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A la costa, al pueblo o a la montaña, pero sin salir de nuestras fronteras. El turismo nacional volverá a ser el motor del sector servicios durante los próximos meses. Con las vacaciones estivales a la vuelta de la esquina, los expertos se muestran ... mucho más optimistas que el año pasado a pesar de que reconocen que esperan un verano «todavía a medio gas». Las cifras no serán comparables con las registradas en 2019, pero todos la previsiones apuntan a que el volumen de negocio superará ampliamente la desastrosa campaña pandémica de 2020. «Habrá situaciones ambivalentes: buena parte de la población está deseosa de viajar y otra todavía permanecerá recelosa y precavida», desliza Pablo Díaz, profesor de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Al margen de las decisiones personales, la buena noticia es que la previsión de gasto para los próximos meses vuelve a recuperarse. Así lo confirma un estudio realizado por Sondea para Securitas Direct, que sitúa el desembolso previsto por los turistas nacionales en niveles similares a los de 2019. El informe cifra en 1.191 euros (97 euros por persona y día) el presupuesto medio destinado a las vacaciones, 6 euros más que hace un par de años.
Ahora bien, ¿quiénes viajarán? Los expertos insisten en que la «percepción del riesgo» será la clave para que los españoles se decidan a pasar las vacaciones fuera de casa. El inicio de la vacunación masiva ha disparado el número de reservas en las últimas semanas, «pero el recuerdo de lo ocurrido todavía está muy presente y existe cierta confusión e incertidumbre, por lo que es muy probable que la mayor parte de los consumidores tomen decisiones conservadoras y basadas en la prudencia», explica Francesc González, director del grado de Turismo de la UOC.
En cuanto al perfil de los turistas, ambos expertos coinciden en que «las edades medias» son las que tienen un mayor interés por volver a viajar y disfrutar de del ocio «de manera acumulada». No obstante, la crisis económica derivada de la sanitaria condicionará tanto el destino elegido como el número de días que los españoles que se lo puedan permitir pasarán fuera de su casa y que el informe elaborado por Securitas Direct cifra en doce días de media.
Respecto a las ofertas y precios de los alojamientos, Francesc González rechaza que se haya producido una bajada generalizada de las tarifas, tal y como apunta la patronal del sector hotelero. Al contrario. «Estoy convencido de que se mantendrán o incluso aumentarán a medida que las reservas se vayan completando». Una opinión con la que coincide Daniel Mata, responsable de viajes del comparador Rastreator, que acaba de publicar un estudio en el que se analizan los precios medios que se pagan en diez de las ciudades más turísticas de España en conceptos como el alojamiento o una cena para dos personas y que este año encabeza Cádiz. Una semana de vacaciones en la 'tacita de plata' cuesta una media de 300 euros más que en 2020.
Los destinos favoritos de los españoles para veranear siguen la estela iniciada el año pasado, con un llamativo aumento del turismo de interior dentro de nuestras fronteras. «La pandemia ha puesto en valor alojamientos y lugares de veraneo que hasta ahora no figuraban entre los preferidos de los españoles, como es el caso de las dos Castillas o Aragón, por ejemplo», asiente Tolo Gomila, presidente de la Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (FEVITUR). El estudio realizado por Sondea ratifica esta tendencia. Pese a que seis de cada diez personas encuestadas señala que pasará el verano en un lugar de playa, destinos como el pueblo (34%) o la montaña (21%) aumentan significativamente respecto a las preferencias vacacionales de hace un par de años.
En el caso de las personas que han decidido pasar las vacaciones de verano en el extranjero (un 9,11%, justo la mitad que en 2019), la gran mayoría lo hará en un país de la Unión Europea, mientras que solo dos de cada cien contratarán un viaje de larga distancia durante los próximos meses. «Costará mucho que la gente se anime a realizar vuelos transcontinentales por el miedo a posibles contingencias lejos de nuestra geografía, de ahí que los turistas españoles prefieran veranear en países cercanos», argumenta el director del grado de Turismo de la UOC.
Las ciudades más caras y más baratas para veranear Cádiz (1.496 euros), Palma de Mallorca (1.474), Barcelona (1.340), Madrid (1.307), Málaga (1.306), Valencia (1.223), Alicante (1.089), Sevilla (1.017), Tenerife (900) y Las Palmas (862).
Hotel de 3 estrellas Cádiz es la ciudad más cara para alojarse (722 euros), mientras que Las Palmas resulta la más económica (346 euros).
Alquiler de coche Madrid ocupa el primer puesto (588 euros), nada que ver con los 167 euros que se pagan en Tenerife por el mismo servicio.
Carburante Cádiz también encabeza la lista de las ciudades más caras en cuanto al precio del litro de gasolina (1,34 euros), frente a los 0,96 euros que se cobran en Tenerife.
Cena para dos en un restaurante del centro En este caso, la 'tacita de plata' es la ciudad más barata (24 euros), mientras que Barcelona ocupa el primer puesto (33 euros)
Medio litro de cerveza Y si Cádiz es la ciudad más barata para comer, también lo es para tomarse una cerveza (2,17 euros). La misma bebida en Palma de Mallorca sube hasta los 4,45 euros.
Café (capuccino) En este caso, ocurre lo mismo que con la cerveza. Palma es la más cara (3,57), mientras que Cádiz cierra la clasificación (1,62).
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