Secciones
Servicios
Destacamos
El melón y la sandía son las frutas estrella para combatir el intenso calor e hidratarnos. Están compuestas en un 90% por agua, solo tienen unas 35 calorías por cada 100 gramos y aportan vitaminas y antioxidantes. Lo recomendable es consumirlas de dos a tres ... veces al día, picadas en trozos. Pero lo primero es saber elegir. No es sencillo. Seguro que esta escena no les resulta extraña: entramos a la frutería y nos enfrentamos a las montañas de melones y sandías sin saber muy bien cómo encontrar el más sabroso, reconocer el que está verde o pasado. Tocamos, olemos, los cogemos para comprobar su peso y acabamos pidiendo al vendedor que elija.
Los expertos de la Organización de Consumidores y Usuarios y de la Agencia de Seguridad Alimentaria nos dan claves para aprender a seleccionar melones y sandías y para conocer las normas de conservación e higiene que hay que seguir. Un anticipo: es mejor no comprarlos ya cortados, tienen más riesgo de contaminación.
La temporada de la sandía se extiende desde mayo a septiembre, y la del melón hasta el mes de octubre. Aunque parezca lo contrario, tienen menos azúcar que otras frutas como la manzana, la pera o la naranja.
En la cima del montón. Los ejemplares que en la frutería están arriba del todo sufren menos golpes y suelen estar en mejores condiciones.
Al tacto. Si no son duros al tacto es que están pasados o que han sufrido daños. El melón se aprieta por sus extremos y, si está en su punto, la base cederá ligeramente y el otro extremo (el pedúnculo) se abombará un poco. Descartar los que tengan defectos como grietas.
Color y 'sonido'. La sandía, al golpearla, debe emitir un sonido hueco, lo que significa que está llena de agua y, por lo tanto, madura y en su punto. Otra forma de comprobarlo es mirando la mancha de la cáscara en la base, que se hace al estar en contacto directo con el suelo y debe ser de color amarillo cremoso. Una mancha verde o blanquecina indican que la pieza ha sido recogida antes de tiempo y que su pulpa estará insípida. Los melones verde intenso no están en su punto; en la sandía hay más matices.
Aroma. La zona del pedúnculo debe oler a fresco.
Si lo compramos verde... Es importante darse cuenta antes de abrirlo. Puedes hacerlos madurar en casa guardándolos en una bolsa de papel (no de plástico) junto con una manzana o un plátano en una habitación seca y fresca.
En la nevera. Tras la compra, deben refrigerarse de forma inmediata –a menos de 5 grados–. En el caso del melón, se eliminan los dos extremos (en la sandía no hace falta) y se apartan las semillas. Lo que sobre hay que guardarlo en la zona menos fría de la nevera, bien tapado para que no coja olores.
El melón y la sandía cortados pueden provocar problemas, principalmente en días de calor y si no están en zonas refrigeradas de la tienda.
Riesgos. La ventaja es que, a simple vista, verás si están maduros. Pero son más los inconvenientes: pierden frescura respecto a la recién cortada y tienen menos vida útil. Además, sufren un mayor riesgo de contaminación por la manipulación –higiene del cuchillo, tabla de cortar…– y porque en el proceso de preparación la pulpa de la fruta, la parte comestible, que hasta ese momento estaba protegida por la piel o la cáscara, queda expuesta al aire y, por tanto, a agentes externos. Es por ello que hay más riesgo de crecimiento de microrganismos patógenos como la salmonella, advierte la Agencia Española de Seguridad Alimentaria.
Evitar coger coger piezas muy maduras. Si elegimos la fruta cortada es muy importante acortar todo lo posible el tiempo que pasa desde su compra hasta que la metemos en la nevera.
Si no se consume todo el trozo... Volver a refrigerar el resto de forma inmediata siempre protegiéndolo con un plástico transparente. También podemos meterlo en un recipiente con tapa para evitar que se contamine. Aún así, es mejor no tardar mucho tiempo en consumirlo, advierte la OCU.
Higiene. Las personas que preparan la fruta deben extremar la higiene, tanto de manos como de los utensilios y superficies de corte, y es importante que las piezas cortadas estén envueltas o envasadas. Hay que descartar para el corte las muy maduras y las que presenten daños en la superficie.
¿Cuánto tiempo? La fruta en mitades en el punto de venta puede permanecer hasta tres horas a temperatura ambiente –siempre que no supere los 25 grados– sin que eso implique un riesgo microbiológico significativo. Los establecimientos deben mantener la fruta alejada del calor y protegida de la luz solar.
Diferencias respecto a otras frutas. No todas las frutas son iguales para cortarlas: cuanto más ácidas sean y más maduras estén, mayor es el riesgo de deterioro y contaminación. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria destaca que la piña presenta mayor riesgo de contaminación y deterioro que la sandía, el melón y la papaya –las que se venden cortadas–.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La proteína clave para la pérdida de grasa
El Comercio
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.