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Uno de los cedros podados al estilo 'daisugi' en las laderas de Kitayama. R.C.
Cómo obtener madera sin talar árboles

Cómo obtener madera sin talar árboles

'daisugi' japonés ·

Existe una técnica ancestral de poda japonesa que permite obtener varios ejemplares de uno solo

Martes, 22 de diciembre 2020, 00:16

Viéndolos de lejos, parece más bien que alguien con mucha imaginación y aún más conocimiento ha logrado plantar árboles encima de otros, pero lo que hacen los japoneses es aplicar los métodos de cultivo de bonsais en ejemplares de tamaño 'normal', a los que van ... podando para lograr esos larguísimos troncos que parecen erguirse sobre otro que sí se agarra al suelo. Aunque en realidad son todos ellos el mismo individuo. El conjunto se consigue gracias al 'daisugi', siendo 'sugi' el cedro japonés sobre el que realizan este cultivo, y 'dai', mesa, repisa, lo que podría traducirse como cedro sobre una plataforma.

Tiene una historia de varias centurias, pues esta tradición hunde sus raíces en el siglo XIV, cuando empezaron a practicarla los habitantes de Kitayama, una zona boscosa al norte de Kioto famosa precisamente por sus cedros de tronco largo, recto y libre de nudos, madera perfecta para las vigas de las techumbres. Al cultivo habitual, es decir, de forma individual, sumaron en aquel momento esta otra modalidad empujados por la falta de espacio horizontal en las empinadas laderas de la zona y por la escasez de esta materia prima, que empezó a ser muy demandada en la construcción de las casas tradicionales, en especial la de sus nobles y samuráis, y de los salones de té. Más aún cuando se puso de moda la arquitectura residencial 'sukiya-zukuri', de líneas muy rectas, donde estos esbeltos troncos de cedro eran tan apreciados.

Indicación de un bosque 'daisugi' en Nakagawa. Abajo, los cedros creciendo en las cercanías a la manera habitual. R.C.
Imagen secundaria 1 - Indicación de un bosque 'daisugi' en Nakagawa. Abajo, los cedros creciendo en las cercanías a la manera habitual.
Imagen secundaria 2 - Indicación de un bosque 'daisugi' en Nakagawa. Abajo, los cedros creciendo en las cercanías a la manera habitual.

Es en el pueblo de Nakagawa donde puede contemplarse esta técnica, con un paisaje urbano que se conserva intacto desde entonces. Allí es posible visitar el Bosque de Daisugi, y la estrella de la zona, un enorme cedro que lleva dando retoños, hasta 30 en la actualidad, desde hace más de 400 años. Todo parte de un árbol madre al que se le somete a una poda intensa y cuidadosa –similar a la que se emplea en el cultivo de bonsais– cada dos años, dejando solo que crezcan ramas en su parte superior. Así, se producen varios de esos vástagos rectos que crecen verticales sobre el tronco original y que serán 'cosechados' una vez que adquieran el tamaño adecuado (en torno a 20 años de crecimiento) para la industria de la construcción y el mueble.

«Reverente temor»

Takahashi Hiroshi, fotógrafo especializado en árboles gigantes como estos cedros, que recuerdan a la sequoya, considera que «son, en cierto sentido, árboles creados por el ser humano. La evolución de los estilos arquitectónicos y otras circunstancias redujeron la demanda de este tipo de explotación y, para inicios del periodo Muromachi (1336-1573) puede decirse que la época del 'daisugi' había quedado atrás. Descuidada, la zona cayó en un olvido de siglos, pese a lo cual estos complejos cedros continuaron creciendo hasta que, una vez más, han pasado a ser objeto de atención, ahora por su tamaño, que parece rozar sus propios límites de crecimiento. Entre estos ejemplares hay algunos con troncos de hasta 15 metros de perímetro. Contemplando su singular ramaje y su gigantesco tronco, es difícil sustraerse a un sentimiento de reverente temor».

Los ejemplares más ancianos pueden estar produciendo hasta un centenar de brotes a la vez en distintas etapas de crecimiento. La madera resultante es bastante más flexible y densa que la que se obtiene de un cedro típico nacido a ras de suelo. Cuando la demanda de madera descendió, la técnica del 'daisugi' empezó a practicarse de manera ornamental, y es posible descubrirla en muchos de los jardines de las casas en aquella zona.

El 'sugi'

  • Tronco: son rectos y alcanzan hasta 50 metros de altura con un diámetro de entre 2 y 4 metros. Los ejemplares más antiguos adquieren forma cónica estrecha y redondeada en su extremo.

  • Hojas: adquieren en invierno un característico color rojizo.

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