Si quiere una piscina, cómprela ya

No cabe duda de que este verano va a ser atípico y por el tipo de compras que estamos haciendo estos días a través del comercio digital parece que nos estamos preparando para pasar buena parte de las vacaciones en casa, pero de la mejor forma posible, eso sí. De ahí que triunfen las piscinas hinchables en todos sus tamaños y materiales. Los datos son abrumadores. La venta de productos relacionados con la jardinería –desde las propias piscinas, a barbacoas, mangueras, tumbonas...– ha aumentado un 78% desde el inicio de la crisis sanitaria, según se desprende de un estudio de mercado realizado por la empresa de Guillem Sanz en más de un centenar de tiendas online.

Basta con echar un vistazo a la página web del gigante Amazon para comprobarlo. De los veinte productos más vendidos en su sección de jardín, más de la mitad son piscinas. Desde el socorrido hinchable para bebés de apenas medio metro de diámetro que cabe en cualquier sitio a las clásicas piscinas desmontables para toda la familia. En tiendas como Decathlon algunos modelos –sobre todo los de menor tamaño– ya están agotados.

«La situación es muy cambiante y no sabemos cómo vamos a estar en las próximas semanas; si las playas tendrán acceso limitado, si podremos desplazarnos con normalidad, si los restaurantes estarán abiertos... Tampoco podemos olvidar que habrá menos dinero para gastar, así que es normal que compremos productos que nos hagan los meses de verano más llevaderos, aunque sea en casa», coinciden los expertos en marketing digital. Y las piscinas hinchables y desmontables parece que son un buen recurso para poder aliviar el calor de los próximos meses, aunque sea en un rinconcito del balcón o de la terraza. O, al menos, eso dicen las ventas online. El precio varía en función de los modelos y materiales. Desde los cuatro euros de los hinchables más pequeños para bebés hasta los más de 350 de los modelos desmontables que incluyen depuradora.

Los problemas de stock que sufren en algunos productos no esenciales, como pueden ser algunos modelos de piscinas o determinados artículos deportivos que tienen mucho tirón entre los consumidores, se deben principalmente a la disminución de la actividad industrial en muchos países, el cierre de fronteras y la saturación de las redes de transporte y logística. En algunos artículos, los plazos de entrega se sitúan ya a principios de junio. «Hemos tenido éxito a la hora de garantizar el abastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad. Sin embargo, ahora empezamos a acusar el efecto que las medidas de confinamiento han tenido sobre la cadena de suministro de otros artículos que no son esenciales, pero sí necesarios para muchos consumidores a medida que se prolonga la cuarentena. Los comercios online se están esforzando mucho para satisfacer la demanda, pero es un problema global y tardará tiempo en resolverse», concluye Guillem Sanz.