja; o dos mangos que crecerán para siempre juntos.
La Fundación Lurgaia del País Vasco también tiene una propuesta sostenible. Ofrece regalar trozos de bosque: por bonos de 10 a 150 euros, es posible comprar de 30 a 450 metros cuadrados de terreno en la reserva de la Biosfera de Urdaibai, «que serán destinados exclusivamente a árboles autóctonos», explica el responsable del proyecto, Jon Hidalgo. Lurgaia quiere, así, crear uno de los mayores robledales de Bizkaia. «Enviamos por email el bono para que se pueda imprimir, personalizar con el nombre y regalar», añade Hidalgo.
El tradicional lápiz ha sido rediseñado para darle una segunda vida 'verde' y facilitar su reciclaje. La startup Sprout World reemplazó la goma de borrar que llevaba en uno de sus extremos por una cápsula de semillas, y lo convirtió en el primer lápiz plantable del mundo. «Cuando ya se ha quedado corto por el uso, se entierra y brotan desde hierbas silvestres que ayudan a la supervivencia de las abejas hasta tomates cherrys. Se han vendido más de 30 millones en 80 países, lo que significa que han crecido 21 millones de nuevas plantas a partir de desechos», detalla José Antonio Tovar, portavoz de la firma. Para San Valentín, esta startup saca ediciones especiales en las que incorporan dedicatorias con frases de amor y han elegido especies como las margaritas o los 'nomeolvides'. Disponen también de lápices de maquillaje que incluyen semillas.
Optar por moda ecológica es una apuesta consolidada. Ya hay muchas firmas que venden solo modelos fabricados de manera natural y 'residuos cero'. Estas prendas respetan el medio ambiente en todas las fases de su elaboración, como las de la firma española de zapatillas Bullfeet, que usan materiales sostenibles como cuero vegano, plástico procedente del mar o corcho reciclado. Añaden un plus de sostenibilidad: solo fabrican por encargo para que no les sobre stock.
Las ong también aprovechan esta fecha para buscar nuevas colaboraciones destinadas a salvar el planeta. La conservacionista WWF –la del panda– propone la adopción de especies en peligro de extinción. Por solo 39 euros eliges un animal en su página web y recibes el peluche de la especie y un desplegable sobre su vida, amenazas y el trabajo que hace esta ong para evitar su extinción.
56% e la población será ecoactiva en 2030, según un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya. ¿Y esto qué significa? «Que las empresas deberán escuchar y ajustar sus productos a este consumidor 'verde' preocupado por el cambio climático, la polución del agua y los residuos plásticos».
El 14 de febrero es el día de los enamorados, no del consumismo. «No hay razón para comprar un regalo sí o sí, pero tampoco debe ser una justificación para no tener un detalle», destaca la psicóloga Rebeca Lajos. En su web 'aide' invita a regalar a la pareja vales por actividades compartidas. Por ejemplo, llenar una lata de bombones en forma de corazón con papeles llenos de propuestas: desde ir a patinar por la ciudad a darse un masaje con aceite. «Estamos regalando tiempo compartido, y actividades gratificantes conjuntas». También puede ser un reto saludable, como salir dos días a la semana juntos a correr; un detalle gastronómico, como una cena vegana; o una experiencia en la naturaleza, como un baño de bosque.
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