«La impresión de los turistas es de asombro al disfrutar de un paisaje maravilloso»

–¿Cuál es el perfil del viajero que sube en el teleférico?

–En estos últimos años destaca un aumento de montañeros, que vienen a escalar o a disfrutar de la sensación de recorrer estos parajes;generalmente son las personas que suben en los primeros viajes. Luego están las parejas o grupos familiares, a los que les gusta hacer pequeños recorridos, y las personas de la tercera edad, de viajes organizados, que suelen subir, contemplar el paisaje y regresar. En cuanto a la procedencia, en estos momentos es turismo nacional, de comunidades como Asturias, País Vasco, Cataluña, Valencia o Madrid, y se ve un fuerte incremento de turistas procedentes de Andalucía.

–¿Qué impresión tiene el turista cuando contempla Picos de Europa desde la cabina?

–Una impresión de asombro por encontrarse disfrutando de un paisaje maravilloso, donde pueden ver el magnífico bosque y las praderías verdes, y en lo alto las cumbres de Picos y de la cordillera Cantábrica.

–¿Debido a las normas por la pandemia, cuantas personas pueden subir en cada viaje?

–Las cabinas están preparadas para transportar a veinte viajeros más el operador, pero por la situación que estamos viviendo, actualmente en cada viaje sube un máximo de quince personas, que es el 75% de la capacidad. En días de máximo rendimiento subimos en torno a 1.500 o 1.600 personas y realizamos ocho viajes a la hora, desde las ocho de la mañana hasta las siete de la tarde, aunque la mayoría de los días hay que estar más tiempo funcionando hasta bajar a la gente que guarda la cola para regresar.

–¿Qué medidas se han establecido para ofrecer seguridad en los viajes?

–Es obligatoria la mascarilla y hay alfombrillas de desinfección antes de entrar en la cabina. Y en ambas estaciones hay geles para los viajeros. Además, después de cada viaje se desinfecta el interior, principalmente las zonas de agarre de los viajeros.

–¿Hay personas que tienen miedo al subir en la cabina?

–No. Puede haber alguien con vértigo, que se pone más nervioso, pero el desplazamiento es suave, con la cabina muy estable, incluso a la entrada de las estaciones.

–¿Los niños disfrutan de esta experiencia en el teleférico?

–Enormemente. Creo que su primer viaje no se les va a olvidar nunca. Para ellos es como si montasen en una atracción de feria y se sienten muy felices.

–¿Cómo han evolucionado las cabinas desde su primer viaje?

–Comencé con cabinas manuales para 14 personas y en los años 90 se cambiaron a cabinas automáticas para 28 personas, y ahora desde el año 2006 tenemos cabinas para 20 personas con tecnología de gran nivel.

–¿Qué es para usted este entorno de Picos de Europa?

–Es mi casa, donde he nacido y donde he pasado los mejores años de mi vida, y donde espero disfrutar de mi jubilación y de este entorno maravilloso.