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Si se echa un vistazo a la mochila de cualquier alumno de Primaria o Secundaria de hoy en día puede que a simple vista no se aprecien demasiadas diferencias respecto a la cartera que la generación de EGB llevó al colegio, más allá de la ... parte meramente estética. Cuadernos, lápices, estuche, gomas de borrar, regla, compás, rotuladores, libros... Sin embargo, si nos detenemos en los detalles, el cambio generacional en lo que a material escolar se refiere ya es más que evidente. Los bolígrafos no son bolígrafos como los de antes. Los de ahora son borrables y se recargan. Las tapas interiores de las libretas se pueden usar como pizarras. Los forros de los libros vienen ya preparados para dejarlos listos en diez segundos... Y si ya se hurga en los diferentes bolsillos, apartados y subapartados de las mochilas (algunas incluyen hasta puertos USB y baterías externas para cargar los aparatos electrónicos), las diferencias son abrumadoras. Es entonces cuando empiezan a aparecer cables, auriculares, cargadores, pendrive...
La lista con el material escolar que necesitan los niños de ahora para la vuelta al cole no solo se ha vuelto más sofisticada sino que se ha alargado unas cuantas líneas, sobre todo desde la irrupción del coronavirus en nuestras vidas. «Tanto las mascarillas infantiles y sus accesorios (carteraitas para guardarlas, colgadores...) como las botellas de agua reutilizables, dispensadores de gel hidroalcólico e incluso riñoneras se han colado entre los productos más vendidos en la mayoría de tiendas de papelería», confirma Carmen Valero, responsable de franquicias de Folder, una de las cadenas del sector más importantes del país.
Además de estos productos, la pandemia también ha modificado las necesidades de material de no solo de los alumnos sino también de sus propios padres. «Hace dos o tres años apenas se vendían cartuchos de tinta y tóner para impresoras al inicio de curso. Sin embargo, desde el inicio del confinamiento es uno de los productos más demandados, junto con las propias impresoras. Entre el teletrabajo y que muchos colegios ya envían los deberes online nos hemos quedado varias veces sin suministro», admite Javier Galán, responsable de la web Materialescolar.com.
Otra de las consecuencias de esta nueva realidad que nos ha tocado vivir es el descenso en la venta de agendas escolares y mochilas, dos de los artículos estrella en todas las vueltas al cole. «Entre el confinamiento, las cuarentenas y las clases online las carteras se han desgastado menos que otros años y muchos alumnos han vuelto a utilizar la del curso pasado. Y en cuanto a las agendas físicas, lo que ha ocurrido es que bastantes centros educativos se han pasado a la online», añade Galán.
El aumento del uso de las nuevas tecnologías en colegios, institutos y oficinas también ha disparado la compra de todo tipo de artilugios relacionados con portátiles, tabletas y móviles. «Desde cables, auriculares o pendrives hasta gadgets que funcionan conectados a los dispositivos electrónicos como pueden ser ventiladores, lámparas o altavoces», precisan en Folder.
Al margen de los artículos vinculados al coronavirus, la lista de la vuelta al cole esconde algunas curiosidades, como que la mayoría de colegios «ya no piden la famosa flauta» o que se han cambiado los cuadernos de rayas tan populares hace años por los de cuadrícula pequeña, los más demandados ahora. «Otra tendencia que hemos detectado es que se prefieren las carpetas de fundas a las clasificadoras o que los clásicos 'rotrings' han pasado a mejor vida. Ahora se venden más los rotuladores calibrados deshechables, por ejemplo», enumera Carmen Valero.
Además de la incuestionable presencia de las nuevas tecnologías en todas las aulas, otra moda que ha venido para quedarse es el auge de la papelería ecológica, cada vez más demandada por los compradores. «Los clientes se fijan mucho más que antes en los materiales que se usan en la fabricación de los diferentes productos. La idea es que lo que no es reciclable al menos sea reutilizable. Lápices, tinta de los bolígrafos, los propios folios, las hojas de los cuadernos... incluso hay celo ecológico», señala Galán. Seguro que ahora mira la mochila de los escolares con otros ojos.
Se calcula que una de cada diez personas en el mundo es zurda. Es decir, escribe, come, afila los lápices, abre las puertas, toca la guitarra y mueve el ratón del ordenador con la mano izquierda. Hasta no hace mucho, los escolares zurdos tenían que apañárselas en clase como buenamente podían, porque la inmensa mayoría del material escolar estaba pensado y fabricado para los diestros. Es más, hace años en muchas escuelas se prohibía escribir con la mano izquierda y obligaban a todos los alumnos a usar la diestra (zurdos contrariados). Un gesto tan sencillo para los niños que manejan la mano derecha como cortar una hoja de papel con unas tijeras o sacar punta a un lapicero puede llegar a ser toda una odisea para un zurdo. Sin embargo, los fabricantes se han puesto las pilas y ya es relativamente fácil encontrar este tipo de artículos de uso diario adaptados a las necesidades de las personas que usan la mano izquierda. «Ratones de ordenador, teclados, tijeras, sacapuntas, lápices triangulares... Cada vez vendemos más este tipo de productos, porque facilitan mucho el día a día de los niños y no tan niños», señala Javier Galán, de la web Materialescolar.com.
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